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miércoles, 21 de diciembre de 2022

Criadas y Señoras


Buena película para mi gusto.

De los años 60 cuando mujeres negras iban a trabajar a casa de mujeres blancas. Señoras del estado de Mississippi con posibilidades como para pagarse una criada.

Han pasado 62 años desde entonces.

Se han superado con mucho todas esas situaciones en las que la señora ya no puede explotar ni humillar a su negra criada y las personas negras ya pueden campar a sus anchas. ¿No?

Dicen que no es correcto usar "personas de color" porque es un eufemismo insultante. Algo así como dar rodeos. Como si lo negro fuese algo malo y quisiéramos decorarlo.

Pero 62 años no parecen ser gran cosa. Opino que es más una cuestión de poder. El empleador siempre habla desde su púlpito a los siervos sin dar opción al diálogo porque primero debe abandonar las alturas y es arriesgado bajar e igualarse. No somos iguales.

Algunos aprovecharán esa posición de poder para olvidar el respeto y dejarse llevar por bajos instintos. El maltrato repetido que propinan muchas veces las personas contratantes o sus mandos intermedios, estos delirando: soñándose herederos directos del gran poder. 

La historia no ha evolucionado a lo grande.

Mi esposa llegó a la residencia donde trabaja para cumplir con sus obligaciones y ponerse su modelito de currante: pantalones y casaca con una talla diferente (no vayas a sentirte cómoda).

De "camino" a "La obra" no tuvo que tocar el timbre porque en la puerta de acceso principal estaba una de las mandarinas, uno de esos mandos intermedios en aquella laberíntica residencia, conglomerado de cuatro casas unidas a base de obras a lo Pepe Gotera y Otilio.

La mandarina, limón o más bien fruto enmhoecido y amargado en su propio jugo, al ver que se dirigía hacia ella debió sentir que se le subían los vapores y se apresuró a cortar a la criada:

-Mmmm, ¡ Espera que ya te abro la otra puerta ! -la cerró apresurada y mi esposa se dispuso a esperar delante de la otra puerta, la del servicio.

Cada cual en su lugar. Es lo propio. Para qué una vida dedicada a los altares, poniendo flores a los muñecos que los habitan. Porqué  matar los pequeños placeres de la vida con el dolor del cilicio. Cómo alcanzar la excelencia en el trabajo si no eres una excelente pedorra que se abruma con la naturaleza de su cuerpo. Cómo mover la batuta para decir lo que está bien o mal si no le haces saber a tus criadas que están ahí para esto:

Para retirar sus escupitajos en el lavabo con todo su material biológico envuelto en alegres burbujas. Para degustar el olor de la sangre del periodo en la compresa abierta y a la vista. Para vaciar de la papelera la caca en el papel higiénico. Para darle con la plancha a una camiseta que no se ha lavado por ahorrar un poco y así hacer infusiones de sobaco ajeno. Para trenzar en un moño el tapón de pelos que han tupido el sumidero.

Resbalando sobre los restos de suciedad que embadurnan unos suelos para los que no se dispone del tiempo de fregado necesario. Arrastrando con la mopa un polvo que después se desprende inevitable haciendo cercos.

Metiendo las sobras de un día en un puré que habrán de comer al día siguiente. Descongelando alimentos que vuelven a congelar y descongelar en un ciclo sin fin. Rebañando lo que dejen en los platos los señoritos (¿ellos comen mejor?) para aprovecharlo y comerlo ellas, las numeradas de bajo rango, en sus cocinas. Y todo ello cantando las excelencias de su estupenda cocina. Quizá así se sugestionen y crean que una tortilla francesa puede ser un plato deslumbrante. Y al final lo es considerando las otras opciones.

El dinero.

Al final lo que más consideran es el dinero. Aportaciones de súbditos fieles al gran legado. Al gran engaño que solo busca engordar las arcas ahorrando en cada detalle. Robándole a la dignidad y al respeto ajeno hasta dejarlos más pelaos que un pollo: desplumado, destripado y listo para meterlo en la olla hasta sacarle el último jugo,  cuando ya no sepa a nada. Y después se harán con la carne que quede unas croquetas.

Al final no encontraremos nada de aquellas personas que entraron a formar parte de esa familia. Veremos gente deshumanizada que no siente ni padece tan siquiera por su propia vecina, puerta con puerta. Gente que enfermó y fue enviada a la habitación más retirara para no tener que afrontar su enfermedad y que con desagrado se topará con los mechones perdidos durante la quimioterapia.

Encontraremos inquilinas que abandonaron la residencia bajo la terrible y esclarecedora frase: "Me voy porque aquí no se encuentra Dios por ninguna parte." a lo que yo me pregunto porqué una capilla para rezar.

Qué necesitad de tener a Dios más cerca pero bien encerrado en una habitación si no es porque no guardan espacio para El en sus corazones.

jueves, 8 de diciembre de 2022

La procesión va por dentro

—Tengo mucha imaginación.

—No. Imaginación tú, no tienes.—Jake es tajante cuando cree tener la razón pero Finn no está dispuesto a aceptarlo:

—Tengo una inmensa imaginación. Puedo inventarme la historia que quiera.

—Nope, nope. Mi imaginación si es poderosa. Y sobrenatural.

—Cuerpo elástico tienes, si. Imaginación elástica, no.

—Finn, lo que tú tienes en la cabeza son recuerdos de películas,  dibujos animados, música, fotos, cuadros ... algo de un libro que leíste ... una web que visitaste ... pero sobre todo películas. Intentas transformar eso en algo imaginario pero se te nota.

—¿Quién, lo nota?

—Yo, lo noto.—un silencio. Una falta de respuesta. Finn sale hacia su cuarto. Quiere mucho a ese chucho, su hermano adoptivo. Su amigo. 

—A ver Finn, cuéntame esa aventura que has imaginado.

—¡ SIII, ese es mi Jake !

—Ya, yaaa, dale.

—Pues verás. Había pensado juntar a algunos amigos nuestros para ir a explorar el extramundo.

—¡ Por el hijo de Chapulín ! ¡ Eso no es una aventura, es UN SUICIDIO !

—¿¡ No te atreves a una aventura extrema !? ¡ TE HAS HECHO MAYOR ! Hermano, dentro de poco te veo todo el día tumbado al sol a la puerta de casa.

—Ejem. ¿Cuándo salimos? Aviso a Arcoiris ... 

El grupo de amigos se formó en seguida animados por un Finn para quien la vida no había creado aún el desafío definitivo. Una de esas personas llenas de vitalidad y optimismo al punto de locura.

Eran unos 12. No me voy a poner a escribir nombres pero no faltaron Beemo, la vampira Marcelina (❤️), la princesa chicle ni la princesa grumos (❤️) por extraño que parezca.

No habían recorrido mucha distancia en el extramundo cuando de pronto les cayó encima una lluvia super-mega-ácida que ahogó aquella comitiva al  tiempo que corroía sus cuerpos. 

Durante un minuto escaso sufrieron de esa muerte espantosa.

Desde Ooo enviaron algunas batidas de búsqueda que jamás regresaron con vida para contarlo.

Una procesión de hormigas apareció en mi cocina. Las vaporicé con vinagre. Volvieron más pasados unos días. Tapé todos los huecos con cementillo plasticoso. Puse trampas dulces.

No he vuelto a ver hormigas en mi cocina.

