Header

Mostrando entradas con la etiqueta Cartas al viento. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Cartas al viento. Mostrar todas las entradas

viernes, 15 de marzo de 2024

Querida Alana Portero

“Fue entonces cuando comprendí el cuento de hadas de la princesa y el guisante. Ella no buscaba al príncipe; buscaba el guisante”.

 
Querida, tanto como desconocida, Alana Portero:

Me detengo antes de empezar esta carta para cantar con Barbra Streisand "I am a woman in love".

Sé que no por eso,  ni por acompañar la voz de Carole King en "(You make me feel like) A natural woman" o por hacerle los coros a Helen Reddy en "I am woman", llegará a tus manos esta "entrada". Vaya fantasía.

Tu libro "La mala costumbre" no es fantasía. Es maravilla. Con él no pude situarme dentro  de una ficción. No logré sentir tranquilidad contra tal dosis de realidad.

Una ... porqué no presentarme en femenino cuando no hace falta ser genial en matemáticas ni un talento con el pincel para saber que lo binario, igual que lo blanco y negro, no existe. Que números y colores son infinitos y nadie, dentro de esa infinitud de variantes, puede distinguir diferencia entre uno y su siguiente.

Tampoco pretendo reducir, frivolizar en cuanto a las diferencias de género sino que deseo expresar desde el respeto la dificultad para conocerse y comprender que una letra al final de una palabra no basta para definir cómo nos sentimos.

Una se ha pasado la vida entera buscando respuestas sin cuestionarse cómo hacían las demás para soportarla. Tan claro parecían tenerlo todo. 

Entre tanto procuré hacer, suponiendo lo que se esperaba para el normotipo.

¿ Lo conseguí ? Y ... sobre todo: ¿ qué conseguí ?

Mientras mi hermano se sentaba en la parte trasera del coche familiar con sus piernas bien abiertas yo juntaba las mías, como mis hermanas, que protestaban en vano. 

"Machote", le decían los que a escondidas o en la cara me decían marica, mariquita, raro, mariposa o especialito: un matiz diminutivo para desviar el sentido hacia algo malo. Apreciaciones que no logro ni lograré comprender. No logro ver la gracia, el beneficio personal que puede procurar el hecho de decirle a alguien "parece que vas drogado" por la forma de caminar o "marica" por hablar y gesticular así o asá.

¡ Qué aburrido cúmulo de tonterías  y estúpidas opiniones ! y ... ¿ ¡ Para qué ! ? ¿ Qué demonios importa a nadie ? ¿ Acaso es relevante ?

Para que luego el machote me engañase que íbamos a jugar a algo nuevo por nombre "luchar con nuestras espadas" y el segundo juego ya debía ser  inenarrable para unos infantes o al menos para mi lo era.

Y la psicóloga me pregunta "¿ te gustan los chicos ?" pues no, mire usted, no. Odio a los chicos. A una también pueden gustarle las chicas. Cuanto más andróginas mejor, dice mi cuerpo. Mi instinto secreto al que tardé la vida en reconocer. ¿ Qué tendría Isabel Tenaille ? ¿ Qué mi primer amor platónico ? ¿ Qué Laura Pergolizzi para volverme loca perdía ?

Nada impide querer muchísimo a mi esposa, a mi manera del espectro autista, limitada. Tanto que sigue preguntándome si la amo. También me encantan su pelo corto y sus encantos pequeños. Aún me la comería entera si supiera cómo, si quisiera ella, si los astros se alinearan en lo alto de nuestras cabezas ... como si de veras yo mereciera más atenciones no correspondidas.

La navidad de 2018 mi hija nos regaló una navidad diferente  con sus amigues. Invitó a la listísima David y su pareja. También estuvo Samu, tan amable ella regalando sus libros y CD's en un proceso de liberación cosista. O la hiperbólica compa Luis, de Barranquilla, refugiada en este país bajo amenazas de muerte por homofobia. 

