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sábado, 1 de febrero de 2020

Cameron Post y los géneros de Dios

" Teme el momento en que las personas dejen de sufrir y morir por un ideal, porque esta cualidad es la base de la esencia humana y lo que la diferencia en el conjunto del universo.John Steinbeck, editado

Cuando nos inquietan grandes dudas existenciales siempre podremos acudir a las sagradas escrituras para hallar un significado. Con la ayuda de un Dios todopoderoso somos eternos, sobrellevamos las situaciones más difíciles y podemos incluso afrontar enfermedades incurables con un rostro de paz envidiable. Ríete tu de la Gioconda.

Dicen que [ la biblia habla de la genética y los géneros.] Cada especie según su género. El gorrión solo produce gorriones y los humanos idem. Mentira. Ni el passer domesticus ni el homo sapiens^2 existen y se reproducen así desde el día cero. Mucho antes fueron otros seres, mutaron. La Biblia no habla de genética, sino de especies e ignorando la inmensa variante del tiempo. Es más, todos los seres vivos compartimos el sistema codificado del ADN porque nuestro origen es el mismo. Y, una vez más, el texto al que hago referencia al comienzo del párrafo ya está obsoleto: el hombre también es capaz -todavía con coste elevado- de [ escribir información en ADN y leerla ], siendo dicho soporte más pequeño y duradero que las cintas, los CD-DVD, las memoria flash o los cristales de cuarzo. ¿Solo pudo ser el ADN obra de una gran diseñadora o es que solo empezamos a conocerlo?

Podemos contarle a Dios todas nuestras miserias por más miserables que sean. Sea esta una de las pocas ocasiones donde la redundancia cíclica se puede admitir. Siempre estará escuchando y listo para perdonar. "Lo único que no se puede perdonar es la blasfemia, porque significa que no deseas el perdón", pero ... ¿hay que pedir perdón por sentir amor?

Sobre esta película, "La (des)educación de Cameron Post" publican una [ crítica en el periódico ABC ] y la titulan "Manoseo adulto en la arcilla adolescente". En 218 palabras pasa de puntillas por el tema usando como palabra más gruesa "homosexualidad" y por si acaso "supuesta". Pero si hay muchas palabras. Mira: gay, lesbiana, Trans, Pan, Bi o A-sexual, Bi o Cis-género ... y entre las escasas 218 palabras falta esta: religión. Justo la fuerza que hace girar la torneta del Alfarero en la peli.


A Cameron Post la lleva su tía a un centro donde tratan de educar a jóvenes que sienten atracción por sus iguales del mismo sexo. Con la mejor de las peores intenciones, pues ... "¿no deseas tener el día de mañana una familia?" Pues mire  usted, no todo el mundo. Me decía hace poco una profesora universitaria de psicología: "Hay mucha ignorancia. No comprendo esa obsesión con implantar el pin parental. Se me acercan mis estudiantes con frecuencia para cuestiones sobre su identidad sexual. Son gente que sufre. Está claro  que hace falta mucha, mucha, mucha educación en esta materia."


En una de las terapias a cielo abierto, dos compañeras presionan a Cameron para que hable de la chica con la que tuvo relación porque ven que solo es capaz de callar y alucinar con lo que ve y escucha. Así que dice:
De acuerdo. Se llamaba Coley.baja la cabeza—Estábamos en el mismo estudio bíblico. [...]

—¿Cómo era ella?

—[...] ella era perfecta [...] pero no egocéntrica [...] ya saben, de ese tipo de persona que, sin importar quién seas, querrías ser su amigo. - y todos callan. Intuyendo, dando por buenas sus palabras, por lo que la monitora interviene:

—Se dice que los caníbales solo devoran a los enemigos que admiran como una forma de hacer propias sus mejores cualidades.que es una forma asquerosa de darle la vuelta al sentimiento de atracción entre dos, expresado con sinceridad.
El mejor momento de la película está en un [video en youtube.] Cameron pone alegría entre sus compis acompañando una fantástica canción de la radio y en respuesta, la encargada, esta que se cree por encima de los caníbales, la entrega una carta envenenada para que sufra y no se venga tan arriba alborotando el gallinero. Los corazones más bondadosos palpitan contra todo pronóstico en los cuerpos y mentes menos imaginables. No son exclusivos de una raza, sexo o religión.