Me pregunto si la procesión va por dentro.

miércoles, 31 de agosto de 2022

Let no one know




Let no one know anything even if you are broken inside because no one is interested in you at all, least of all the pain that gushes from the bottom of your guts.

Nobody should know anything about your secret life, about your silent absence or your death so long announced.

Let no one know anything, because no one knows anything about how much you care and love the truth.

And always silence your cry. May it seem childish like so many. May it drown in the black pillow of the hostile night and be lost in the bloody dawn of each day: another day repeated.

Let no one know of your brother. Of what happened under the dirty sheet that hid his hand. Of the blind mother who saw you sweating as your young body was stolen: when guilt wasn't a sense and feeling wasn't even a sin.

And even if your mother opens her eyes and sees, may she know nothing of the son who changed from living to inanimate. From smiling to self-absorbed, from calm to violent, from normal to weird.
Always strange and suspicious, complicated, the son who was born seeing others with his eyes closed.
The daughter who died being above all a hindrance of bones by ancient and backward hunger.
A daughter who ate among blind men: blind men full of hands.


Let no one hear what you heard too close. So close that your ears burned because no one wants to hear you with personal truth, so sincere and direct.
Because no one will believe the remote dream of the minimal person you were nor will they want to exchange a devoted father for that vermin of the nightmare you lived.

Let no one know anything of why in your blood run devils that destroy and caress your mind.
It is that you cannot tell them of their terrible howls and teeth strung in sores as their sawed knives lick your rusty skin. From your temple flows silent pain to trembling, obfuscated fingers.

How are you going to explain to them that you're scared of people, that you're disgusted by toilets, to shake their hands with you or your arm being held, that you hate a colour or a smell, and can't stand that taste or the touch of your clothes or that secret, sensitive heart fibre of your wounds?

Let no one know anything even if you are broken inside because no one is interested in you at all, least of all the pain that gushes from the bottom of your guts.



Don't let it show - Alan Parsons Project (I Robot)

Si se está haciendo difícil afrontar cada día,

.............................If it's getting harder to face every day,

no lo demuestres, no lo demuestres.

.............................Don't let it show, don't let it show.

Aunque sea duro aceptar lo que dicen,

.............................Though it's getting harder to take what they say,

déjalo pasar, déjalo pasar...

.............................Just let it go, just let it go...

Y si te duele cuando dicen mi nombre

.............................And if it hurts when they mention my name,

dí que no me conoces...

.............................Say you don't know me...

Y si te ayuda cuando dicen que tengo la culpa

.............................And if it helps when they say I'm to blame,

dí que no te pertenezco

.............................Say you don't own me...

Incluso si es la salida más fácil

.............................Even if it's taking the easy way out,

guárdalo dentro de tí.

.............................Keep it inside of you.

No te rindas

.............................Don't give in.

No les digas nada.

.............................Don't tell them anything.

No dejes que,

.............................Don't let it,

No dejes que se sepa.

.............................Don't let it show.

Incluso aunque sepas que es incorrecto decirlo,

.............................Even though you know it's the wrong thing to say,

di que no te importa, di que no te importa.

.............................Say you don't care, say you don't care.

Incluso si quieres creer que hay una solución,

.............................Even if you want to believe there's a way,

No estaré allí... No estaré allí...

.............................I won't be there...I won't be there...

Pero si sonries cuando dicen mi nombre,

.............................But if you smile when they mention my name,

Nunca te conocerán

.............................They'll never know you.

Y si te ries cuando dicen que tengo la culpa,

.............................And if you laugh when they say I'm to blame,

Nunca les pertenecerás

.............................They'll never own you.

Incluso si sientes que no tienes nada que esconder,

.............................Even if you feel you've got nothing to hide,

guardalo dentro de tí.

.............................Keep it inside of you.

No te rindas

.............................Don't give in,

No les digas nada.

.............................Don't tell them anything.

No dejes que,

.............................Don't let it-

no dejes que se sepa.

.............................Don't let it show.

domingo, 31 de julio de 2022

Wolf love

Todas las fotografias son de Laura Makabresku

Every night the wolf sets out after the brief footsteps of his beautiful elusive prey, sniffing every corner, leaving silken threads woven by an ancestrally revealed desire. He runs stealthy and cunning by nature, each movement like a small leap, imperceptible but clear, along the path of infinite delirium that runs through every limb of his body, sinewy and strong.

He can feel her daily and indispensable presence so close to him from wanting her so much, from dreaming of her amidst so much struggle and so many epic nightmares. The black wolf can perceive in its muzzle the stubborn vibrations of light footsteps, tender as fantasies on an exquisite palate, swift and dancing among the terrified grasses, the fawn's paws.

The soft deer comes out between the millennial fear and the sharp blade of the inevitable twilight. It thinks it is safe with less light and less horizon, with less curious eyes and less smells, with less sounds without concert among so many illusory incisive and at the same time so close and authentic.

The crow caws in the daytime but saves its crooked and arched beak for the snowy garment of the fairies during the angelus. It awaits, master of time and with patience, the unpostponable future of the blood flowing down to the last drop of that small and unarmed capture that progresses unnoticed through bushes and brushwood without its mother's knowledge. It will surely keep for itself the remains of the putrid game and then the dried skins and then the clean bones that no one wants.

Nature lies already dead with ochre leaves and dried petals on old sheets of paper, in jars sealed by withered cork.

The wolf's eyes see the creature near. The tiny deer knows how his faithful archer turns that sharp ears. He fires his crossbow and leaps the piece in a breath against the last remaining light of dusk. The fawn stares quietly between the deepening stars of the devoted wolf. He caresses his beloved's belly with the cool, cheeky kiss of his muzzle and she wants to be set on fire with love from her hip to the deepest recesses of the nest. And he slowly nails her tooth of love with all his affection because she accepts him in a unique and feminine trembling. And both shake intensely and passionately to the rhythm of the only heartbeat. Frenzied, they intertwine their black fur vigorously against those brittle, pale, scratched and smooth paws.

What a vehement ecstasy unites us when we fall prey to instinct and how time unravels it, lurking, hidden among our strongest and densest fibres, those that, under the illusion, we believed to be eternal.

Волк любовника. (Wolf love)

El lobo y su cervatillo - foto de Laura Makabresku

jueves, 30 de junio de 2022

Ruido. Mucho Ruido.

"Lejos de tanto ruido es cuanto vivo
como ser ciego de pasiones lentas,
sordo como brasa última
que tus manos nunca aprecian." 
Fermin RdT


En la luz azul de los coches de policía. En los puntiagudos faros ardientes que noctámbulos aguijonean la carretera. 

En un sol azotando de pronto sin piedad entre el suelo y una pared clara, a saltos de nube, rodeado y sobrecogido sólo me salvará cerrar los ojos, no mirar, no sentir dolor contra negrura luminosa.

En el penetrante pitido del bus que avisa de la entrada o salida de su rampa para personas en sillas de ruedas, chirriantes pitidos de peligro, agresivo aviso de normativa pública.

Nunca para el ruido.

Al calentar en microondas o hacer el café, al aspirar del suelo los polvos echados a dormir, cambiando del pelo al ambiente la humedad con secador, al acondicionar el aire o moverlo  con aspavientos, la décima potencia de la termomix que empuja a saltar por la ventana: ¿qué debía hacer primero? 