Nunca hubiera sentido tanto relajo si hubiera sido  un grupo de chicos desconocidos.

Esta navidad mi hija me regala tu primer libro, exquisito, y mira tú por donde me reconozco en él muchos momentos, a mi manera.

¿ Cuántos tipos de armarios hay ? 

Nos encerramos o nos empujan a entrar. Quizá nos prefieren allá, a oscuras, sin decir ni múuuuu. Quizá echamos el candado desde dentro y por fuera lo rodean con cadenas y tiran al mar atado a un bloque de cemento. Te ahogas en lo que para otros es tu mierda y para ti lo apestoso de veras queda fuera.

A estas alturas sé que a nadie le importa lo que el resto siente o piensa mientras lo guarden dentro y su disfraz, acomodado a las normas del lugar, sea tan perfecto como secreto: ignorándolo todo en su mundo normalizado pero repleto de grietas y a punto de desmoronarse. Sociedades cubiertas por capas de pintura decorativa donde lo importante no son las personas sino su dinero, patrimonio, estudios, poder ... incluso  su vestuario, su físico o su belleza.

Los sentimientos no se valoran, las actitudes nada significan ni los hechos cuentan. 

Todo parece tan fingido como aparenta.
Todo tan inconsistente como la inconsciencia.

miércoles, 31 de enero de 2024

Porqué la gente bebe wiski


Qué será, si sabe fatal. Los sabores amargos son tremendos. Y los ácidos.

Tomas wiski y ... supongo, quedas embriagado al instante.

Como el ron, la vodka o el aguardiente -que es lo mismo- todo eso ... basa en los grados su gran valor.

¿ Es eso ? Pregunto.

Deprimentes el alcohol, la heroína o la marihuana. Perturbadores el LSD y su prima mescalina. Estimulantes cocaína, cafeína, anfetamina y cómo no la nicotina.

Viciados con la musculación o la delgadez, aceptando cada kilogramo de más o padeciéndolo como castigo hasta la delgadez del cadáver.

¿ Porqué será ? Nuestros pasos por la vida tomando algunos de esos remedios que otros llaman flojera o debilidad y ... quisiera averiguarlo.

¿ Será por un dolor nuevo o antiguo?
¿ Se trata de algo físico o mental ?
¿ No sabemos manejar nuestros interruptores internos 
y es la química mejor o el único remedio ?

Necesitamos mirar al espejo pero no queremos. Tememos el reflejo vacío del vampiro o ... lo que es igual: una presencia no reconocible.

Por lo que quiera que sea, a veces un mal trago, uno amargo, es lo único que nos ofrece esta vida tan "mágica". Para algunas personas no se trata de algunas veces sino de todas y cada día. Y eso, al final, te mata.

Son muchas las delicias que aceleran nuestro paso por este paraíso. Quizá correr para terminar, pues detenerse no es posible, sea mejor alternativa a caminar. Así no tienes tiempo de probar la manzana, de sembrar su semilla, regarla y cuidarla mientras se transforma en árbol derecho o desecho, eso ya dependerá en parte de ... fa, fe, fi, filosofía barata.

Beber güisqui, espirituosa bebida, puede ser un placer. Pruebe usted Tomatin que es asequible. Y quien tenga tiempo me explique lo de "espirituosa" de manera que hasta siendo alelado pueda asimilar el concepto.

¿ No será que se desvanece el espíritu cuando nos embriagamos "così poco" ?

La vida moderna es intensa, ruidosa, insaciable, injusta, perversa, falsa y superficial. La sociedad actual inaccesible, inhabitable, negligente, un desperdicio construido con enrome despilfarro. Una sociedad tan creída de sí como para facultarse cuando a algunos nos llama inadaptados e incapaces. Incalculable número de personas como estúpidas unidades bio móviles, nada smart, nada agradables, nada amigables, nada buenas pero llenas de ambiciones, de ínfulas y podredumbre. Personas de efectos cáusticos en grupo y, puestas por separado en medio de la naturaleza, repletas de oquedades en realidad.