No es la religión lo que lleva a una persona a besar la cruz y pasar las cuentas del rosario dejando la mente en trance para luego hacer daño al prójimo. Recuerdo una misa de domingo en que una mujer con dificultades pedía permiso a otra para sentarse en su mismo banco. La envió a buscar sito en otra parte con cajas destempladas. Después como pésima cristiana, con el alma bien sucia tomó el cuerpo de Cristo. Para ella, igual que zamparse una oblea dulce o la bolsa entera. 

Por otra parte tenemos una historia similar con Garrad Conley. Su libro "Boy erased" da lugar a la película "Identidad robada" donde cuenta cómo siendo hijo un pastor Baptista, es enviado al centro "Love in action" para ser rehabilitado entre hostias y oraciones de su "enfermedad". Esos sitios, gobernados por gays arrepentidos y promocionados a caciques de Dios, se creen tan autorizados como para buscar tu conversión a su limitado, y en teoría sano, mundo binario sin pensar que para ello primero tienen que destruirte. [¿Solo dos ] cuando la medicina también reconoce que hay más de dos sexos?. Y aunque así fuera, hay diversos factores añadidos que conforman múltiples variaciones. 

Pero volviendo a la peli, Helen, compañera de Cameron, dice: "No rezaré para que Dios me cambie porque Dios no comete errores". Que significa: "Dios decide todo en cuanto se conocen Óvulo/s y Espermatozoide/s y la genética no tiene nada que decir". Decide también qué enfermedad arrebatará en pocos años a bebés inocentes de cualquier pareja, hayan sido bautizados o no. Pero no dirá por qué ni para qué. De hecho no ha vuelto a decir nada en 2000 años. O quizá no ha parado de hablar y estamos distraídos o no queremos escucharle. Usted elije.

Creo que va siendo hora de afrontarlo. Al principio,  en la época menos transparente de la humanidad, los sagrados conocimientos fueron transcritos a mano durante 1400 años. En ese tiempo surgió el cielo y el infierno, el purgatorio, el crimen y el castigo, la culpa y el pecado, el diluvio, Adán y Eva, la muerte de la higuera que no daba fruto fuera de temporada, etc ... Y sigo sin tener claro si todo lo escrito fue dictado a la oreja, interpretado o deducido por los discípulos ni porqué hay versiones. En cualquier caso, no estaba por entonces prevista otra tierra que no fuera plana, otra explicación para la vida que no fuera divina, otras sexualidades, la evolución de las especies ... ni se conocían importantes aspectos sobre el tiempo, el espacio y el universo. Toda la ciencia conocida es como un magnífico puzzle lineal que vamos completando y  resulta muy complejo encajar cuanto se dice en una biblia inmutable. Solo una fe ciega a la par que visionaria será capaz de conformarse creando las piezas exactas.

------------- o -------------

A mi también me recomendaron hablar con un sacerdote porque sería bueno para mi. Y no me hace mal. No sé si mejor pero temo que le hago perder el tiempo. Reconozco que algún tiempo me he sentido mejor persona, diferente, principiante de buen cristiano y hasta he borrado entradas poco católicas de este blog.  ¿Porqué sigo entonces? ¿Será porque no tengo amigos para sentarme a su lado y hablar? ¿Hablaría igual con un amigo? No sé nada de nada. Critico y luego me valgo de medios similares, si, pero siendo adulto, yendo por propia voluntad, con una finalidad desconocida pero diferente y siempre libre para abandonar. Lo primero que me recomendó, en vista de lo verde que estaba, fue un catecismo que parecía el María Moliner aunado en un solo tomo. No lo llevé a casa. A pesar de todo, hablamos de Dios:

Tienes que ver a Dios como a un padre. Un padre siempre perdona a sus hijos.