Un currículum en láser, un chocar vasos y platos del lavavajillas al estante, la pelea entre cubiertos por ser lo más Top en su sección o el puf puf en la olla depresión. Salvaría la viuda alabadora por su revolcón en mi ropa limpiándola de pasión pero ...

... es mucho ruido.

Mejor que los gasóleos o las motos petardas de medio pelo o las hermanas mayores de mil caballos desbocados en su armadura sería, si lo fuese, el rodar los coches eléctricos por la calle

Sirenas  asesinas deambulantes abriendo las sienes al asfalto. Bomberos neurasténicos que incendian mi frente ya sofocada de por sí. Policías criminales pululando por entre mis mejores sueños. Bocinas traficadas de errores ajenos enjuiciados, sentenciados con insultos a tragar en ásperas cápsulas de metal. 

Siguen siendo ruido los jubileos del equipo que ganó la partida o esas otras manifestaciones de proclama por un mundo de oportunidades perdidas, mundo perdido de oportunidades informadas, nunca atendidas.

Los tac-tic del teclado, del reloj a cuarzo, al compás clic de mi ratón mientras suenan de fondo ventiladores en el ordenador leyendo a 7.800 revoluciones por minuto un CD de AC-DC en curso hacia las 7.200 del  tieso disco interno.

Ruido, tanto ruido que confundo la música con su estampido.

Los Pii-pirri-piiiii de pájaros cantores en celo sobre mi ventana a las 4 de la mañana y lo peor, el patrón espaciado en sus silbidos. Palomos que decoran con heces la ropa tendida y tórtolas e incluso mochuelos que se chillan de a tres en la distancia también codificando secuencias. Perros levantando el eco en otros perros acompasados en su estridente coro sinfónico. Gatos apasionados que parecen bebés llorando en armónicos calcados. Loros o periquitos enjaulados que deleitan repitiendo a sus personas de acogida lo estuchado. Mosquitos que buscan insistentes la sangre dulce de mi esposa olisqueando al paso esta oreja. Mi yorkshire matao a nerviosos ladridos.

Muchísimo ruido.

Patrones en formas, luces y sonidos que despiertan y fijan mi mente como una inyección de café oscuro cargada con adrenalina.

Palabras. Acusadoras broncas vecinales y llantos compartidos. Miles de palabras y frases repetidas sin origen ni destino.

Hablar y hablar hora tras hora sin necesidad como si hablar no fuera también una algarabía a lo comedido. Decir las mismas cosas por supuesta educación. Platicar de un tiempo mejor y otro peor que cada cual siente diferente mientras asiente con quien tiene enfrente y si le agrada miente o lo desmiente si no lo soporta a pesar de sentir igual ... qué distintos matices los del verano pero cuán afines a un infierno disimulado.

Lo que siempre es igual, el ruido. 

Ruido de ideas indirectas ocultas entre palabras suaves, conductas abyectas.

Ruido de mortero, de balas en siseo, reactores de altos vuelos, bombas enormes que derriban edificios enteros, muerte sin espacio en los cementerios, cuerpos pudriéndose en medio de una sociedad descompuesta.

Un mundo de ruido en el que algunos hicieron hueco profundo,  lo cubrieron de pluma, de aire aislado, perdido de senderos lógicos, de líquidos espesos, de un amor huraño entregado a poquitos sin que nadie sepa ni comprenda su sentimiento.

Lejos de tanto ruido es cuanto vivo
como ser ciego de pasiones lentas,
sordo como brasa última
que tus manos nunca aprecian.

lunes, 13 de junio de 2022

El caracol y Yannis Lobaina

"Tus sentimientos son parte de algo más extenso que este pequeño mundo y, a la vez, algo tan frágil como tu mejor sueño o tan poderoso como ese sol ardiente hecho deseo." Fermin RdT
Polymitas de mi abuela Ana
Esta preciosa foto de Yannis Lobaina tiene nombre: "Polymitas de mi abuela Ana"

No es normal pero a veces me asombro y me gusto en algunos momentos preclaros de escritura narcisista. Es el caso de un comentario en respuesta a Yannis Lobaina que escribe el blog "En la red del tiempo" sobre "7 cosas que he aprendido de nuestro Caracol en 7 días".

Ella enumera estas ideas a partir de los caracoles:

1.- Que uno crece, desde adentro y en silencio

2.- Que cuando uno siente que las condiciones son favorables, entonces, sale de su concha y decide seguir su trayecto.

3.- Que somos capaces de ascender tan alto como nos propongamos

4.- Nuestro dolor, heridas, y traiciones nos servirán para curarnos…así como ellos usan su propia baba para curarse de las heridas y librarse de infecciones. Autocurarnos.

5.- Tomarse las cosas con calma. Saber protegernos. Caminar con cautela. Y poder tener PAZ.

6.- Disfrutar el momento preciso. Paciencia.

7.- Entender que para llegar a la meta hay que hacerlo con un horizonte bien definido, más allá de las vicisitudes que llevemos sobre las espaldas.

Y le respondo:

Me gustaron mucho tus siete mandamientos.

Son más que pensares, son vivires.

Me envuelvo con la seda de tus siete magníficas reflexiones como esa oruga que se sueña voladora.

Son lentos y yo como ninguno. Para todo: decidir qué quiero, responder qué espero.

Tan lento soy que amo al día siguiente, cuando mi amada está ausente y sentirme no puede.

Ellos son líricos y a la vez conocen la matemática de Fibonacci.

Yo quisiera ser escritor pero escribo programas de ordenador.

Se cuidan las heridas. He herido mi cuerpo para curar luego sus heridas.

A pesar de tanta cautela como compartimos por el futuro, de escondernos en nuestras conchas a la espera, de aquella lentitud que exaspera los ojos de quienes nos observan, existe una diferencia irremediable entre estas cremosas criaturas y el pretencioso que te comenta.

Ellos saben amarse sin fronteras en el cuerpo y sin poner la mente en una bandera.

martes, 31 de mayo de 2022

Un mundo alternativo

La "normayoría" de la gente padece una ceguera y sordera que  pasan inadvertidas porque superan los límites de los sensores en la otorrinolaringóloga consulta colectiva. (FRdT)

Hay un mundo alternativo donde sentirse aparte del real que es tan amenazante.

No. No es en la bebida. Tomarse el botellín de Mamajuana K-ribú con sus 30º te vale para retrasar las decisiones y coger un mal vicio. Aunque puede parecer lo contrario, en ocasiones he tragado algo que tuviese algún grado para centrarme en el mareo del alcohol. Eso es lo que hago en solitario, quedar mudo sintiendo solo el mareo.

Cuando hablo de alternativas positivas a esta vida es como usar una expansión en el juego de los SIMS, un mundo de fantasía que nos desconecta y ofrece descanso de este.

Más que una fantasía, con nuestra realidad paralela podemos establecer un nuevo orden mientras guardamos el nexo a este tan caótico.

Es difícil comprender cómo la sociedad valora de forma tan negativa las personas que difieren pero luego no tiene mayor problema en mirar para otro sobre cuestiones de mayor relevancia.

Infinidad de reglas no escritas, leyes entre humanos que se sustentan con violencia, como un linchamiento de amplio espectro: desde suave y refinado hasta el más puro salvajismo desatado.

Por ejemplo, existe un modo predefinido de vestir.

