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lunes, 27 de agosto de 2018

La niña sol

"Painting is an illusion, a piece of magic, so what you see is not what you see." Philip Guston
Dibujo original Raff ( https://mastodon.art/@faffpaper )
Impensada persona que lees historias nada creíbles: bienvenida seas.

Nadie puede tener un sol por cabeza. Casi nadie quiero decir. Para empezar te aclararé que lo que te cuento es inventado:

Un día mi pareja embarazada de 5 meses y yo acudimos a nuestra cita pediátrica:

-Bueno, vamos a veeer ... ¿cómo nos encontramos hoy...? - La médica, una mujer de unos 45 años, experimentada y agradable, se pone las gafas de proximidad y procede a su rutina de chequeo, momento que aprovecho para preguntar:

-Pues ella se queja de ardor o quemazón en el estómago y mi madre lo achaca al pelo del bebé pero ella dice que es normal ... -La pediatra me mira callada sobre los cristales alargados- ¿eh? ¿es normal?

La mujer con el bebé pone los ojos vueltos arriba a la vez que gira la cabeza en dirección opuesta a mi. Volviendo a su chequeo y manipulación responde:

-Pues ella se queja de ardor, porque al crecer el útero y la gestación durante el quinto mes...

-Ah, claro, ya lo veo, queda poco sitio para el estómago.
-... conlleva cambios hormonales que actúan produciendo una mayor relajación de la musculatura gastrointestinal favoreciendo el reflujo de ácidos del estómago.

-Ya, ya. No es el ... el bebé. - Ya no contesta la mujer. Hace un gesto y una respiración. Bueno. No pasa nada. Ya me callo. Pensaré en todo esto más tarde. Si me acuerdo.

Yo creo que nuestro bebé era especial desde el primer día. Era niña. ¿Suficiente para ser feliz? Pues quizá si. Ponía música en su tripita, hablaba con ella, la acariciaba, besaba... normal y natural. Pero recuerdo que un día del mes equis de embarazo mientras estábamos comiendo a mediodía escuchamos claramente un llanto de bebé dentro de la casa. Sorprendidos nos miramos:

-¿Tú también has oído llorar un bebé?

-Si

-Pero... ¿cómo es posible?

-Es imposible. - El caso es que se lo contó a su madre. Yo a la mía no. Su madre decía que cuando se escucha el llanto del bebé antes de nacer (repito, "cosa imposible" obviamente)  es que "va a ser de las pipas colorás". Esto creímos que significaba: "va a dar guerra de cuidado".

En mi familia he disfrutado y padecido unas cosas mientras crecía y mi pareja otras, no iguales. Casi nada iguales. Y hasta hoy precisamente no me había molestado en querer saber el significado de "ser o tener las pipas coloradas". Me ha costado un poco encontrarlo y no dice nada bueno. Pero no se puede creer.

El caso es que nuestro bebé iba creciendo pero no aguantó los 9 meses en el milagroso saco natural de porteo. Cuando la vimos por primera vez, nos quedamos asustados. Su cara era el sol radiante (naciente en aquella época) y su natural belleza naif no dejaba margen para respuestas improvisadas y a la vez acertadas.

Como de costumbre en este país, todos; familiares, amigos y desconocidos aportaron su clarividencia a la hora de interpretar el grado de inclinación en la balanza de los parecidos. Bendecida con gracia solar y agua, podía asegurarse que el parecido con Sol era incontestable e innegable que el resto fuera todo Agua. ¿Desempate? Para qué.

La niña dejaba poco espacio al descanso nocturno cuando sus sueños atenuaban al máximo ese fulgor. Sus lágrimas evaporadas cuajaban en nuestro rostro de forma alternativa. Sólo tardó ocho años de nada en controlarse también durante el día y hacía tiempo que nos habíamos convertido en zombies amorosos devoradores de vapor y luz. "Siempre hay un roto para un descosido"

En el colegio, mi niña no lo pasó del todo bien. Los seres oscuros siempre buscan robar su energía a los luminosos porque es más sencillo que esforzarse en merecer recibirla. Y robar nunca sirve. Normal. Lo que se consigue así, sin trabajo, debe permanecer escondido y pierde su valor.

Ella nunca se desanimó y amigas-amigos=amigues llegaron, crecieron, cambiaron y marcharon ... por supuesto también amaron y aprendieron a sentir y omitir lo sentido. Con ella hubo quienes se quemaron los dedos habiéndola ofendido y  hubo quienes hiriéndola salieron ilesos al apagar desde dentro su candor. Ese era y es absolutamente su punto débil, poco oculto, demasiado fácil de disfrutar aún.

El corazón de algunas personas va en ocasiones por delante. Puede que acompañado por una sonrisa.
Qué lástima por quienes no quieren conocerlo ni saben respetarlo y ...
¡Qué ocasión para aprender, lavar tus prendas, tenderlas al sol y enjugarlas con aire puro!

