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martes, 23 de junio de 2009

Mortus est

"Morirá él y moriré yo. Él dejará la muestra y yo dejaré versos. En determinado momento morirá también la muestra, y los versos también. Después de ese momento, morirá la calle donde estuvo la muestra, y la lengua en que fueron escritos los versos, morirá después el planeta girador en que sucedió todo esto." Pessoa - Tabaquería

 

Sigo muerto... muerto, muerto, muerto. Por más que lo repita no cambiará. Estoy harto de percibir mi muerte cuando ni siquiera había terminado de inspirar un poco de vida, el día que aprendí a ver desde tus ojos intensos de gata egipcia, cuando aprendí a sentir tus finas uñas retráctiles con filo de abeja y veneno de escorpión. El mismo momento en que supe recibir tu ronroneo felino como presagio a mis vacíos de hiel.


Y me estoy acostumbrando a que los sentidos sean sólo parte del recuerdo.
Ahora sólo debo ser un recuerdo andante, o flotante... etéreo, ni sé lo que quiero decir. Y lo mismo da, porque chaladuras como estas las tenía a diario, y traspasar el umbral de la vida no ha mejorado mi inteligencia práctica para sobreponerme a un cúmulo de recuerdos y un recuerdo en sí que seguirá vivo mientras alguien quiera tirar de él hacia su mundo de color.

Y desapareceré cuando caiga en el olvido, como cuando la hoja diez mil billones se pudre en cualquier camino o cloaca, o tiene la maldita suerte de permanecer tan estática e inanimada como la que termina entre las páginas de "la metamorfosis" kafkiana.

Si me dijeran ahora que puedo volver atrás, y sólo pudiera cambiar una cosa, ¿que cambiaria? Soy tan infantil que esta pregunta rebosa aún en mis labios lívidos como agua del génesis.
Posiblemente la primera idea seria cambiar el dia de mi muerte. Sería para colocarla en un lugar al menos llamativo, aunque fenecer de forma grotesca no me atraiga en absoluto, lo preferiría antes que este vulgar crimen pasional.


"Hombre aplastado por un camión a la salida de una tienda de regalos. La víctima, un varón de 39 años, acababa de adquirir una pequeña caja decorada con dibujos africanos y en su interior había introducido unos billetes de avión para un viaje que jamás realizará a EE.UU. con idea (palabras textuales de la víctima, en una notita adunta) 'pasear por el sobaco verde-cobrizo de la estatua de la libertad' "


Pero sé que, dejando a un lado estos supuestos idiotizantes, más tarde o más temprano, ella volvería a matarme, así que tendría que ir al principio de todo, cuando ella empezo a odiarme, o empezo a no quererme, o empecé yo a ser un imbécil redomado que no merecía su compañía.

lunes, 8 de junio de 2009

Papeles

Cartas de Amor - Laura Makabresku

Pero esta sentencia de muerte ha sido publicada en papel.
Ya no está en la cama. Ha cogido de su bolso un papel arrugado, es color crema como el que usabamos en casa para las cartas de amor que ahora son fríos mensajes electrónicos, para la correspondencia, también en formato de ceros y unos, para las invitaciones a nuestras pequeñas fiestas hamponas que ahora se lanzan por mensajes de móvil, para la lista de la compra que útimamente sustituimos por una compra algo alocada entre estanterías con olor a detergente, embutido ibérico, dulces, pescado, goma de neumático y electrodoméstico recalentado. Cómo ha ido bajando la intensidad de las emociones. Tanto como cómoda se ha hecho la vida en esta ciudad de fariseos.

No creo que sea una lista de la compra vieja con mi letra, porque le caen lágrimas por las mejillas. Ni que el jabón de lavarse entrara en sus ojos, porque muestran tristeza. Las cartas de amor que la envié, no sé si llegaron alguna vez a ser capaces de producir tales emociones, aunque reconozco que -por lo menos al principio- puse todo mi empeño. La amaba y ella me correspondía...

"Querida, si estas leyendo carta, sabrás que estaré lejos, a miles de kilometros. Han surgido problemas en nuestra filial de América del Sur, la de Argentina. Te llamaré en cuanto pueda. Espérame."


Ahora veo mi fría despedida


¿Ella me amaba? ¿¿¿¿ ????