La ropa, algo tan superficial, tan inútil como necesario, es una de esas normas sociales. Cualquiera que no aprenda a llevar las prendas establecidas para momentos determinados tendrá problemas. Incluso vistiendo una falda o pantalón válidos serás objeto de burla si no aprendiste cómo se debe colocar: si más arriba de la cintura o si al revés, si la camisa por fuera con esto será por dentro con aquello.

Otra: debes caminar según el formato social.

¿No es simple? ¡ Que sólo hablo de caminar ! Pues no. Solo eso, arrastrar los pies, dar zancadas demasiado largas o cortas, balancearse por demás o ir más rígido de lo considerado "normal" así como el movimiento conjunto de cabeza y brazos servirá por si solo para que los dedos apunten y las bocas rían burlonas. 

Más: la manera de hablar es juzgada nivel Núremberg.

La entonación puede resultar insoportable. Puede modularse sobre ondas consideradas femeninas, carecer de entonación, incluir palabras rebuscadas, etc. Incluso el silencio es una forma de hablar repleta de normas basadas en tonos corporales e intrincadas expresiones faciales. Hasta responder cuando se espera el silencio también tiene sus propios vicios ocultos.

¿ Porqué caminas así Fermín ? ¡ Pareces un drogadicto !
¿ Porqué corres así Fermín ? ¡ Pareces idiota !
¿ Porqué no hablas cuando te preguntan ? ¡ Pareces tonto !
Anda, Fermín, calla un poquito que me duermo ¡ Es que tienes una monotonía que aburre !
Oye Fermín tú ... en tu otra vida seguro que fuiste mariposa.

Que de momento incluye creer en la reencarnación y amar las orugas y ninguna de ambas cosas.

¿ Todo el mundo conoce la verdadera cara de las mariposas ? Pues son incluso más feas que las moscas pero, como siempre, la gente se queda en lo superficial, sus alas. Mira qué guapa es:

La "normayoría" de la gente padece una ceguera y sordera que  pasan inadvertidas porque superan los límites de los sensores en la otorrinolaringóloga consulta colectiva. Una sensibilidad mínima y máxima instaurada en concordancia a un ámbito social tan oscilante como caprichoso.

Hay una frase para imbéciles que lo aclara bastante: "Lo que es moda, no incomoda". Menuda gilipollez. Lo que es moda suele ser cansino y válido solo a temporadas que encima son cíclicas y no tan novedosas como sería de suponer.

Lidia B.A., mi psicóloga, tenía razón.

Me paso el rato dando vueltas a los mismos temas. Todo esto es una repetición de otros cuentos ya relatados. Ya no tengo nada original que contar. Creía que este era mi mundo alternativo pero es una puñetera fotocopia del real. Vaya piltrafa. Menudo timo. 

Si encuentro manera de volver a poner otra entrada en este blog será escuchando una canción, mirando un dibujo o unas fotos para inventarme una historia con ellas.

Si alguien sabe para qué sirve el romanticismo, si hoy existe aún, ruego explicaciones.


Pearl Jam - Just breathe

"Si. Entiendo que toda vida debe terminar.
A medida que nos sentimos solos, sé que un día tendremos que irnos.
Oh, soy un hombre afortunado por poder contar con ambas manos a quienes amo.
Algunas personas solo tienen una y otras a ninguna.

Quédate conmigo. Sólo respira.

Soy consciente de mis pecados, nunca me dejarán ganar.
Ante todo, solamente un ser humano.
Si. No quiero lastimar, hay muchas cosas en este mundo que me hacen sangrar.

Quédate conmigo. Tú eres todo lo que veo. 

¿Te dije que te necesito? ¿Te dije que te quiero?
Oh, si no lo hice soy tonto, ya ves. Nadie lo sabe mejor que yo.
Porque lo estoy confesando.

Me maravillo cada día al ver tu rostro.
Todo lo que diste ... y no te llevarás nada.
No te llevarás nada aunque lo diste todo.

¿Te dije que te necesito?¿Te dije que te quiero?
Oh, si no lo hice soy tonto, ya ves. Nadie lo sabe mejor que yo.
Porque lo estoy confesando.

No te llevarás nada y lo diste todo.
Abrázame hasta que muera.
Nos vemos en el otro mundo."

sábado, 30 de abril de 2022

Ana y macho man

Pet won't eat
Advertencia: lenguaje malsonante, drogas, sexo, violencia, casquería ...

Un diario de Ana. El hombre que vivía con Ana. Recuerdos de mis años con Ana. Ana y macho man.

Todos son el mismo título.

En muchos sitios web hay un espacio para mujeres que han vivido un trastorno alimenticio y quieren contar su historia.

Mi historia nunca ha sido bien recibida. Recidiva. De eso se trata, que no repitas. Y solo estarán a favor de publicar tu historia si es idéntica a las otras ya publicadas. Solo se admiten historias de corte "happy ending",  tono rosado y superación sin referencias a la cabrona realidad. No vaya a ser que quien las lea recidive, caiga como nueva o más hondo porque todo el mundo sabe que hay gente recuperada pero también muerta y muriendo de esta enfermedad mental.

Yo publico mis propias neurosis. Quizá sea baneado. De la anglo-palabra BAN, suena moderno:

ban [bæn] 1 n prohibición | 2 vtr (no permitir) prohibir (persona) excluir [from, de]; (de una profesión) inhabilitar.

© Espasa Calpe, S.A.

Decimos banear teniendo prohibir, excluir. Lo que suena es idiota. Estoy hasta los pinche huevos de idioteces, de medias tintas, de según qué cosas valen y cuáles superan la dosis máxima de objetividad para convertirse en desorden a rehuir.

Soy un macho cabrío, pelo de oso, quijada cuadrada a lo Buzz Lightyear (¡¡ Año-luz !!), músculos hasta en los párpados, cadera estrecha, hombros anchos, voz profunda y ronca, ojos azules y 1,95 de altura, peso ... no. Nada de eso.

Veamos. Unos días cualesquiera, un pasado no tan lejano.

Me despierto cansado, 6 de la mañana. Pienso en la muerte. 

Eso se convierte en rutina. En ardiente y doloroso fuego rutinario abrasando lo que queda de cerebro. Las rutinas ayudan a soportar la vida, sin ellas el caos.

Me levanto cuando corresponde. Meo ese oscuro y fétido pis matutino. El agua no engorda. Expulsar agua mezclada con  otro material significa adelgazar. Algo positivo entre todo esto. Meo cansado, sentado y, esperando la última gota veo mis piernas enormes, anchas, gruesas como nunca las había visto. El corazón me palpita a 160. No puede ser ¿Veo visiones? ¿Estoy perdiendo la chaveta? Rodeo el muslo con las manos, lleno de grasa fofa. Argg.

Pesar. Cuanto mayor es el rango del objeto a pesar, menor es la exactitud de la máquina. De 100g en 100g la mía.

Hoy peso 57kg con 300g.

Dicen que mi cara da asco verla. Una cara de "normal" seria la ven ahora más alargada, ausente, comprimida, mohína.

Los 100 gramos arriba son un suspenso en el colegio. Una bronca, una mierda, un error. Algo mal hecho mientras te preguntas ... ¿qué ?

Sentir los huesos, placer: la piel sobre ellos, ausencia de grasa ... eso si que es ... el dominio de mi cuerpo. No controlo una puta mierda en mi vida pero, para bien o mal, eso si. Para mal.