¿ Será esta vida ? ¿ Hay que tragar para consumirla entera ?

No sé. No sé lo que será o ...

... si merecerá la pena saberlo.



sábado, 4 de noviembre de 2023

Cuando caí de la montaña

"Deberíamos vivir tantas veces como los árboles, que pasado un año malo echan nuevas hojas y vuelven a empezar" José Luis Sampedro

 No me gusta escalar. Eso creía.

Mientras veía a otras personas subir y subir incansables ... eso no iba conmigo.

Nunca me vi en la cima. No sabía cómo sería estar allá. Eso creía.

A más altura imaginaba no poder respirar pero respiraba.

Nunca estuve en lo alto de ninguna montaña, cima ni monte pelao. 

Hasta que caí.

También estaba equivocado con los métodos, fórmulas y otros estudios sobre maneras de caer.

Solo pensaba en la caída al vacío pero muchas veces bajas rodando por la montaña. Ni siquiera existe una velocidad constante para hacerlo ni hay matemática prediciéndolo.

No sabía que había subido tan alto, día tras día, hora a hora y con los minutos contando. Tampoco el ascenso sigue una fórmula y lo más constante es el baile de la aguja o los dígitos en el altímetro. 

Suponía que a más cumbre, menos presión. Que cuando uno está bien arriba se libera de tanto ... pero no es la presión buena guía para el conocimiento sobre la situación vivida. Hay que saber leer, poder sentir, ver y oir. Pero tengo ojos, oídos, siento y sé leer ... o eso creía.

Así que caí y mi manera fue a cámara lenta de modo que podía comprar el periódico y saludar a las personas:

- ¡ Adiós Fermín ! ¡ Ten cuidado no vayas a golpearte en la cabeza y quedar tonto !

Y les saludo con la mano sonriendo mientras intento saber si hubo otro sentido en sus palabras.

- ¡ Hola Fermín ! ¿ Ya te ve vas ? ¿ Tanta prisa tienes ? 

Y respondo "No" mientras me pregunto si de veras les importa lo que me sucede. ¿ No ven que estoy cayendo sin remedio ?

A ratos como matojo rodante, como dominó saltarín, como croqueta de metro setenta o contenido de saco terrero.

También, mientras transcendía hacia abajo, conocí una mujer que me susurró al oído palabras tiernas que aún siento pero nunca recuerdo porque de pronto grita:

- ¡ Fermín, deja de hacer el bobo y pasa la mopa !

Y paso la mopa que por cierto es una maravilla puesta al lado de la aspiradora. No tiene cable, recoge el polvo mejor, se desliza, no pesa, no ocupa sitio ... ojalá toda la mierda del mundo pudiera quitarse sin ruidos, de forma sencilla, suave y discretamente.

Un doctor experto en huesos me visitó durante el descenso y dijo "Para los problemas de su piel no existe cura" y otro, especialista en cabezas, añadió "Como sus tripas no admiten el gluten debe comer todo el pan de trigo posible, pues así aprende" y la única doctora que se aproximó con ganas de ayudar dijo "Usted debe tomarse estas pastillas para el dolor de sus heridas" cuando yo solo deseaba una mano para ayudarme a parar.

Mientras dormía seguía montaña abajo. Es increíble lo alto que puede estar uno sin saberlo. Y en mis sueños me veía feliz entre mucha gente buena ayudando de corazón. Pensé "¿ Y si me quedo en este mundo de ensueño a vivir para siempre ?" pero entonces me golpeé con una piedra en la rabadilla, lugar donde antes de antes estuvo un rabo y antes, pero menos antes, otro de otro y de minúsculas dimensiones quiso estar. Y desperté ... oliendo a tabaco.

