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miércoles, 14 de enero de 2009

Si pudiera explicarte ...



 Hay un muchacho que mira ilusionado fundirse al ocaso el alumbre del cielo para abrir paso a las estrellas. El asombro de sus ojos al anochecer da alas a otros que ya van cansados a esas horas. Todos podemos aprender de personas así que perciben maravillas en lo común: la caótica belleza de una mota de polvo, un balón rojo, gotas de lluvia ...

[...] sus sentidos se serenan y puede por fin observar sin ver demasiado… escuchar sin oír demasiado… sentir sin sentir demasiado?

Pasaron 10 años. Casi fue ayer y resulta que no hay explicación para muchas cosas. Incluso comprendiendo las limitaciones que yo traía de serie "Hay cosas en la vida que no se pueden cambiar, intentos de ordenar a la naturaleza. Pero yo prefiero estar en un lugar donde se da un ritmo natural, caótica belleza ... "

[14-01-2009] 
Si pudiera explicarte cómo es mi tristeza, 
te diría que no se comparte, 
que huye de desconocidos tanto 
como del abrazo o el beso amigo, 
que cuando me visita lluevo 
sobre mi traje de soledad sin duelo. 

Es mi tristeza como una brizna de hierba, 
perdida en el extenso mar con que Mayo 
fabrica mantos de sol y lluvia fresca, 
mientras mi joven y fina hoja de campo, 
mi particular brizna de hierba, 
no recibe perlas de agua en su mano, 
ni bebe reflejos de luz bajo la selva, 
donde se apagan brotes que solo duermen 
y sueñan entre deshechos de quimeras.  

Si pudiera explicarte dónde vive mi tristeza, 
te hablaría de un lugar varado en el tiempo, 
donde el frío y la noche demuestran su fuerza, 
donde la vida se escapa mientras pienso en olvidar 
la sinrazón de lo aprendido, 
en arreglar el corazón a mi reloj de niño. 

No siempre duele mi tristeza y descansa; 
entonces abandono en silencio mi senda 
y encuentro personas con luz en su mirada, 
y escucho su paso seguro, su voz serena, 
su satisfacción y su estima tan claras, 
y me ofrecen ayuda y con cariño 
esperan mientras dejo en el suelo mi vida pasada, 
y es cuando vuelvo asustado la espalda, 
para volver en silencio a mi senda. 

Si yo pudiera explicarte por qué vivo con mi tristeza, 
te diría que juega conmigo cada anochecer, 
que me habla al oído y consigue que estremezca, 
que mis recuerdos con ella pudieron crecer 
como cuida una madre al hijo que no medra, 
y sigue conmigo, me quiere y me respeta. 

Al lado de mi tristeza anida mi alegría; 
imagino que vuelo sin parar sobre la tierra, 
y sonrío de nuevo con mi sonrisa plena, 
porque escapo del mundo en que sufría 
y me aguardan pacientes tras las estrellas 
personas que me comprenden y aman sin reservas, 
personas sin prisa, sin gesto de malicia, sin insultos, 
sin sexo anormal y con caricias sobre mis alas, 
sobre mi alma sola y perdida. 

Y si pudiera explicarlo no tendría más esta tristeza, 
y solo entonces comprenderías que no comparta mi joven 
y escondida brizna de hierba, 
varada en el pináculo de la inocencia, 
que no aceptará agua, ni luz ni cosecha, 
porque solo yo conozco aquí sus vivencias 
y puede que alguien más de algún lejano planeta, 
tras su cristal azul y limpio de impurezas.