Header

sábado, 27 de septiembre de 2014

Ojalá podamos solo llorar de risa

Hopefully we can only mourn with laughter.
"Las lágrimas que no se lloran, ¿esperan en pequeños lagos? ¿o serán ríos invisibles que corren hacia la tristeza?" Pablo Neruda


Quizás, de ese montón de fotos que pululan por la red, esta en concreto me ha gustado mucho por que es la más real. La que no tiene ni esperanzas ni sueños, ni cuentos de hadas... Tan solo es el fin real: EL FINAL.

No es que no necesitemos sueños, ni ánimos, ni apoyos, ni besos, ni abrazos, ni esperanzas, ni hadas,  ni todo lo que sea ... esta claro que de todo esto necesitamos, pero... pero son como parches. Parches que ayudan a ratos, parches que a veces se nos quedan cortos y que solo pasan de refilón y calman tan poco, que cuando vuelve a doler, duele más.

Todos los traumas, todos los dolores, todos nuestros miedos y fantasmas que nos acechan, todas esas cosas y sentimientos que nos revuelven las tripas y el corazón.... nos han marcado tanto la razón, el cerebro, la mente o lo que sea que luego nos marca los pasos a seguir en nuestro vivir. Esa mente que en muchas ocasiones nos da ese momento de cordura para al instante jugarnos una mala pasada y no dejar que olvidemos y estemos en paz. En esa mansa y pacifica tranquilidad que tanto necesitamos, pues con cambios tan bruscos lo que estamos es en un sin vivir. Y vivir sin vivir es terrible.

Así que por descontado que hay que curarse, curarse de los traumas, de los miedos, de la angustia, de la culpa y la no culpa, hay que curarse del asco, de la autodestrucción, hay que curarse de casi todo... pero sobre todo hay que curarse por dentro. ¿Cómo se hace? he aquí la pregunta del millón. He aquí la paradoja de la vida. He aquí la gran putada...

Es tan jodidamente fácil la solución, como jodidamente difícil, la puta mente, la mente de las corduras y las locuras, la mente que es real y la mente que nos engaña, la mente que nos desgarra las entrañas.
Pero creo que en nuestro dolor, olvidamos que la mente es nuestra, que somos sus dueños, que sin nosotros no existiría, y que si la mente no nos oye igual podríamos hasta dominarla.

No sé, no sé, no sé, no sé ...

Pero si creo que es verdad que si logramos contar nuestra historia sin derramar lágrimas, es que algo se está curando en nosotros y ojalá las siguientes lágrimas sean solo por la emoción de los recuerdos del cariño, por la emoción de disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, por la emoción de quienes nos quieren y por la risa, por la risa y por la risa.

Sé que no estamos locos, pero muchas veces preferimos creerlo, necesitamos creer que la locura no nos permite avanzar y lograr el objetivo de dejar de sufrir, pero nadie, ni nosotros mismos tan siquiera, somos capaces de ver el alcance que tiene en cada uno un trauma, sea del tipo que sea, y lo que no podemos es dejar de intentar buscar soluciones, sean las que sean y donde sean, por que nunca sabemos donde encontraremos eso que nos haga dejar de llorar.