Una mano me sujetó mientras con la otra fumaba su tabaco y dijo "Ven, yo te ayudo" y fui. Me quitó la ropa y curó mis rasguños con un método extraño: un herida más profunda. Y dijo "Ahora sentirás solo esta herida. ¿ Te gusta ?" y dije "No. Cerdo." y me soltó y pude caer libre, triste y asustado por conocer que lo peor resulta de lo bien que hacen el mal los mejores.

Alguna mano amiga fue ignorada, debo reconocer, dentro de mi habitual zopenca desconfianza.

Cuando por fin se acababa la montaña caí dentro de un caldero de agua caliente y por momentos me sentí muy cómodo y acurrucado permanecí bien sumergido. Eso debía ser lo que llaman "gloria bendita". A pesar de escuchar insultos y lamentos amortiguados en aquel balde caliente.

Y ese fue el fin.

O eso creía.

Nota: Si te quedaste con ganas de más, ráscate el ombligo y verás.

miércoles, 21 de agosto de 2019

Reina de la sutileza

"Alguien me dijo una vez, que en el momento que te detienes a pensar si quieres a alguien, ya has dejado de quererle para siempre" Carlos Ruiz Zafón, La sombra del viento.
Muchas veces nos creemos diferentes a los demás. Especiales con el sentido de preferibles, que suena más humilde que diciendo mejores. Y nos podemos ver distintos siendo con toda probabilidad una copia de tantas. Si quieres, con marcas para ver con microscopio antes de confirmar que es una copia diferente. Los patrones generales son similares. Después de decir eso me voy a contradecir un poco.
Mi vida, tan singular en ocasiones -penosas-  y apartada -con gusto- de lo social casi siempre, guarda en ciertos aspectos un parecido con la de mi compañera de blog. Mi esposa recibió la recomendación de no ser pareja conmigo y algunas de sus amigas trataron de prevenirla sin conocerme.

Bueno. Pues lo mismo no eran malos consejos. Quién sabe si su vida hubiera sido más feliz. Reconozco que yo sin ella me habría estancado en los 21 y después me habría costado mucho salir adelante por mi cuenta. El texto que sigue es de esta amiga de blog, siempre escasa de tiempo que prefiere publique por ella este texto suyo aquí:
Demasiado amor para contenerlo - Lisa Dubois

Soy tan visceral que no puedo fingir sobre lo que no siento.  Hasta prefiero romper relaciones a vivir un “cuento”.  Pero fíjate por donde que por distintas circunstancias me estoy convirtiendo en la reina de la sutileza, que siempre será mejor que reina de la mentira.

Todo el mundo me decía "No te cases con un minusválido que ya verás" pero ahí se equivocaban. No es la minusvalía física la que mata o cansa, es la forma de ser. El egoísmo, ser posesivo ( entender mal el amor ), la dignidad a destiempo, la soberbia o pensar que sigo a su lado con el deber de "servir" sin derecho a opinar. Ni siquiera puede entender que ayudarle no me cuesta pero cualquier persona con esa actitud me cae mal. Y viniendo de él me duele porque le quiero.

A lo largo de la vida he creado un mundo feliz donde nos íbamos adaptando y disfrutando de la vida pero el tiempo, ese que dicen que todo lo cura o que todo te enseña o te pone en tu lugar, ese tiempo me ha demostrado que todo era ficticio. Lo único que se iba adaptando eran mis esfuerzos y mi amor. Al menos yo me siento así.

No digo que él no me haya querido, pero a su manera, igual que su hermana: primero están ellos y luego los demás. Juzgan de antemano, desprecian y si no se está de acuerdo en algo, aunque sea en tragar ruedas de molino, ya estás contra ellos.

Tengo que medir cada palabra que digo porque si no le hago enfadar.

Tengo que medir cada gesto. Tengo que medir todo y ni las medidas son ciencia exacta, ni yo quiero ser una máquina de calibrar.