—Pues no sé qué decirte. Yo tenía demasiado miedo a mi padre. Su cara enfurecida era más la de un padre que va a a partirte la crisma que a perdonarte por romperle el casette o el vídeo, y no te digo cuando casi prendo fuego a la casa.—se remueve en su sofá. Parece que no sabe cómo sentarse para estar cómodo. No sé si le pongo incómodo. No es mi intención. Miro sus zapatos negros, calcetines negros, sotana negra. Cuánta oscuridad viste a quien habla de una luz tan pura.

Bueno, los padres también tienen sus días difíciles y la actitud del hijo al pedir perdón también influye, pero un padre

—Pues justo el momento de la casa llena de humo no era el mejor momento así que salí corriendo de casa advirtiéndoles que se me había caído una cerilla sobre el tapete de la mesa y como soy miope y por entonces no me ponía la gafa

A ver, nos estamos desviando del asunto.levanta la mano en señal de STOPTú piensa que Dios siempre lo ve todo, que nos ama y nos escucha cuando hablamos con él y además nos contesta.—hace pausas y termina con una pausa más larga para que asimile los contenidos pero, a decir verdad, me quedo en blanco esperando que tome la iniciativa. Y la toma:

¿Ya has hablado con ÉL como te dije?

—Ssssii—es un sí flojito. Inseguro. Decir mentiras es algo realmente repugnante. Apesta y confunde. Y para alguien tan torpe como yo en las conversaciones es además nada recomendable. Que vamos, yo no había tratado de hablar con ... Dios.

Y te ha contestado?

—(ostras esta pregunta no me la esperaba) Bueno ...y creo que debería poner muchos más puntos suspensivos para describir lo poco claro que lo tenía. Pero respondoSi, sí que me ha respondido, ¡ Pero no con palabras ! ¿Te imaginas? SOY DIOS, HIJO MIO. Vamos, escucho eso en mi cabeza y me cago encima. ¿Tú le oyes hablar con palabras?

—Jaaaa, jajajajaa—el hombre se ríe y me explica que no, que sucede de otra manera: se sabe, se siente, tarda en llegar, hay que trabajarlo. Está sudando y no puedo por menos que preguntarle:

—¿Cómo puedes aguantar el calor con toda esa ropa negra ... ? además atrae la radiación solar y

No te creas ... —estira y toca sus telasLuego es muy ... finita, mira. Toca—y yo toco. Con miedo, pero toco y miro de cerca la tela de la sotana. Si, parece fina. Y baratera. Aunque no lo será, porque añadeAdemás tiene la ventaja de que no necesita planchado. Si un día estás de viaje la puedes lavar, la cuelgas y se seca y queda estirada muy bien.—no soy capaz de creerlo.

Otro día, cuando la conversación se detuvo me preguntó:

¿Y la pureza? —de verdad, con tan poca información no llego. Cuando la gente me da poca información acostumbro imaginar cosas por completo diferentes a las supuestas. Como cuando un día me detiene el jefe, bajo la ventanilla y pregunta si sé algo de los automáticos. Y yo callado pienso en autómatas sin llegar a entender nada. Añade, por toda aclaración, que no arranca. Miro cómo se masajea el michelín y trato de recordar algún mecanismo automático. Se da la vuelta y se aleja. Sigo adelante por el garaje hasta aparcar en mi plaza. Al salir y volver a pie ya comprendí la pregunta. Había un coche automático de un vecino que no arrancaba.

Pero estaba con la pregunta sobre la pureza. Y tela lo que pone el diccionario:

f. Ausencia de mezcla con otra cosa: la pureza del aire de la sierra te sentará muy bien. || Ausencia de imperfecciones: este diamante es de gran pureza. || Virginidad: la pureza de la Virgen es algo sagrado entre los católicos. || Inocencia en todo lo relativo al sexo: la pureza de los niños.
© Espasa Calpe, S.A.