NOTA:
Esa niña del dibujo, que es tan ... ¿Tú qué opinas? A mi me parece muy hermoso. Me encanta, porque es una niña de puro corazón y sonrisa afable. Pone sus manos entregando cariño sobre la camiseta del cariño mismo. Los pájaros chiquitos y regordetes como pimpollos simpáticos ... y no faltan refresco y gominola.


viernes, 3 de agosto de 2018

Un trébol algo místico

"La suerte es magnífica, pero casi todo en la vida es trabajo duro." Iain Duncan Smith


El trébol de cuatro hojas. Uno de cada 10.000 presentan la mutación genética de las cuatro hojas. Aquí va una de las muchas tonterías que se pueden leer sobre algo tan natural:
"... hay granjas en los Estados Unidos que se especializan en cultivar tréboles de cuatro folíolos, produciendo hasta 10.000 al día (envasados en plástico como encantos afortunados), alimentándolos con un ingrediente secreto genéticamente dirigido a las plantas para animar la aberración."

¿Aberración? Esta palabra se utiliza sin mayor trascendencia en biología.
"Acción, comportamiento o producto que se aparta claramente de lo que se considera normal, natural, correcto o lícito."

Pues no sé. "Psché" (como dice Mortadelo). Sin ser yo ningún genio de la ciencia y en particular de la genética, ignorante y por eso atrevido, digo que de no ser por las aberraciones en las primeras células que poblaron la tierra, no hubieran habido tal variedad de especies hermanas.
La naturaleza siempre está probando nuevas posibilidades. Todo es cambio, mutación ... y lo que funciona se queda, perfecciona y amplía y lo que no ... pues no tiene éxito. Ahí está la cuestión. Con los humanos puede ser diferente gracias a la inteligencia.
TREBOL. TREBOL. TREBOL. TREBOL DE CUATRO HOJAS. Ese era el tema. Sui, sui, sui.
Pues qué me pasa.
Hace muchos años tuve ocurrencia y oportunidad de buscar ese trébol que daba suerte en la finca de trabajo de mi cuñado.
En un área no muy extensa, empleando más tiempo del que muchos considerarían soportable, encontré la famosa hierba con 4 folíolos. F-O-L-I-O-L-O-S. Folíolos. Jé, qué bonita palabra.
Entré en la casa y fui a la cocina, donde se hacía la vida social. Allí estaban junto a la mesa camilla mi suegro con el periódico y mi cuñado fumando. Ni que decir tiene que para mi era preferible el salón. Sofá para mi solo, "latere quietem" y moscas, también para mi.

-¡He encontrado un trébol de 4 hojas! - Lo puse junto a mi cara. Detrás de un trébol especial que daba vueltas había una sonrisa también singular. Miraron. No se inmutaron. Mi cuñado sacudió la ceniza que crecía en el extremo de su cigarro Ducados, olor apestoso. Mi suegro bajó la mirada hacia el periódico y encogiendo los hombros dijo:
-Esos se encuentran a patadas ahí fuera.
-De estos no. Tiene cuatro hojas. Mira. - Se lo acerqué para que lo viera, ya sin sonrisa, como una persona normal, no sé, creo. La gente no siempre entiende lo que digo, pero creo que esto no ... en fin. Lo miró por encima de sus gafas de cercanías (ahora caigo que no lo vio) y añadió entre divertido y alterado para que se lo quitara de delante de una vez:
-¡Que sí! ¡!Que ya lo sé! ¡Que de esos hay todos los que quieras! - Mi cuñado ya tuvo que intervenir y se puso a discutir con su padre, momento que utilicé para evadirme al salón. A este hombre, al padre, siempre le he querido un montón y más, si cabe, en momentos así.
Khalil Gibrán. "El loco" y "El profeta". Esos libros lo llevé para tener algo que leer y pensar en lo leído. Me gustan las verdades profundas o creer por lo menos que son verdades intensas e importantes. Las más importantes de la vida. A veces con estas lecturas pequeñas te das cuenta de tus propios errores.

En el libro, "El loco" concretamente, página 103, "Una brizna de hierba", metí ese trébol. Dice:
"Una brizna de hierba dijo a una hoja caída de un árbol en otoño:
-¡Cuánto ruido haces al caer! Espantas todos mis sueños de invierno. - La hoja replicó indignada:
-¡Tú, nacida en lo bajo y habitante de lo bajo, eres insignificante e incapaz de cantar! ¡Tú no vives en las alturas y no puedes reconocer el sonido de una canción!  
La hoja de otoño cayó en tierra y se durmió. Y cuando llegó la primavera despertó nuevamente de su sueño y era una brizna de hierba.
Y cuando llegó el otoño, y fue presa de su sueño invernal, flotando en el aire empezaron a caerle las hojas encima. Murmuró para sí misma:
-¡Oh, estas hojas de otoño! ¡Hacen tanto ruido! ¡Espantan todos mis sueños de invierno!"