Y después de enfadarse por lo que sea -aunque no lleve razón- cuando ya se le ha pasado la rabieta, sin olvidarse de incluir el jodido mensaje "Me quitas las ganas de vivir", pues eso, cuando se le pasa y ya se encuentra bien, abre su mano con magnificencia  y dice "Ven, anda. Dame un beso."  perdonándome la vida.

Estoy cansada y sin otra solución que volverme la reina de la sutileza para pisar fuerte en mi mundo mientras paso de puntillas por el de él con sus intrincados mundos anidados. 


domingo, 3 de febrero de 2019

Pilar y el trabajo de limpiar

Judi Krew - Comando Cleaning

váter, wáter
m. Retrete. Wáter es un préstamo del inglés para designar el retrete, un espacio en cierto modo tabú, en torno al cual se crean expresiones eufemísticas, al igual que en relación con el acto de defecar y orinar. © Espasa Calpe, S.A.

No hay trabajo indigno.

Hoy a Pilar le toca limpiar los baños. En esas habitaciones de residencia hay retretes. Donde la gente cagamos. Hala. Qué poco fino. Podría haber dicho que es donde se hace de vientre y, del mismo modo que en la Espasa Calpe dicen, dar rodeos al pequeño tabú.
A Pilar se le acaba el tabú en cuanto se pone los guantes, agarra el estropajo y los productos desinfectantes desodorantes y se arrodilla junto al "inodoro". Lo mismo que en la bandeja y los platos se pegan restos de comida, en este aparato dotado de cañería se pega la descomida, o sea, la mierda.

Los cagones y las escobillas de su propiedad: eternos desconocidos.
Las públicas... ¡vete a saber quién y cómo las ha tocado!

Pero si tienes tu habitación en una residencia y gozas de tu propio baño con váter lo normal será no dejar pegadas en él las cascarrias para que las retire la de la limpieza, que no sabemos ni cómo se llama. "Esto es humillarle a uno" dice Ana, la cocinera de la residencia que a ratos también limpia pero sin meter la mano dentro, ni con guantes ni de cerca, al tiempo que -mano sobre mano- observa a Pilar y da una conferencia sobre la correcta limpieza, la rápida, la que se hace "por encima" y sin necesidad de tocar esas guarrerías.

No es por eso que está llorando ahora. Para ella ha sido la misma canción en casi todos sus trabajos. Está triste y llora porque tenía ilusiones renovadas con su trabajo nuevo. ¿Se puede tener ilusión por un trabajo así?

Pasados los 50  -aunque su físico no es atlético- lo da todo correspondiendo a la confianza de haber sido contratada legalmente por primera vez en su vida. Ha dejado de ir de casa en casa.  Cree dejar atrás el salario que nunca sube y tonterías como:
"si yo la casa la tengo muy limpia ..." así que poca tarea tienes conmigo.
"esta es la chica que me viene a limpiar"  aunque esté en el funeral de mi padre, es la chacha.
"si necesitas ayuda con el doctorado de tu hija, dímelo" que quedo bien aunque no sea cierto.
y un largo etc de historias similares del día a día sumando años de infravalorar y humillar.

Pronto llegó la noticia de que el contrato no correspondía con una residencia sino con empleadas de hogar que no tienen derecho a paro y ... no quedó otra que seguir bregando. Cinco meses más tarde las 5 horas diarias pasaron a 3 porque no había dinero:
"El contrato indefinido pasa a temporal hasta junio y luego ya veremos. Tienes que renunciar al finiquito, claro, y las vacaciones cógelas antes de Junio." Eso tras dejarse la espalda pintando una habitación, haciendo tiempo extra gratis a diario ...