Pregunto:

—¿Pureza? ¿Qúe pureza?

Pues hombre, ya sabes, las mujeres ...

—¿La pureza de las mujeres?

Noooo, a ver. Cómo decirte.—miró hacia arriba como pidiendo socorro y explicóQue si miras a  otras mujeres, piensas en mujeres ...

—No. Yo no voy como un salido que babea al cruzarse con una mujer, pero sí que miro.

Pues eso es lo que NO tienes que hacer. Tienes que guardar la vista.

—Uy. Eso suena muy ... me recuerda lo de si tu ojo ...

Es que no es por causa del ojo, sino por los pensamientos impuros ... bla, blah, bla breve aclaración del tema. Luego se explica de p.madre, la verdad. O soy facilón. O tardo en descreer.

 Madre mía. Como para decirle que a veces me parece como si fuera una mujer en el cuerpo de un hombre poco masculino que pone especial interés en perfiles del tipo Laura Pergolizzi. Me parece que le dije una mentira de las grandes y sin ser consciente. Quizá eso sea un atenuante y me rebajen la condena. De todas formas ... ¿quién no piensa en otras personas para bien o para mal?



En otra ocasión le hable de mi anorexia nerviosa y llegó la siguiente pregunta:

¿Y cómo te va con la comida?

—Pues estaba yo pensando que va a ser Viernes Santo y tendré que hacer abstinencia. No voy a tener ningún probl

Quita, quiiiiita, quitaaaaaa —y hace un gesto con la mano tipo "ven pacá moreno que te vas a enterar". Así, como el juego del traga bolas, moviendo la muñeca de arriba a abajo.En tu caso la penitencia va a ser comer, así que nada de abstinencia. Tú tienes que comer. Siiii, si, si, si.

 Cuando le conté esto a mi mujer rio de lo lindo cerrando los ojos y echando la cabeza atrás y luego adelante. Como partiéndose al medio. Qué cosas. El hombre también reía mientras le contaba cómo hacía para poner poca leche y mucha agua con el café en polvo. Se puso serio al llegar a la parte del grave disgusto que supuso por entonces para mi esposa. Es lo que tiene hablar de temas que se desconocen. No sé las demás personas que superaron su anorexia, pero en mi cabeza no hay día que no piense en ello, en la grasa bajo mi piel y en lo horrible que es esta enfermedad. Es muy serio.

En fin.

Va haciendo demasiado frío. Voy a salir del Iceberg pero no para subir a bordo del abarrotado  transatlántico de la familia, la sociedad y los amigos. Tomaré un tranquilo velero que me lleve a un puerto cálido. Y en tierra firme por esos caminos de Dios tropezaré, como siempre torpe, con una piedra que asome siendo parte de roca o montaña. Así, por fin seré otro canto rodado, grava o arena, barro o como mínimo polvo y, si he de ser polvo, que al menos sea polvo enamorado.





lunes, 6 de enero de 2020

Repita, por favor

"Algunos aman las flores y los animales porque son incapaces de entenderse con sus semejantes." Sigrid Undset

No quejarse ni lamentarse puede manifestar la ausencia de dolor y sufrimiento, la reserva de palabras, más que el mutismo absoluto. Un rostro que no cambia ni se baña de lágrimas hace suponer un bienestar llano, formas de ser o una simple etapa favorable. 

A veces la realidad más descarnada y lacerante se viste de silencio, favoreciendo esa completa ceguera que facilita la vida a su entorno.

¿Es la violación suficiente motivo para el dolor? ¿Lo es el abuso sexual en la infancia siendo lejano y hasta confuso? ¿O lo será quizá una infancia o juventud de aislamiento y persecución, golpes e insultos? ¿Son asuntos para enterrar hondo y olvidarse?

Algunos animales entierran el alimento para después, cuando la necesidad estruje el estómago agudizando los sentidos. Muchas personas tratan de sepultar sus heridas en la memoria ignorando que es un todo, que nada separa del resto cuanto allí está fielmente grabado. Cada nueva imagen, olor, sonido, sabor, roce o palabras serán bien capaces de desvanecer en segundos el refugio de cualquier recuerdo oculto. Cuando menos nos obligará a volver allí, reconstruirlo, echar más tierra, más alcohol, más mierda.

