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martes, 4 de julio de 2023

Depresión adolescente

"El arte de verdad es capaz de dar voz a las partes mudas de nuestras vidas" Shaun Tan

Mel Tregonning - Pequeñas cosas


No conozco la nomenclatura ni tengo los conceptos de una profesional en psicología.

No pido ayuda porque no es posible pedir ayuda.

Solo estoy ... loco.

Siempre, desde siempre. Eso dijo Él.

El otro él, viéndome crecer desde pequeño. Rarito primero. Chiflado después.

Gracias a Él, ahora sí, tuvo un hijo normal y de hijas más en cantidad y más normales si cabe. Yo, solo yo, nací con este cerebro tormentoso. Adalid iniciático del orgullo loco.

Oigo hablar de deprimidos adolescentes y he recordado.

Dicen son difíciles de diagnosticar y uno de sus síntomas puede ser el aislamiento. El silencio. El llanto. No querer salir ni relacionarse con sus iguales. 

Todo mentiras. Lo que quieres no es en general lo que consigues ni sabes cómo alcanzarlo.

¿ Intentarlo ? Sería fijar metas lejanas. Imaginas llegar a verlas y son borrones, zonas oscuras o llenas de dudas. Es lo que trae la necesidad de anticipar, planear para evitar sorpresas. Eso si tienes la suerte de conocer tus deseos internos. Incluso  con esa fortuna no coinciden con lo que necesitas o más te conviene.

De garantía es lo que tienes en tu mano. Un yo sin objetivos rodeado de objetos. Las cosas no mienten. La sociedad en cambio tergiversa los caminos y, cuando no puedes ver, caes de bruces sobre las babas de tu propio llanto. Un llanto inaudible pero bien profundo donde implosiona el cerebro empujándote a ...

A los 15, los 16 años debería llegarse a la cima de la felicidad. Con hormonas que nos ponen a tope en esa edad, todo vívido,  al 500 por cien. Esos periodos en los que ni siquiera somos capaces de poner en valor nuestras vidas, arriesgando todo por o para nada, probando lo negado, lo que esté más a mano sin consideraciones ni reflexiones filosóficas de mierda. 

Por igual exacerbada, la depresión puede convertirse en un infierno insufrible, extenso y sin fin aparente. No se piensa en llegar a mayor, en el porvenir ni el sembrar aunque nos taladren con esos consejos paternalistas. 

Pregúntate qué falló si esa criatura se quitó la vida en su mejor-peor momento. O si continuó viviendo, de dónde provino la sombra en torno a sus ojos. Cómo resultó que su sonrisa era tan cara de hallar. O qué hacía en su tiempo libre para fracasar en la escuela año, tras año, tras año desde los 6 años a pesar de casi no salir de su habitación.

Muchos días encontraba qué hacer en casa. El agua infinita corriendo en el lavabo por mis manos. Un coche detrás de otro, detrás de otro, detrás de otro. Qué interesante alineación. Qué preciosidad matemática. Cuánta paciencia. El tiempo marchando a contar sus segundos a la frontera exterior. 

El niño es así. Pero por raro que pueda ser, crece como crece su entorno y este chico coge temor, odio a los otros chicos.  Iguales o mayores. Miedo a quitarse la ropa ante otros y asco por su propia sexualidad. También querrán jugar y reír con sus genitales. Terror. No saber qué hacer, cómo responder. Y quién sabe si existe motivo.

¿ Se desnuda el loco fruto de su locura ?
¿ Se suicida en un momento de lucidez o de horror ?
¿ Se autolesiona cuando no es capaz de hacerlo ? 

Mi adolescencia fue incolora. Con tufo a muerte. Cogí papel y  costumbre por escribir. Sobre el vacío, sobre la nada. La melancolía, el desencanto y el disgusto. El desagrado por no comprender. Las personas, mi diferencia. Buscándola a oscuras con un cerebro normal hasta reconocer ese órgano de incuestionable anormalidad.

Me desagrada remover entre aquellos años. Quizá la adolescencia se retrasó y nunca llegó la adultez.

Pregunten a sus adolescencias dormidas. Cuenten aquí, a esa nada. Nada les será respondido.

El mundo social es una continua celebración. Una fiesta de las mentiras que disfrutan en mayor medida sus principales invitados. Parece que  en su mayoría mis disfraces para la fiesta siguen siendo equivocados.

Creo en la habitación apartada, en la columna, la esquina.
Elijo faltar a las verbenas, hacer hueco para  la muchedumbre.
Ausentarme de relaciones, de familias.
Traté de ser amigo pero ya no recuerdo qué supone.

Ni quiero.

Lego mi asiento en el cine. Cedo mi turno en el bus.
Callo hasta la ruina mi aumento de sueldo.
Busco la cola sin cola, la puerta abierta y la ventana no.
El eclipse en el centro de luces cegadoras.

Se ríen de mi. Sé que ríen como brutos. Como hienas. Blandiendo lenguas tan bífidas como el sentido de sus palabras. Amenazando con garras tras clavar tan hondo sus dientes como el último predador que conocerás.

Así pues ... 

... seco mi cerebro de afecto y los ojos también secan.

Saco mi ropa en la ducha y solo el agua, nada más que el agua, se convierte en mi pasión final. Transparente, cálida, purificante. Ajustada a mi forma. Acude acariciando la piel y se retira de inmediato. Calma esta sed sin pedir nada a cambio.

Cuántas veces, fuera, hecho de menos morir dentro de aquella adolescencia tan capaz.

3 comentarios:

  1. ..,..........,......, No se por qué has dejado de escribir?. .....
    ..........

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  2. Seco mi de cerebro de afecto y los ojos también secan.........., No sé porque dejas de escribir...., Y por cierto está frase resume y describe muy bien la vida de muchos☺️

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