No, no es lágrima fácil. Cuando era pequeña ya limpiaba los PAÑOS de los sobrinos pequeños que dejaban en casa de la abuela, sin lavadora. Encargada también de las tareas de casa por que su madre se encamaba rápido para paliar sus contínuas dolencias. No recuerda de ella sentir afecto alguno excepto aquél día que, extenuada y deprimida tras rozar la muerte en su primer parto a los 30, dijo "ya no puedo más".

Es una vida acumulando falta de mínimas atenciones, carencias de amor y pleno abandono cuando sola, con 11 años, en la casa de la ciudad sus hermanas mayores iban a trabajar; sin alimentarse hasta padecer anemia, romperse un hueso que no soldaría y recibir dolorosas inyecciones. Era una chica transparente -casi de plexiglás- y el amigo de la pandilla la llamó Britina.

Pilar se pregunta porqué Britina tuvo tan mala suerte hasta con los padres de su marido que la prometieron un trabajo de dependienta "más digno, con vacaciones, paga extra y dada de alta". En esa tienda llamaron subnormalito a su sobrino predilecto  ( intenso dolor e ira )  mientras destilaban una tras otra en mentiras sus promesas. Y sin valor para decírselo a la cara -lo que es peor- la obligaron a que se fuera.

Britina marchó de aquella tienda y volvió a la fregona, la plancha, la cocina y los baños de ancianas que se cagaban por casa y la recomendaban poner sangre de menstruación en las empanadas para mantener el amor del marido. Una tras otra, personas que a lo largo de su vida pretendieron hacerla creer ignorante, valorando en nada su labor y en cero su respeto.

Casada con un hombre inseguro, sin dinero ni aspiraciones, difícil y ausente en su propio mundo, se plantea hoy, herida, si mereció la pena amarlo a cambio de casi nada.

El quiere recoger la cocina empezando por el final. Ella le corrige y dice:
-Te quiero. - y lo abraza. Él, asustado primero y dos segundos después, tranquilo, responde:
-Gracias. - Tras un corto silencio, Pilar lo aclara más:
-Te quiero mucho cariño. - Y demasiado tiempo después, él responde:
-Yo también te quiero. Mucho.

Qué historia la de Britina Parasintética que ni siquiera tuvo suerte en el amor cuando era lo único que necesitaba para sentirse más fuerte. Tuvo que esperar a que la vida enseñara, bofetada a bofetada, que esto no es el paraíso sino un sucio jardín lleno de mierda donde hay que cuidar los pasos para que ésta no te llegue a las orejas. 

sábado, 12 de abril de 2014

CARTA A LOS SILENCIOS

Letter to silences.
"Bienvenidos al mundo de nuestros sueños. Que la única enfermedad de nuestros corazones sea, la enfermedad de las emociones"


Muebles con el encanto y la emoción de una casa mágica y llena de rincones parlanchines.
Desde hace mucho no tengo un rato tranquila para escribir, y cada día completaba un poco la carta a los silencios que empecé...
Se ha ido haciendo tan larga que ya no sé qué poner.

El silencio -los silencios- siempre me han atraído, más por lo que dicen y gritan que por lo que callan.
El silencio es necesario aunque a veces duela.A veces es un llanto. A veces es obligado. A veces es una putada.

No tengo ni idea de por qué siento los gritos del silencio de algunas personas a las que quiero. Quizás por el no saber. Quizás por la tristeza que pueda transmitir ese silencio o quizás porque, de alguna manera, me llegan los desahogos aunque sean en silencio.

Sé que no todos los silencios son traumáticos y muchos son fruto de la relajación necesaria para continuar con nuestras vidas, pero hay silencios que te tocan el alma (eso si la tenemos).

Laura Makabresku
El silencio hay que respetarlo, aunque sea un tanto pesada e insista en saber, porque envuelve más que las palabras y es respetuoso, y me gusta a la vez que le temo. Pero lo entiendo o cada vez quiero entenderlo más.

Los silencios que mas duelen son los que ya no puedes decir porque siguen atormentando, y los que más reconfortan son los que guardas porque así no has hecho daño.