La tía de mi esposa, pasados los 100 años y consciente de que su cuerpo era incapaz de continuar, dijo un día: "La vida se me ha hecho corta."

¿Cómo puede ser que la vida resulte insoportable siendo joven aún, cuando faltan tantas experiencias ... o que las sucedidas basten para desbordar cada recoveco de la mente hasta asfixiarla?

Puede ser. Porque el engaño es capaz de fracturar la inocencia tanto como el desengaño triturar una nueva esperanza mientras tratas de recuperarte. Puede ser porque lo único que no te decepciona es la soledad cuando necesitas tanta ayuda. Porque todos los palos que continuarás recibiendo con puntualidad caerán sobre un hematoma invisible. Para dirigirte hacia tu esquina de ring y que no te levantes otra vez con ganas de pelear. Para amordazar tu voz cuando por fin la encuentras y no hay nadie que quiera escuchar. Porque nadie quiere escuchar.

No quejarse y callar. A veces la falta de actitud, su cambio, la permanencia en zona negativa, los mil errores y silencios sin fin, los llantos inexplicables, las pésimas notas en los exámenes, la apatía por todo incluidas las ilusiones de antes, los despidos en el trabajo, las largas estancias en babia ... no son suficientes señales. Tener ojos no acompaña de manera intrínseca la facultad de apreciar el paisaje. Distinguir el sufrimiento de alguien puede ser motivo de huida, de ceguera. Incluso de mofa. Saberlo es como poner otra grapa más en la boca. Suponerlo es sellarla para siempre.

Te preguntas: ¿ Quién va a creerme ? ¡ A mí ! ¡ A ese ser que vaga por la casa como un espíritu perdido y que de pronto encuentras observándote inexpresivo desde la puerta  ! ¡ A alguien que no se preocupa por sus escasas amistades ! ¿ Quién puede creer a alguien que no se comporta como las personas normales, como los chicos y chicas de su edad sino como desde esa detestable adultez viciada de amargura ?

Ahí están los ancianos en la residencia. Mientras espero para entregar su pedido los veo dispersos por toda la planta baja, enorme, rodeada por televisores silenciados de 52", entre maceteros de 1x1 metro y algún sofá, asiento múltiple. Una mujer trata de abrirse paso con el andador empujando a los que están en silla de ruedas. La mayoría solos y algunos rodeados de familiares aburridos mientras una enfermera lee su glucómetro como una abeja sobrevuela entre malvas y amapolas. Ahí todos sumando milenios de experiencias exhaustas en fila india hacia el secreto y hermoso almacén de los libros olvidados. Me digo convencido: "Cuantos más dientes nos faltan, más años de vida nos sobran." y a continuación me pregunto: "¿ Dónde quedaron todas esas criaturas que un día fuimos ? Tan hermosas e inocentes, tan humanas, sanas, frescas ...

La rutina sirve para anticiparlo todo. Una de aquellas noches infantiles de verano en casa de mi tía, compartía habitación con un primo cercano a sus 18. En medio de la oscuridad, mientras escuchaba la remota señal de radio estadounidense de turno, me explicó al tiempo que trataba de secar su abundante acné con alcohol cuán duro resultaba su trabajo en una fábrica de zapatillas. Coger las alpargatas y sujetarlas con una goma elástica. Meterlas en una caja. Esa era toda su tarea. Para él un duro trabajo repetir la misma secuencia hasta el infinito. Para mí, por entonces, una delicia convertirse en máquina. Siempre me fascinó ser una máquina. Hacer perfectamente la misma tarea. Ahora sé que está bien, pero no todos los días de tu vida.