Puede que despues de todo ella si se lanzara a otros brazos, pero ¿cuales?

jueves, 4 de junio de 2009

Obnubilado

Obfuscated
"He vivido, estudiado, amado, y hasta creído, y hoy no hay un mendigo al que no envidie sólo por no ser yo. Miro los andrajos de cada uno y las llagas y la mentira, y pienso: puede que nunca hayas vivido, ni estudiado, ni amado ni creído (porque es posible crear la realidad de todo eso sin hacer nada de eso);" Pessoa - Tabaqueria

Creo que estoy en una nube, atontado de tanto pensamiento insano. Si en mi imaginación hice de todo y ella no, ¿es culpa mía?, ¿es tan insano, tan infiel por mi parte tener -haber tenido- semejantes fantasías?

¿Cómo pudo ella saber de mis fantasías? No es que las mujeres tengan un sexto sentido, a los hombres nos delatan los cinco, ayudados por cada poro de la piel. Creo que, si volviera a la vida, seguirían mis devaneos mentales, que nada tienen que ver con la realidad.
"Veo una cortina de seda,
casi transparente,
de un rojo
casi insinuado.

La tela ondula lenta
arriba y abajo,
con una parsimonia de profundo
oleaje marino.

Ligera y suave se desliza
animando el vello rubio
e invisible de tu piel.

Una y otra vez
se sumerge en las aguas
el extremo tibio
de la cortina,
y poco a poco se hunde,
se ahoga con lento placer,
y emerge de nuevo
como si nunca hubiera
sido tela,
nunca hubiera
habido agua.

Y se pone nerviosa,
juega y llora
hilos de alegría,
ahogándose,
buceándo de nuevo
y retomando el aire,
y vibrando en la espuma
sobre la cresta
de tus encantos.
Se confunde entre un sueño intenso
y un despertar continuado,
como siempre fueron nuestros besos
y como nunca serán
nuestras lenguas secas,
ni nuestras manos."
Y ahora quiero saber si esta clase de sueños son suficiente delito para merecer la muerte, si esa pena ya no existe ni por quitarla a cualquier otro, a ningún ser humano.

martes, 2 de junio de 2009

El sabor amargo del veneno

The bitter taste of poison.
"Hoy estoy vencido, como si supiera la verdad. Hoy estoy lúcido, como si estuviese a punto de morirme y no tuviese otra fraternidad con las cosas que una despedida" Pessoa - Tabaqueria

Me pesan unos parpados que no tengo,
............................................me duele un corazón que ya no late...
Tengo el sabor amargo del veneno, en una boca con la que ahora me gustaría besarla y sentir lo que sentí con su primer beso...

Si, me sentía el amo del mundo... y ella me hizó sentir el amo de todos los mundos conocidos y desconocidos.
Emanaba pasión y me hizó sentir invencible... tanto que me embriagué del poder de los idiotas y perdí el norte...
Tanto, que todas las ganas que tengo ahora de acostarme a su lado y abrazarla , las perdí en su momento y me dediqué a abrazar a otras.
Como me gustaría ahora que ella se hubiera lanzado a los brazos de otros , en lugar de decidir acabar conmigo...
Pero no fué rapido...... y ha logrado que cada segundo que padeció conmigo se convierta en una eternidad para mi...

lunes, 1 de junio de 2009

Estoy muerto (2)

I am dead.
"No soy nada. Nunca seré nada. No puedo querer ser nada. Aparte de esto, tengo en mí todos los sueños del mundo." Pessoa - tabaqueria

Ahora no sé qué es peor, si vivir con el dolor a diario, con pesar, o la muerte con anestesia pero sin aviso. No sé qué prefiero, porque siempre deseé morir, pero no era así, sin gobierno sobre el momento, sin guía ni motivo personal. Ahora que estoy muerto, lo que deseo es vivir, romper con todo mi pasado y comerme la vida a tragullones, atragantándome con la risa. Qué patético.


Me paseo por la casa y solo veo ruinas de amor, el polvo sobre los CD's de los Carpenters, una almohada solitaria y sin abrazo, los pétalos secos al pie del florero. En su cara dormida quiero ver una lágrima de recuerdo sin cianuro, y su pelo dibuja el sendero del placer sobre sus hombros desnudos, sobre su piel morena de mujer: tersa y brillante, extranjera y hechizante. Ahora veo lo engañado que estuve y sin embargo, sigo sintiendo esa atracción que me obliga a inclinarme sobre ella para respirar el aroma de su jabón preferido, recién duchada, tan fresca como la noche, tan profundamente grabada en mi mente que puedo sentir de nuevo su primer beso...

La conocí en mi último viaje por América del Sur. Yo me creía entonces el amo del mundo, pero en mi fuero interior nada más, siempre me encontré mejor entre gallinas que sacando pecho delante de los demás gallos.