El silencio es una paradoja de la vida y de cada uno: es demasiado particular para generalidades.
Echo de menos algunos bullicios que se han quedado en silencio.

Me he silenciado con algunas personas por obligación o necesidad emocional y en cualquier caso no me gustaría quedarme en silencio con otras que forman parte de mi vida.

El silencio es paz cuando no duele.

Hay veces que parece que estemos en silencio, pero no lo estamos. Tan solo no emitimos palabras; pero no estamos en silencio.

miércoles, 27 de julio de 2011

Carta a Miguel Bosé

"Los prejuicios, y es bien sabido, son difíciles de erradicar del corazón de aquellos que nunca han fertilizado su educación. Crecen allí, firmes como malas hierbas entre rocas." Charlotte Bronte

Estimado Miguel:
En primer plano, disculpas.
Cuando el mundo me daba vueltas
y abría los ojos sorprendido por todo,
te ví actuar en un plató de televisión.

Cuando era más sensible a conocer,
mi padre dijo
"vaya maricón" y chasqueó.
No me daba cuenta pero
Don Diablo sexo, Don Diablo raza y sus amigos
los fachas, clavaron sus raíces en mis juicios.

Profesores para curas regaron 14 años
-yo ignorante-
los brotes que nacieron.

Del niño insociable que sujetaba una columna
del recreo salesiano, hasta un pre adolescente
(detrás no entraba eso) con pudor ya para siempre.

El orden mundial lo decidía mi padre,
pero la terquedad -más fuerte- dijo no a la mili.
En mi boda sin dinero no hubo hambre mi capitán,
y compré de Ana Belén y voté al Psoe, convencido.

En el tiempo mi esposa aplaude tu imagen,
le regalo un disco de sombrero que me asombra
y vamos a la Plaza 'pa verte' actuar.

Las masas me agobian, ocho años no asoman
y la niña no ve, 'vámonos ya', 'pronto, otra más".
Mis niñas tras el escenario, solo oigo la guitarra,
pero te vemos, es lo importante, ya me dirás.

Esa de 'Morena mía' suena increíble,
profesional, me regusta y pienso cómo transforma
el saber a las personas, frente al dinero,
los padres, el poder y el querer, porque sabiendo
somos, no como soñábamos, sino mucho mejores.

Me ahorro los infinitos llantos por causa de mi padre,
por causa de mis miedos y los llantos
me he ahorrado, reconociéndote como una persona más
que también ha madurado.


Nota a 10/01/2021:
Siento que se nos va la cabeza. Cuando creíamos ser, cuanto imaginábamos, de pronto un día despertamos convertidos en un monstruoso insecto y perdemos todos nuestros fan. ¿Y quién necesita fans? Yo no, desde luego.

domingo, 24 de enero de 2010

Solía creer

"Solía creer en el poder de las palabras para viajar hasta la lejana atmósfera viva.

Yo solía creer que podía sentir amor y caricias como los demás, confundiendo mi presencia en la vida, con una vida imaginada.

Si alguna vez tuve ilusión por algo, no recuerdo ese algo.
Solo sé que existe el amor solo,
sublime e inmaterial en su atmósfera viva
pero tan cierto como la gravedad egoísta de este suelo 
que me aferra desde la oscuridad y el olvido.

Más de una vez me soñé ilusionado rozando el amor
y siempre terminé adorando a la muerte.
Ahora sé que no soy digno de ser amado, 
que mi camino siempre ha sido inútil
a vueltas y vueltas
dentro del egocéntrico laberinto 
de una mente absurda y cansina.

Vivo entre piedras de colores de horribles nombres. 
Hablo entre batas blancas de mis sombríos pensamientos. 
Pierdo el peso para elevarme 
por volver a sentir aquel aliento vital
 y cien pares de ojos 
me atan los pies 
y bajan mis manos."