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lunes, 7 de abril de 2025

Mad World, abrazos de plástico y otros

Que el mundo está cada día peor es ya un hecho. 

No hablo ya de una naturaleza deteriorada. Como hablamos un mismo lenguaje, cuando se pronuncie de veras comprenderemos a la perfección lo que muchos venían advirtiendo.

Hablo del global de las personas. En ese total, hay jóvenes que merecen un futuro mejor. Una parte, no la mayoría de jóvenes. Algunos van al instituto donde limpia mi mujer. Cagan en el borde de la taza y dejan el "regalito" para que ella lo quite. Mean en la pared, en el marco de la puerta y su pis recorre el suelo inclinado hasta donde alcanza. El tufo es ... como entrar en su clase. Suelo lleno de papelitos y hojas. De libros tirados. Mierda por doquier cuando el profesor sale de clase emulando a Pilates: "No es mi problema". A su compañera le lanzan desde el piso de arriba una manzana. El pecado de ser del personal de limpieza y todos libres de culpa.

Por otra parte el global de niños y niñas tienen derecho a, como poco, un futuro.

Se puede ser más o menos zoquete para no compartirlo. 

El global de las personas mayores apesta. Da asco. 

Damos asco.

Aceptamos las lonchas de jamón plastificadas, qué ricas son, pero nunca nos comeríamos a nuestro perro, gato, loro, pez, bunny o hamster. Algunos -probado- arriesgaríamos la vida por alguno en el arrebato de un peligro inminente.

En la residencia durante el covid, Dolores, una limpiadora, escucha a un anciano suplicando. Se acerca a ver qué le pasa. Quiere un abrazo, "por favor", mientras deja caer una lágrima de un ojo medio seco. Imagina su pena si te sientes empática. Pero la mujer le abraza. Un abrazo de plástico que sabe a gloria. Aunque a mi no me gusten, los entiendo y siento cuando los veo. Perpétua, que se cree la mandilona "Number One" y compañera de Dolores pasa, ve la escena y vocifera: "¡ Qué demonios haces ! ¡ Vuelve a tu trababajo, joder ! ¡ Que nos pagan por limpiar, cojones !".

Cojones de otro porque, lo que se dice "coño", debía estar  tan podrido como su cabeza.

Ahora llega el Van Gogh en fallido que resultó ser Trump. Un artista de las finanzas que, rotulador en mano, dibuja un escenario apocalíptico sin despeinarse. Rotuladores de la marca "Sharpie" fabricados en Atlanta, Georgia. 

«De haberse creado como modelo de colonia ideal sin esclavos, Georgia se ha convertido en uno de los estados más racistas de Estados Unidos» 

«La pena de muerte en Georgia: racista, arbitraria e injusta»

No hubo tino con él, ni lo hay con Putin o Benamin Etaniau. No lo hubo con Hitler. Tampoco con tantos criminales de guerra como guarda la historia. Una historia que se olvida demasiado pronto.

Preguntémosle a la iA. Nuestra inteligencia ya no vale ni siquiera para eso, para definir lo más obvio.

Javi, compañero durante mi FP2 de electrónica, llevaba un año en el oficio de repartidor de Correos. Le gustaba. Ayudaba a la gente. Explicaba. La zona que le asignaron era un barrio que se considera "conflictivo". 

Recuerdo vender un ordenador y decirle al cliente que se lo llevaba a casa e instalaba. En ese mismo barrio. Se quedó sorprendido y necesitó que se lo confirmase después de decirme dónde vivía. Como soy incrédulo e ignorante de algunos peligros, no entendí su miedo. Por allí había tiros, redadas ... pero la familia que compró era encantadora como tanta gente del barrio.

A mi amigo le tocó un reembolso de 150 euros en casa de una persona del colectivo racializado mas antiguo de España. 

El destinatario quiso abrir el paquete quejándose que lo había recibido equivocado con anterioridad. Javi quiso desentenderse pero el otro no estaba dispuesto y desgarró el paquete para enfurecerse a continuación: "¡ OTRA VEZ ! ¡ ESTO NO ES LO QUE PEDÍ ! ¡ DEVUELVEME EL DINERO !"



Hay amigo. Si hubieras sabido lo que sucedería a continuación le habrías devuelto su dinero. Amenazó a Javi con un cuchillo y recibió luego un empujón que le abrió la cabeza. Cayó al suelo, fue pateado. Costilla rota, dificultad para respirar, mareo. 

Los padres del hombre alocado intervinieron después de ver que la cosa se ponía chunga. Le pidieron perdón e invitaron a pasar a la casa. Al salir de nuevo el energúmeno "¡ TE MATOO !" y sus padres, "Bah, no le hagas caso". Correos derivó a la mutua y prácticamente desentendiéndose.

Javi se costea un abogado porque Correos no lo facilita. Baja, depresión, ansiedad, terror, acúfenos en el oído derecho.

Nos falla el juicio. Nos embarga la maldad. 

Qué asco de mundo loco, de millones de animales extintos, de abrazos ausentes y locos por las compras online.

Ahora mismo, 16:30, hay un motorista pegando acelerones a una moto de mierda. Seguro que ha pensado en hacer las delicias a la siesta comunitaria. El domingo, una mujer vació el cubo de fregar en el balcón y casi me pone a caldo.

Ahora mismo, un 10 por ciento de las casas se muestran en protesta por la próxima creación de un edificio para menores no acompañados y otro para "morenos", como dicen esos protestones. 

"Llévatelos a tu casa si tanto les quieres ayudar"

So estúpido. Ya están aquí. ¿ Cuales son las alternativas ? ¿ Dejarles en la calle y que se busquen la vida ? ¿ Gasearlos ? ¿ Trasladarlos a una zona de exclusión ?

Las barricadas, los misiles, las trincheras nos están esperando. ¿ Quién quiere ser el primero en estrenar un traje de tierra, en el mejor de los casos ?

Vamos a ver hasta dónde llega todo esto.

Veamos cuánto tiempo nos queda.
Quizá sea todo más sencillo.
Quizá esta vez no acierte prediciendo que la Covid nos alcanzaría. Algo tan obvio.
Pero no siempre mis premoniciones se cumplen.

La diferencia se cuantifica en el número de personas que las compartimos ...

... y que callamos.