Tengo dolor en los testes y lo alivio desganado en sexo conmigo mismo ¿Adelgazará eso también? No conozco el peso de los residuos en la orina ni el de los espermatozoides en salsa tártara pero  entre poco e ínfimo a buen seguro. Repugnante, ya lo advertí.

Ejercicio. Flexiones, tablas de ejercicio originales diseño Fermín. Ni puñetera idea de cual será óptimo para quemar grasa, no voy a correr. Cardio no. Buscar escondite para hacer ejercicio debe bastar para intuir que necesitas ayuda, pero no.

Trabajo. Hago mi trabajo. Entrego los productos siempre subiendo y bajando las escaleras de todos los edificios. Me mareo. Sudor frío. Temblores. Visión doble. O triple porque ya veo hasta por el ojo del culo. Alimentarme quita el mareo. Qué desgracia la mía.

Farmacia1. Siempre la misma con la misma báscula. Peso un poco menos. La farmacéutica me mira como a tostón rehogado en locuras. 25 céntimos cada pesadilla.

Farmacia2. ¿Puede usted medirme la glucosa? Por más de 1€ tengo 40. Acabo de tomar unas gominolas. ¿Influye eso? Qué caro sale aprender.

El cinturón quiere darme la vuelta, lo taladro. El pantalón hace arrugas en la cintura si lo aprieto y cae a mis pies de lo contrario. Me compran tallas de menos. La 40, ¿luego la 36 ...? Debo disimular brazos y piernas con ropa suelta. No sé comprarla, no quiero comprar ropa, un suplicio más que aplico a mi esposa.

Subo y bajo las escaleras. Si, otra vez, pero más. En todas partes las hay y siempre contemplo la opción de suicidio si hay hueco o barandilla que saltar. No se trata de eso. Adelgazar es la misión. Lo otro llegará por si mismo. Debería notar que algo no anda bien el la cocorota, pero no.

Recoger a la niña. Salgo de la furgoneta. Me mareo. Sudor frío, temblores, visión doble. Mucha gente. Mucho sol. Mucho ruido. Agobio. Mucho agobio. Escapar. Cruzar la carretera y pasar a las sombras de enfrente ... ¡¡¡ZUM!!! ... una furgoneta a 70 por hora pasa a 2 centímetros de mi. Zarandeado por el viento, sin tiempo para sentir el susto de lo que pudo suceder. Aplastado. Imagino el barullo si hubiera salido un segundo antes, sin mirar. Gente al rededor de mi cuerpo reventado. Mi hija buscando a su padre. Encontrándolo moribundo. 

Imagina. Siempre imagina.

Imaginar podría salvarte esa vida que no sabes apreciar ni disfrutar. Siendo adolescente me salvó imaginar la sangre salpicándolo todo, antes de cortar por lo insano, escandalosa. Me vi caer mareado, frío contra cálidos pulsos de sangre espesa por los baldosines. Una película más. Los ojos reventados de llorar y odiar a mi padre porque me llamó loco. Y me pegó, si, pero se cansó demasiado pronto (!) viendo que aceptaba sumiso los golpes con la cabeza agachada y prefirió  matarme borrando el rastro de autoestima restante al rebautizarme gritando mi verdadero nombre: "loco de remate".

Nada nuevo salvo que ahora sabía que era verdad, repitiendo loco, loco, loco hasta llenar el tanque. El dolor fue insoportable y desesperado llegas a veces hasta el suicidio. Pero la intensidad vital de la adolescencia no alcanzó para anular la imaginación y abrir venas. Lástima. 

Pensándolo mejor no sé si lo que hice fue imaginar o la costumbre de intentar anticiparlo todo. De buscar todas las posibilidades y cada posible problema, todo cuanto pueda salir mal. Una costumbre que no aplico de forma lógica. Loco.

Vuelvo sediento a casa, derecho a la jarra del agua ... no. Antes cierro la puerta del baño en plan "báscula, tú y yo tenemos algo pendiente". Fuera toda la ropa, calzoncillos, reloj, calcetines, una gota de saliva, todo lo susceptible de sumar un gramo. Esa milésima del kilo marca la diferencia digital entre 100 de más o menos. Luego puedo saciar la sed. Debería saber que estoy muy mal si controlo mi peso siete veces el mismo día, pero no.

Pasan los meses. Algún día vomito lo devorado, repulsivo, fuego en la garganta, pestilencia, restos de amalgama en los sanitarios.

El especialista jefe de endocrinología me amenaza con tres días de ayuno vigilado si continúo diciendo que mis glucemias son hipoglucemias. Me río por dentro. Todo el mundo ríe. El de cabecera también y se negó a recetar un glucómetro: "usa el de tu madre o tu suegra". Esto no tiene maldita la gracia.

Hoy peso 52. Al entrar en el hospital pesaba más. Unos 54, creo. La operación de páncreas fue un éxito: adiós insulinoma, chao glucemias de 22 en rango mortal. Si todos los caminos conducen a Roma los de la vida conducen a la muerte todos.

Conseguí reemplazar la incontrolable espiral de emociones de mi equivocado auto diagnóstico mental bajo un trastorno alimenticio que pudo costarme la vida en combinación con un tumor endocrino. A ratos sofocaba los sudores de la muerte con violentas agresiones físicas sobre los despojos del ya maltrecho esqueleto.

De esta guisa conocí a quien sería mi psiquiatra. El tipo estaba dispuesto a ingresarme incluso contra mi voluntad. Fue él quien me inició en las drogas. Con ellas me calmé de a pocos. Me robaron la parte obsesiva. Tanto tirarme en cara mi larga vida de éxitos para terminar recetando venlafaxina de por vida. 

TIP: no se retiren ustedes mismos esos medicamentos y acudan a su área de salud mental cuando reciban el alta, si se lo recomiendan. Quiero dejar esto claro. 

Ya peso 64 y la grasa campa a sus anchas. Puedo echar al coleto lo que me apetece. Siempre me gustaron mucho dulces y cosas ricas, igual que al resto. Tengo tiempo para otras cosas y no vivo dentro de aquella insana obsesión. No tengo ni pajolera idea de cómo pude caer a plomo en ella.

La vida me castiga de nuevo por odiarme a nivel celular y me regala varias enfermedades autoinmunes. La celiaquía reduce mi dieta. Y falta descubrir qué son esos dolores en todo el cuerpo. Porqué se me duermen, queman y duelen las extremidades, el cuello, la espalda ... será otro castigo por las autolesiones.

No publiquen esto en ninguna parte. No doy mi permiso, mira tú por donde. 
Thin made beauty sad

jueves, 7 de abril de 2022

Hugo Stiglitz

 


En mi pausa del bocadillo ...

He mirado al cielo mientras comía una manzana con el sello Envy, "envidia". Como de manera compulsiva, como si fuera a perder el bus. Tanto que me hago daño en las encías. Un anoréxico no recidivo que come como un cosaco bebe Vodka.

No siempre le doy a mi cuerpo lo que pide cuando lo pide.

Me quedan un par de días para abandonar mi casa y volver al trabajo. Dos años parado. Quizá vuelva por seis meses y luego me pongan de piernas en la calle, quien sabe.

Desde iniciado abril de 2022 he vuelto al trabajo de manera remota por unos días antes de ser presencial.

