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sábado, 3 de agosto de 2024

Una forma de felicidad

— Hola, Fermín. Hoy vamos  a hablar de la fórmula de la ansiada felichitá.

— ¿ En serio ? Si creyera en ello no cubriría este blog con volquetes de pensamientos pútridos.

— Sageraooo. Luego me cuentas tus penas porque mira ...

F >= e - E 

— ... encontré ese algoritmo en internet. Un hombre ha sido capaz de dar con ello tras horas de pensarlo. Deduce que Felicidad es mayor o igual que tus eventos en la vida menos tus expectativas de la vida.

— Un genio. Solo le llevó unas horas dar forma a la felicidad humana ¿ Eventos menos Expectativas dice ? ¿ Qué demonios de sucesos pueden incorporarse a esas variables ? Por cierto: me resulta excesivo el operador "igual" en su fórmula ¿ de veras puede decir alguien que se iguala con algo ?

— Tú siempre tan positivo. Mira esta otra. En química, la fórmula es esta: C10H12N2O   la "Serotonina".

— Ya. Todas sabemos nombres de productos químicos acabados en "ina" que te ponen el cerebro tonto: Fluoxetina, melatonina, paroxetina, sertralina ... pero sin probarlos no puedo opinar.

— ¿ No puedes opinar ? ¿ Qué me dices de la mirtazapina y la venlafaxina ?

— Te digo que cambies de tema, so cerda ( perdón cerdil ).

— OK ! OK ! Pues ... veamos la que sigue: F=R+C+V, donde la felicidad depende por un lado de tu genética (R) asociada a tus circunstancias en la vida (C) y  tus comportamientos, maneras de pensar regidos por tu voluntad (V).

— Mi genética buena. Mis circunstancias fantasía y  mi voluntad ha modelado unos comportamientos que mi manera de pensar no compartía. 

— Vaaaaale. A ver esta, para creyentes. Gente practicando una religión coinciden que toda F empieza por FE. Simple, ¿ no ?.

— No soy creyente. Trato de forzarme sin FE en el esfuerzo. Pasapalabra.

— Pues al plan didáctico: «Para que tus hijos sean felices debes dejarles sufrir». La encontré publicada como titular en ABC en medio de una entrevista a un tal Fernando Sarráis.

 Al señor Fernando le diría: tantas personas me superan con amplitud planetaria en  sufrimiento que, en comparación a lo felices que podrían ser ellas, soy un infeliz absoluto. Qué buen lugar para aprender, el ABC, también te digo porque veo al final del artículo maravillosas "noticias relacionadas" igual de interesantes:

— Qué quieres, es el ABC. Todavía quedan valores en este mundo.

— Claro, valores tan rancios que luego me dirás anoréxico si vomito pero ... por un momento me he sentido psico-matemático y quiero escribir, sin ánimo de lucro, este apunte pro-felicidad:

A + (Cosas) — (Felicidad)

— Señor Fermín: ¿ no tener nada sería para usted el summum de la dicha y el bienestar ? 

— No señora. He dicho "un apunte" no "una fórmula resolutiva". Lo que yo digo es que añadir muchas cosas a tu vida resta felicidad y que no hay cosa más cara que la que no se halla.

Eso no es cosecha propia tuya. Es de tu suegra.

— QEPD mi suegra sabía aplicar los dichos, siempre preferibles a los dejados de decir.

— Ya que te pones... cuéntame sobre los dejados: me atrae el lado oscuro de la fuerza.

— No te pega decir chorradas pero mira: me empeñé en hacerle a mi hija una casita de madera "en planta", no relativo a las plantas sino a lo horizont ...

— Sé que significa en planta. No soy estúpida.

 Me alegro pues me pasé casi todos los días de vacaciones metido en una habitación diseñando y cortando cada pieza.

— Eso huele un copo a obsesión ... ¿ no ?

— Calla y no me copies el cambio de letras que no tiene gracia. — Estábamos en el pueblo y se supone, no me digas porqué, que cuando estás en un pueblo rodeado de campo debes salir de la casa a disfrutar así que ... mi suegra me estuvo observando. Mientras pasaba por la puerta me miraba. Yo la veía pasar ¿? y ... seguía a lo mío.

— Adivino porqué: si estás de vacaciones y no sales de entre 4 paredes, pa eso te quedas en tu casa, pensaría ella. Sería por lo que te miraba. Pa' que te dieses cuenta.

— Calla, no tienes ni idea. Tú y tus teorías de la mente ajena.

— Hombreeee ...

— Ni mujer ni hombre. Mira. Si estoy disfrutando con algo, algo que no podría hacer igual en mi casa, que me interesa tanto como para que otros lo llamen obsesión, ¿ PORQUÉ DEMONIOS TENDRÍA QUE DEJARLO Y SALIR AL CAMPO ?

Tranqui, muchacho, no te alteres. Es fácil de saber: Aire puro, viento, sol, naturaleza, la fauna local, sus fragancias  ...

— Tópicos pausa— Ciertos  más pausa— Muy ciertos y buenos pausa indefinida

— Pero continúa. Qué pasó con tu suegra, qué dejó por decir.

— Ah, si, que cuando ya había terminado con la casita y empecé a liarme haciendo muebles le pareció anormal y ya un día, al pasar por la puerta, no se conformó con mirar sino que dijo "Payaso ... ". Con la "Pa" en bufido gatuno y un apretar de mandíbula que rebosaba asco y metía miedo.

— No me extraña. La mujer quería algo mejor para tí.

— Ya ... ahora me siento mal. Le agradezco en cierto modo el apelativo. Menos mal que no me llamó loco. A veces no me doy cuenta y ...

— Bueno. Entonces resulta que tu suegra era más de temer cuando callaba que cuando usaba refranes.

— Eso es.

 Podría haberte soltado este: Soñaba el ciego que veía, y soñaba lo que quería.

— Pero yo terminé la casita con sus muebles y después la pintamos mi esposa y yo. Y puse hierba y margaritas en la entrada. No quedó en un sueño por más cegado que estuviera.

— Entonces cambiémoslo por este otro: "Suegra, ninguna buena, y una que lo era, quebróse una pierna." (*)

— Por lo que se ve tú tampoco sabes escuchar. Los dichos hay que aplicarlos cuando corresponde.

— Me apetecía.

— ¿ Una gotita más feliz ?

— Sip.

(*) Se dice por una dama salmantina que quería a su nuera como a una hija; pero un día, cuando caminaba deprisa para prestarle un servicio, vino al suelo y se quebró una pierna, como si el destino, envidioso de tan rara armonía, quisiese malograrla.

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