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sábado, 12 de abril de 2014

CARTA A LOS SILENCIOS

Letter to silences.
"Bienvenidos al mundo de nuestros sueños. Que la única enfermedad de nuestros corazones sea, la enfermedad de las emociones"


Muebles con el encanto y la emoción de una casa mágica y llena de rincones parlanchines.
Desde hace mucho no tengo un rato tranquila para escribir, y cada día completaba un poco la carta a los silencios que empecé...
Se ha ido haciendo tan larga que ya no sé qué poner.

El silencio -los silencios- siempre me han atraído, más por lo que dicen y gritan que por lo que callan.
El silencio es necesario aunque a veces duela.A veces es un llanto. A veces es obligado. A veces es una putada.

No tengo ni idea de por qué siento los gritos del silencio de algunas personas a las que quiero. Quizás por el no saber. Quizás por la tristeza que pueda transmitir ese silencio o quizás porque, de alguna manera, me llegan los desahogos aunque sean en silencio.

Sé que no todos los silencios son traumáticos y muchos son fruto de la relajación necesaria para continuar con nuestras vidas, pero hay silencios que te tocan el alma (eso si la tenemos).

Laura Makabresku
El silencio hay que respetarlo, aunque sea un tanto pesada e insista en saber, porque envuelve más que las palabras y es respetuoso, y me gusta a la vez que le temo. Pero lo entiendo o cada vez quiero entenderlo más.

Los silencios que mas duelen son los que ya no puedes decir porque siguen atormentando, y los que más reconfortan son los que guardas porque así no has hecho daño.

El silencio es una paradoja de la vida y de cada uno: es demasiado particular para generalidades.
Echo de menos algunos bullicios que se han quedado en silencio.

Me he silenciado con algunas personas por obligación o necesidad emocional y en cualquier caso no me gustaría quedarme en silencio con otras que forman parte de mi vida.

El silencio es paz cuando no duele.

Hay veces que parece que estemos en silencio, pero no lo estamos. Tan solo no emitimos palabras; pero no estamos en silencio.