En casa sin ruidos obtengo espacio para la mente y este cuerpecito mío que se ha convertido en río (qué mas quisiera).

Ese azul del cielo sobre las tejas, tan hermoso, reuniendo en amor dos aves pegas o pica pica sobre un receptáculo de ondas herzianas.


Quizo el azar poner un pájaro de metal al encuentro virtual de esta pareja con pluma. Dice google que escribí mal pero ... qué sabrá un programa de cosas humanas.

Empiezo con la idea de obtener ese azul (¿ azul sobre amarillo ?) desde el móvil sin más complicaciones: imposible. 

Al activarlo, whatsapp de mi esposa "Fermín saca pan del congelador". Respondo "De acuerdo, esposa". Obedecida la orden me pregunto porqué escribió mi nombre. Se sale de lo común ponerlo. Encuentro el pan pero no respuesta. Lo descongelo un poco al micro-ondas y preparo la mesa a las 12:00 para comer.

Demasiado pronto, lo sé, pero mejor ahora que soy consciente de los peligros. Si lo dejo podría no tener puesta la mesa cuando aparezca ella a las dos y media

Estar en casa me da tranquilidad, tiempo y espacio para pensar pero no el conocimiento de un maduro responsable.

Hugo Stiglitz mientras dispongo cuchillos en el mantel. Hugo Stiglitz, Hugo Stiglitz, Hugo Stiglitz una y otra vez Hugo Stiglitz.

Miro al cielo desde esta ventana, el pan en la mano. Me pican los ojos, parpadeo. 

Una repetición sin sentido. Cosas que no comprendo. De pronto llega este flashback:

Estoy mirando la hora de llegada del bus4 en el móvil, detenido al borde del paso de cebra mientras otros lo cruzan. Alguien se detiene frente a mi y dice:

Hola.

¿Quién eres?pregunto sin levantar la vista de la aplicación que informa sobre la llegada del bus-10.

Mírame y lo sabrásostras, es cierto. Miro. Es María.

Hola, María Magán Maganto.

Este es mi novioostras, si. Hay un chico con ella.

Hola, novio de María Magán.

María resume la esencia de la inteligencia y el encanto,  una hermosura y serenidad inalterables pero ... no recuerdo la cara o el nombre del novio. Ni recuerdo mucho más, llegaba el bus. Fui a la parada-10, volví a la parada-4 ... arggg.

Fin del flashback. Estoy como una chota.

Hugo se marcha un poco así que en lugar del móvil decido usar la cámara Nikon Coolpix P600 que me regaló mi sobrina. 

Mi sobrina dice que está como una chota pero NO nos viene de familia. Compartimos el mismo TCA pero ella está en una rama genética, yo en otra. Solo ella puede decir que está como una chota: no se lo consiente a nadie más, bien que hace. No se va a callar y te puede partir la cara si te atreves. Kárate.

Extraigo la bolsa de la cámara de una de plástico de los corteses ingleses. Aparto el saco de bolas antihumedad y saco la máquina de su bolsa de transporte. Quito la tapa. Hago la foto que viste. No sin más. No sin mil ángulos, inclinaciones, zoomes adentro y afuera.

Un cielo tan hermoso ... y todas esas personas de Ucrania que no pueden distinguirlo, que no pueden probar esta manzana diseñada para embargar los sentidos, que no tienen una casa donde sentir el tiempo o la paz ... sin un trabajo al que regresar.

No sé qué significado tiene que Hugo Stiglitz se pusiera en la boca de mi mente a dar vueltas sin parar.

Cómo me gustaría colarlo en el búnker donde se esconden los malditos bastardos de la guerra.


On my snack break ...

I looked up at the sky while eating an apple stamped "Envy". I eat compulsively, as if I'm going to miss the bus. So much that I hurt my gums. A non-relapsing anorexic who eats like a cossack drinks Vodka.

I'm a couple of days away from leaving home and going back to work. Two years out of work. Maybe I'll be back for six months and then I'll be kicked to the curb, who knows.

I don't always give my body what it asks for when it asks for it.

Since the beginning of April 2022 I have returned to work remotely for a few days before being face-to-face.

At home without noise I get space for my mind and this little body of mine that has become a river (what else would I want).

That blue of the sky above the tiles, so beautiful, bringing together in love two pica pica birds on a receptacle of herzian waves.

Chanze wanted to put a metal bird at the virtual meeting of this feathered couple. Google says I spelt it wrong but ... what does a programme know about human things?

I start with the idea of getting that blue (blue on yellow ?) from the mobile without further complications: impossible. 

When I activate it, whatsapp from my wife "Fermín take bread out of the freezer". I reply "OK, wife". Having obeyed the order, I wonder why she wrote my name. It's out of the ordinary to put it. I find the bread but no answer. I defrost it a little in the microwave and prepare the table at 12:00 for lunch.

Too early, I know, but better now that I'm aware of the dangers. If I leave it I might not have the table set when she turns up at half past two. 

Being at home gives me peace and quiet, time and space to think but not the knowledge of a responsible mature man.

Hugo Stiglitz as I lay out knives on the tablecloth. Hugo Stiglitz, Hugo Stiglitz, Hugo Stiglitz, Hugo Stiglitz again and again Hugo Stiglitz.

I look at the sky from this window, bread in my hand. My eyes itch, I blink. 

A meaningless repetition. Things I don't understand. Suddenly this flashback comes:

I'm looking at the arrival time of the bus4 on my mobile, stopped at the edge of the zebra crossing while others cross it. Someone stops in front of me and says:

-Hello.

-Who are you?" I ask without looking up from the application that informs me about the arrival of bus 10.

-Look at me and you'll know," she says, "Oh, yeah, that's right. I look. It's María.

-Hi, María Magán Maganto.

-This is my boyfriend. -Yes, yes. There's a boy with her.

-Hello, María Magán's boyfriend.

María sums up the essence of intelligence and charm, an unalterable beauty and serenity but ... I don't remember the face or the name of the boyfriend. Nor do I remember much else, the bus was arriving. I went to stop 10, returned to stop 4... arggg.

End of flashback. I'm like a dick.

Hugo leaves for a while so instead of my mobile I decide to use the Nikon Coolpix P600 camera that my niece gave me. 

My niece says that she's like a dick but it doesn't run in the family. We share the same TCA but she is on one genetic branch, I am on another. Only she can say that she's like a cunt: she doesn't spoil it for anyone else, she's good at it. She won't shut up and can kick your face in if you dare. Karate.

I take the camera bag out of one of the "El corte inglés" plastic bag. I put aside the bag of damp-proof balls and take the machine out of its carrying bag. I remove the lid. I take the picture you saw. Not without complication. Not without a thousand angles, tilts, zooms in and out.

Such a beautiful sky ... and all those people in Ukraine who can't make it out, who can't taste this apple designed to overwhelm the senses, who have no home to feel time or peace ... without a job to return to.

I don't know what it means that Hugo Stiglitz was put in the mouth of my mind to go round and round in circles.

How I would like to sneak him into the bunker where the damned bastards of war hide.

*** Translated with www.DeepL.com/Translator (free version) ***

jueves, 31 de marzo de 2022

Insignificante insecto

«Pues hasta ahora no perdura en nosotros la infancia, sino un defecto mayor, la mentalidad infantil. Y es esto aún peor, por cuando poseemos el ascendiente de los viejos, pero los vicios de los muchachos, y no tanto de los muchachos, cuanto de los niños: aquéllos temen las cosas insignificantes, éstos las imaginarias; nosotros las unas y las otras» Séneca me define

No hay que ser un genio para saber de la importancia de los insectos en el equilibrio natural así que no necesito explicarlo.