Vale. No sé si alcanzo a entenderlo. Pero quiero pensar que somos un ser Total que necesita cada unidad para que esa suma sea más valiosa que grande. Que nos debemos unos a los otros.
Ya. Filosofía barata de entreactos: STOP. ¿A qué viene entonces el trébol?

El trébol de cuatro folíolos está ahí entre los demás. Solo quiere hacer su vida con ellos. No busca ser descubierto ni diagnosticado como aberración genética. Quiere saber porqué siente el sol, el agua y la brisa con una energía, un sabor y una fuerza inusitada que le llena desde la raíz cubriendo cada célula de un entusiasmo capaz de colapsar su ser en ocasiones. No pide más y sin embargo quiere entregarse por completo.
¿Porqué yo veo un trébol así entre cientos distintos? Se me da especialmente bien ubicar a Wally en cualquier escenario pero esto es como buscar a Wally sonriendo en un dibujo donde todos fueran réplicas suyas independientes y con gesto serio.
Puesto que los cupones de la O.N.C.E. que compré no me volvieron millonario sé que no soy afortunado por ese trébol de cuatro folíolos sino por la capacidad de hallarlo.
Seamos amables con quienes nos rodean porque es una suerte poder conocernos, aceptar nuestros defectos y recibir a cambio quizá, un gramo de felicidad.


Ayer, 08-09-2018, volví a encontrar un trébol de 4. Mientras miraba la hierba lo ví. Me estaba llamando. Mi esposa dijo: "¿Qué estás mirando a esa chica, que tiene novio y todo?"

Yo no miraba a la chica, estaba en la línea de mirada tras esta hierbecilla, allá al fondo ... joven ... no entiendo qué tengo yo que ver con eso...

Bueno. Pues eso.
Otro trébol y la suerte está echada.

Tu nombre me sabe a yerba ...

Hoy, 15-09-2018, hemos vuelto a ese mismo parque. Pues a los 5 minutos me he encontrado este otro, que no es por nada pero es un trébol de 5 folíolos. O quizá no lo es y lo confundo porque no soy botánico aunque alguna vez las pasé canutas en el botánico, pero esa es otra historia.
Y muestro la foto. Pero me he dado cuenta que quito la vida  a lo singular y lo diferente y eso me parece fatal. Ya no volveré a arrancar ninguno. No quiero coleccionarlos. ¡Cómo no van a escasear si todo el mundo lo selecciona, se fija en ellos por su diferencia y como pago les quita la vida!
Hay que proteger lo diferente. Lo siento mucho, pequeños. Este halcón miope no volverá a sacaros de vuestro medio. Menudo lelo.

15-Agosto-2019 a las 20:15, para ser más concretos, mientras arrastraba mis pies por el parque junto al perrito, me he dejado llevar por el orgullo y he arrancado otro trébol de 4. Al poco rato se había puesto blando, desfallecido entre el calor y la muerte. El subidón de alegría duró poco menos que una vida cortada a mano con puño de acero. Nos sentamos en un feo banco de hormigón con respaldo y moho. Cuando José -otro paseante de perros- se iba acercando a nuestro lado, empecé a calcular la pregunta correcta. Me había cruzado con él minutos antes pero entonces no tenía medio / forma para hablar con él. Ahora volvía de su paseo y viéndole venir tuve tiempo y tranquilidad para pensar y decidir, así que pregunté:
-¿Lo quieres? Es de 4. 
-¿Qué? - A ver, ahora me doy cuenta que lo mismo tampoco fue la forma adecuada. O sí.
-Es un trébol de 4 hojas.
-¡Ah! ¡Qué suerte! 
-¿Lo quieres?
-Hombre, quédatelo tú que para eso ...
-Ya tengo. Se me da bien encontrarlos.
-Yo he buscado muchas veces pero nunca los he encontrado.
-He encontrado incluso de 5.
-¿De cinco?- (Lo mira)
-Se ha puesto fofo.
-Pero no pasa nada, se pone en una hoja y ...
-En un libro.
-¡Uy en una hoja! En un libro, así puesto... -Me mira. Luego al trébol y dice:
-¡Vale! Pues ... ¡Muchas gracias! -Vuelve a mirarme otra vez y se va.
-Adiós, Fermín.
-Adiós.
Le veo alejarse con su perro. Mi perro le ladra al suyo y le pido que no lo haga. Ladra otras dos veces confirmando que me ha entendido. Tiro de él, ladra una vez más y se vuelve mi mascota mirándome también y pienso: "Ahora lo tirará en cualquier lado y dirá que estoy como una regadera". Ese ni regándolo se verá tan bonito, tan tieso como el momento antes de matarlo.