Ubicar el amor en el cerebro puede parecer poco romántico.
Por muy bonito que resulte, el corazón hace su oficio pulsando sangre pero, donde se obra la magia es en la química cerebral. Como en casi todo lo relativo al comportamiento humano. A veces unas hormonas por sí solas son capaces de alterar esa química transformándonos en ... otro, digamos.
Pues escuché la canción "Love in the brain", de Rihanna. Eso de amor en el cerebro me pareció como una oda al amor autista, a un posible hijo suyo en el espectro y ... nada más lejos de la realidad.
Según la crítica la canción habla de " ... un amante violento, posiblemente refiriéndose a Chris Brown después del muy publicitado caso de violencia doméstica de la pareja y el renovado romance años después."
Nadie cree, en mi esfera de personas importantes, que yo tenga nada que ver con el autismo. Asumo suponen he buscado esto como refugio, explicación o salida a un problema, no de mis circuitos, sino más bien fruto de polinizar con internet una imaginación sesgada.
Pues bien, si esa es su opinión, se la guarden donde guardan el excremento y la caguen cuando y donde tengan oportunidad. Su mierda física es buen lugar para juntarla con las cosas ignoradas, increíbles, inconvenientes e imposibles, además, de forma demostrable.
Estamos rodeados de personas en el espectro y no hace falta que se nos caiga la mandíbula, se nos oiga gritar o repetir sonidos o palabras como un mantra, saltar como para salir volando o se nos vea pasmaos, sin habla ni hablando de un rollo insufrible para darse cuenta.
A estas alturas no necesito justificarme ni sumar pruebas anteriores a un diagnóstico bien profesional como el mío. De profesionales en autismo que, en efecto, han entrevistado a personas adultas que querían lucir el diagnóstico de "Asperger" al lado de un C.I. superior a la media. Adultas enfadadas por no conseguirlo para ir ... ¿ a la moda ? por dios.
O quizá sí lo necesito.
Amor en materia gris.
Resetea mi memoria, vuélveme niño. Cuando comience a aprender, a discurrir, a ver y oír, a jugar y a sentir lo que me rodea, a quienes me rodeen en esa ficción, volveré a ser yo.
Seré de nuevo este que conocéis dentro de mi. O creéis conocer.
Otra vez por fuera tendréis al mismo crío guapo que pone coches en fila india hasta terminarlos, que se los mete en los ojos, que comprueba la suspensión de sus ruedas.
Jugaré mis juegos conmigo, mi mejor amigo. A ratos con algún crio o cría que me pongan al lado si también le gusta ver cómo caminan los muñequitos de plástico al dar golpecitos a la mesa con el puño. Como cualquier niño "raro" otra vez me colocaré en una columna del patio.
Uy, ya os escucho pensado, incluso diciendo "Antes era por los abusos, luego la anorexia y ahora esto otro, siempre con la misma historia."
¿ Y qué demonios quieres ? ¿ Que pase página ? ¿ Tú también lo pasaste mal ? Perfecto. Por eso hay campeonas y perdedoras. Y otras que no llegaron más lejos, no soportaron el dolor y se quitaron la vida. Así visto deberías tratarme con la admiración debida a quienes sobreviven y alcanzan ciertas metas. Acepto que me digas inteligente pero muy poco lista.
Intento pasar página pero son suficientes para un libro entero. Y mis páginas pringan. Pasan todas a trozos o se rasgan en silencio. Y apestan.
Amor, no dudes de mi amor.
No preguntes por cada sonido del móvil, no te inquietes si me pongo ambientador para oler mejor, si pongo una reseña amable a una peluquera.
Que sea una chapuza a tus ojos en comparación con otras parejas, vale.
Que sea frío, vale. Descuidado, vale. Pesado, también. Cansino, por supuesto. Interesado, lo admito. Egocéntrico, no cabe duda. Ausente, lo siento y no sabes cómo.
Que mi empatía no convence, no se la conoce ni se la espera ... joder.
Si quieres añadir "tan solo de un tiempo a esta parte", no lo comparto y me hace mucho daño escucharlo.
Pero perdona.
Por no compartir mi dolor o hacerlo de manera que no comprendas.
Solo digo que te amo. No lo dudes aunque este amor sea ...
"amor en el cerebro".