Cuántos de esos insectos son prescindibles es otra cuestión. De la misma forma que una variedad equilibrada es beneficiosa una plaga de cualquiera será un problema grande.

¿Cuántas abejas son necesarias para garantizar su población futura? Ni idea pero es seguro que a partir de una determinada cantidad todas las especies se dirigen a su extinción. Y da lo mismo hablar de insectos que de gaviotas, ballenas, pinos o vacas. A partir de la muerte de uno cualquiera de sus individuos la especie se inclina hacia su extinción.

Odio los insectos. No en el sentido puro del odio. Me dan igual siempre que no estén demasiado arrimados a mi cuerpo o mente demente (me gustan las rimas tontas y los bombones pero no ser tonto aunque si tontos son los que hacen tonterías  seré uno de primera). 

En mi anterior pantalla de ordenador hay un mosquito pequeño. Para siempre jamás de lo eterno y misterioso. Está ahí por un defecto de visión. A partir de cierta hora los diminutos mosquitos ...

Quizá odie los insectos pero no quiera reconocerlo. Es que acabo de buscarlos en inter-google para ponerles un nombre y casi me pongo más enfermo de lo habitual viendo la cantidad de ellos que hay y los tamaños de sus larvas, sus actividades chupópteras y envenenadoras o putrefactoras.

Decía que cuando empieza a oscurecer las ventanas dejan de resultarles atractivas y empiezan a merodear mi pantalla luminosa. A más de uno lo aplasto suave contra ella para no romperla. Aplaudir a lo bestia sobre ellos no sirve siempre, espacan de alguna manera. 

El caso es que sobre mi antigua pantalla de 17" con relación de aspecto 4:3 y marca LG había uno de esos mínimos seres paseando. Y le comprendo . . . (¿es LO?, yo suspendía también en lengua y literatura) . . . comprendo que la luz para ellos sea como una peonza u objeto similar girando, manteniendo el equilibrio. Pues no habré convertido cosas en objetos que giran: quitando una rueda del eje de un choquecito y haciéndolo sobresalir por la otra rueda, clavando un bolígrafo en medio de un disco de vinilo ... 

Decidí que su vida no valía nada y lo aplasté suave contra la pantalla. ¿Criminal? Psché, pues quizá. Pero no estaba sobre la pantalla sino que se había colado por las ranuras de ventilación y buscó la forma de llegar al origen de esa luz.

¿Sabías que los monitores de ordenador de antes tienen unos mini tubos fluorescentes (de cátodo frío) que funcionan a 1140 voltios (p.ej.)? Son asombrosos ... los tubos, digo. Da una cosa tener uno en la manoooo ... uf. Parece que se va a quebrar en cualquier momento. Dan una luz increíble. Dos milímetros DE DIÁMETRO. Fue desmontar mi primera pantalla plana y no parar de desmontarlas para sacar sus piezas. Tienen también unas láminas polarizadas asombrosas que orientan la imagen, una capa de plástico difusora para extender por igual la luz que recoge de los lados ... bueno, callo.


Entonces el mosquito estaba entre la lámina exterior transparente (no es transparente en realidad pero a distancia cero lo parece) y otra lámina que hay debajo. Y lo dejé ahí para siempre aplastao. No iba a desmontar la pantalla que luego no es nada fácil volverla a cerrar perfecta. 

Ahí se quedó para recordarme mis crímenes.

Si.

Su vida me pareció insignificante, baladí, fútil, desestimable, desdeñable, exigua, ínfima, reducida, insustancial, inapreciable, chica, mínima, pequeña. Una completa nimiedad, una menudencia sin objeto, tanto como una chuchería, una nadería innombrable, la trivialidad más inopinable, la zarandaja menos consecuente, la bagatela de cualquier baratillo, una fruslería sin fortuna.

Es por eso que odio, sin odiar, a los insectos. 

No por el escaso significado de la vida de uno de ellos sino por sentirme como un insecto unitario, sin valor, ignorable e ignorado, aplastable sin repercusión en el mañana.

Eso es lo que odio de los bichos: sentirme como un insecto insignificante.

lunes, 28 de febrero de 2022

Paco&Emi: El milagro

Fotografía de la biblioteca nacional de España

Me ha contado Paco una pequeña historia de la guerra civil española.

Emi va a una casa un par de horas por semana para ayudar a una pareja de personas mayores que agradecen su trabajo y lo recompensan de forma generosa. Tienen una mujer "de toda la vida" que les hace las tareas pero también es algo mayor y necesita una ayuda extra. Por eso va Emi. Plancha, limpia, se sube a las escaleras para quitar y lavar unas cortinas que se lavaron hace poco pero relimpiar gusta más que acumular suciedad. Ha sido su primer día y viene super-contenta.

—Lo que en la vida me ha pasado, Paco. Por fin alguien que me trata con respeto.

—¿Pues?

—Mira. No me lo puedo creer. Además de pagarme por hora más no ha querido el euro de cambio y su marido se ha ofrecido para comprarme una caja de fresas. Claro, le he dicho que no. Cómo voy a cargar con la caja, la bosa de la ropa, la compra y meterme en el autobús hasta arriba a esas horas.

—Claro. Bueno. Ya te iba tocando tener algo de suerte.

—Pues si hijo, porque se dice bien. Y además no veas tú qué risas. Ella me recuerda un poco mi tía Araceli. Tiene unos golpes ...

—¿Qué ... ? Emi interrumpe. A Paco no le da tiempo a componer la pregunta:

—¿Sabías que en estas fechas los periódicos siempre publican  una antigua historia?

—¿Y qué fechas son estas?

—Pues nada, un 21 de enero, cuando la guerra civil, los republicanos bombardearon la ciudad y justo había venido la madre de esta mujer desde el pueblo, embarazada de ella, para dar a luz. Una de la las bombas destruyó su casa y otras pero entre los escombros la recuperaron a ella con vida. Tres días podía tener.

—Ah, qué suerte tuvo.—aquél día murieron 8 personas en el acto y otras 4 en días siguientes.

—Pero lo mejor es que en el periódico se ponen a inventar cuentos y ella se pone negra porque publican por ejemplo que un cura la bautizó "Milagros" (cuando se llama Milagro) y en realidad la bautizaron de vuelta al pueblo.

—Fieles a la historia algunos periodistas.

Fotografía de la biblioteca nacional de España

—Bueh. Y publican del churrero "que prefería morirse en casa" bajo las bombas, "ya ves tú" me dice la mujerita "que le cayó la bomba encima y no pudo elegir. Se inventan cada cosa ..."

—Ja. Ya te digo. Vaya idiotez.

—Bueno. Como lo de que un exaltado les pidió que salieran a la calle gritando y manifestándose a favor de los franquistas. Como nada más natural les mandaron a cagar. Para tonterías estaban después de que los otros destruyeran la casa. Y además hubo pillaje. Tenían muchas cosas de valor y les robaron todo. Y bueno, que su padre era republicano y estuvo incluso en la cárcel ...

—Si es que ...

—Pues como no quisieron ir les increparon y les dijeron que eran unos monstruos.

—El nivel de raciocinio no ha mejorado demasiado desde entonces entre esa gente.

—Y otra cosa que se inventan es que la entonces niña rescatada con vida, se casó con un tal Angoso, médico ¡ Pero la casada con Angoso es su hermana tres años menor, que ni siquiera había nacido cuando la bomba ! Y dice riéndose de mala gana: "Será porque como él es médico famoso ..."

-Anda que ... vaya tela.

Fotografía de la biblioteca nacional de España

Bonus: ¿Es solo cosa mía o alguien más lee "Cabrones de todas clases" en lugar de "Carbones"?


martes, 1 de febrero de 2022

El torrente sagrado

Torrente en medio de una iglesia

La iglesia de mi colegio salesiano tenía tres puertas de acceso. La primera, de carácter mundano, la encontraba cuando iba desde mi casa. Sin embargo, cuando tenía alguna peseta para gastar en el kiosko, accedía al colegio por la puerta principal, la de los domingos y festivos con la enorme ventaja de no tener que circular entre culos adultos. 

A mucha gente le desagrada estar entre mucha otra gente pero se obligan a tragarlo como jarabe medicinal por si logran la curación en esa terapia de choque.

La puerta principal está en la calle que lleva el nombre de su virgen, Auxiliadora. Esa es otra de las cosas que jamás he podido comprender. Si solo hubo una virgen y se llamaba María, porqué se rinde culto a la del Pilar o la de las Nieves. 

Siempre me ha parecido que cuando los hombres inventaban  su coronilla era iluminada por la santidad pero cuando lo hacían las mujeres eran alumbradas por brasas a sus pies.

Tan importantes son los nombres para los devotos que, muchos años después de lo que voy a contar, el Corte Inglés exigió como premisa para abrir su negocio prolongar el nombre de Auxiliadora cientos de metros hasta su futuro solar, obligando a miles de ciudadanos a cambiar de dirección y número de piso. Desde luego estos ideólogos debieron quedar calvos por completo mientras eran iluminados.

Si. Mi relato comienza con una peseta caliente en la mano camino del gigantesco kiosko de hierro pintado de azul. Ahora sé que era un calabozo diminuto, un horno en verano y un frigorífico en invierno, pero entonces admiraba la vida de kioskero. Siempre rodeado de apetitosas golosinas gritando "¡ cómeme ! !¡ cómeme a mi también ! ¡ no, nooo, a mi primeroooo !".

El hombre llevaba siempre gorra y me planté delante de su ventanilla. Tenía la misma forma ojival que la puerta principal de la iglesia y ambos lugares estaban rellenos de cosas buenas. Abrió y, cuando parte de aquel aroma empezó a salir, surgieron mil dudas. Había otro kiosko unos metros más allá pero prefería este porque el hombre no me regañaba nunca mientras deliraba para elegir dulce: "El bazokaaaa, son tres pisos. No me llega con una peseta. Compraré los caramelos snipe de nata, que me dan 8."


Crucé la calle de santo nombre para entrar al colegio atravesando la iglesia. La tercera puerta comunica con un pasillo del colegio y nada más entrar en él dispone de escaleras a la izquierda que conducen a aulas y patio. Esa era mi ruta de atajo.

Como tantas iglesias, esta tiene dos bancadas, pasillos laterales y el glorioso pasillo central. Siempre he tenido mucho respeto por este pasillo. Me parecía que ahí cruzaba un torrente divino dotado con la gracia de Dios (¿gracia?) porque todas las personas se arrodillaban y agachaban la cabeza de cara al altar si se atrevían a atravesarlo.

No sé qué suerte de felicidad me invadía aquel día con los caramelos en la mano que me apeteció jugar a la orilla del torrente. Hice amagos de cruzar con una suerte de baile primigenio a lo Michael Jackson, con saltitos que simulaban pasos al borde mismo de aquellas baldosa divinas del pasillo central que por otra parte eran idénticas a las demás.

De pronto recibí un fuerte gaznatazo en la nuca que me hundió de bruces en aquel mi sacrosanto arroyo. Mis caramelos de Nata Adams esparcidos rio abajo. 

Salido de algún rincón oscuro sin ser visto, un sacerdote dentro de un pobre jersey incapaz de abarcar tripas del octavo mes de embarazo, esperaba como guardia civil bajo un puente para pillarme en medio de ese acto perverso y delincuente, tan propio de vagos, que era aquel atajo mío. La mala suerte me encomendó interpretar aquella danza diabólica y lo que iba a ser una pequeña reprimenda se convirtió en otra cosa.

—Fermín. Es usted un majadero. Aquí se viene a rezar, no a hacer tonterías. Como vuelva a verlo atravesar la iglesia para entrar al colegio se va a enterar de lo que es bueno.

Miré su boca. Labios finos, apretados. Don Felipe. Un piel-roja ataviado en negros con el alzacuello blanco y adalid de frases  célebres: "Te va a pillar el toro" o "Se recoge lo que se siembra". Frases anodinas, insulsas para rumiar en boca de jóvenes y críos. Un claro bolo a vomitar.

Los curas deberían vestir túnica blanca. Tonos que aclarasen sus mentes, colores que hicieran llevaderas esas vida tan privadas de placeres, tan tristes como para transfigurar sus padecimientos en goces que ofrecer a Cristo. Y Cristo, que nunca se puso ropa carbón, dijo:

—Ya me disteis suficiente padecimiento siendo carne. Os agradecería en adelante algo más de bondad, paciencia, lógica y esperanza. Respeto. Cariño ahora que soy alma.

Yo era un chico inteligente y sabía que rodeado de la pureza, ante el altar, gozaba de protección divina así que respondí con el ánimo contusionado mientras me volvía a repescar mis pequeños pecados de nata:

Aquí se viene a rezar, no a pegarme.

Y no cabe duda que aquel era un lugar especial, privilegiado en medio del templo de Dios, porque comencé a elevarme en el aire alejándome de mis caramelitos plateados de dulce aroma a la vez que sentía un intenso dolor y tirantez en la oreja derecha. 

El malvado Felipe tacatún, más rojo que un salmón noruego,  poseedor de prismáticos potentes con los que en otro lance nuestro dijo observarme, farfullaba o ... más bien adivinaba mi futuro mientras me arrastraba hacia la puerta principal. Allí soltó su presa y me volví para ver en su boca el mismo gesto de dientes apretados que mostraba mi padre cuando me pegaba y llamaba loco del demonio.

Mi pequeña oreja seguía allí, acalorada, quizá igual de roja que aquellas caras furiosas que provocaba con mis fabulosas ideas rápidas. Aprendí a responder con lentitud. Bueno. En realidad he disfrutado y disfruto de una lentitud innata fuera de la cual cometo grandes errores como puede constatarse.

Todos los cristianos compartimos la protección infalible de un Padre omnipotente. Algunos, los de más suerte, disfrutamos la educación sucedánea de padres sacerdote y madres monja. Algunos incluso conservamos padres naturales hasta la edad adulta que nos ayudan a sentir bien (jodidos o no) el resto de la vida.

Todavía me pregunto si Don Felipe cosechó y comió mis galgadas aderezadas con sus inconsistentes perlas de sabiduría. Si recibió premio o castigo por desatar su justicia con violencia en presencia de Dios.  Si había equilibrio entre la carne que comía delante del altar y la sangre que bebía detrás.