Necesito mi rutina, aunque sea la peor del mundo, porque no se cómo hacer funcionar otra. Todas las noches vuelvo a ella antes de dormir. Imagino sucesos tremendos con otras personas, ficciones imposibles en el marco de lo cotidiano. El día entero escapando de todas las personas me lleva a relacionarme con ellas sobre una inconcebible balsa de acechantes amenazas por la noche. Y me duermo pronto. Quizá por lo soporífero que resulta ser el perpetuo protagonista de tus propias películas. Acaso por la tranquilidad que me suscita fantasear pesadillas de la misma forma desde hace tantos años sin que sucedan peores cosas. Por que nada en la vida real podrá superar esa maldad que supongo de las personas. Y porque nada ha cambiado desde que ... siendo niño dejé de ser héroe, tripulante de naves espaciales y hermosas historias para transformarme en un ser abyecto, un cáncer maligno que devora su propio ser.

Así, cuando llega la mañana algunos días, la dedicatoria de mi primer pensamiento sigue siendo para la muerte. Pero tampoco es tan extraño.

Aún así amo casi todos los animales y las plantas, las rocas, los cielos despejados de la noche y el calor del sol por la mañana, al agua más que a mi sangre y aprecio una pizca de cariño en las poquitas personas que de alguna manera me importan.

Feliz día de Reyes Magos. Que ustedes lo hayan disfrutado.

Cuéntalo - Laurie Halse Anderson (guión) & Emily Carrol (dibujos)
 



"You'd be socket at how many adults are already dead inside, walking around with no clue, waiting for a heart attack or a cancer to finish the job. When people don't express themselves, they die one piece at a time. It's the saddest thing I know."

miércoles, 25 de diciembre de 2019

La sabiduría del percebe


El día 24, la previa a la llegada del hijo de Dios, me tocó por suerte trabajar. La ciudad estaba circulable y tranquila. Se percibía ese ambiente de fiesta y relajación por todas partes.
Cargué mis 50 cajas, 650 kilos en total de mercancía y salí a entregarlas. No es que me guste precisamente cuando pesa tanto y menos si debo subir algunas por escaleras 3 pisos. Se que otros lo hacen a diario con incluso más tonelaje. Al menos recibí una propina de 3 euros, cosa que ya nadie hace pero yo agradezco.

Me acerqué a una rotonda y delante llevaba desde hacía un rato a un conductor tranquilo. En la radio explicaban que debido a los continuos temporales en la costa gallega, nuestra mejor fuente de excelente marisco, el percebe se cotizaba en la lonja a 300 euros y a 400 en la plaza. Vale, hasta ahí. Lo que me puso muy alterado fue escuchar la respuesta al periodista cuando preguntó si la gente lo pagaba a pesar de todo. "Pues sí, porque dicen los clientes que no les importa pagar un poco más con tal de que sus familias sean felices."

Tardé unos segundos en procesar, en tomar por cierta la información, pero la tensión debió subirme por las nubes y el cabreo por encima de la bóveda del cielo.

¿Que no pueden ser felices sin los percebes en el plato?
¿Qué clase de tontería es esa?
¿En qué mundo vivo? ¡¡ Me cago en todo lo que se menea !! 

¡¡ Joder, que muchas personas se conformarán con comer cualquier cosa, con estar juntos y sanos !!
¿Ahora depende la felicidad de lo que haya en un puñetero plato para cenar?

MALDITA SEAAAAAA.

Bueno, al tranquilo conductor que hizo STOP a la entrada en la gran rotonda viniendo coches a diez por hora desde el lado opuesto le hice escuchar el claxon y luego lo adelanté un poco airado.

Tuve que hace un esfuerzo para serenarme y dejar de gritar improperios dentro del vehículo contra esa respuesta al periodista.

Si algún día los estudios científicos demuestran que de lo que se come se cría, no me extrañaría si afirman que comer percebe te vuelva un tonto del culo.

Ya. Mi reacción al volante también merece una crítica.

"Que a mi hija/o no le falte de nada." frase que dicen muchos pater a sus filiis servirá para que por obra del Spiritus Sancti se conviertan en auténticos cafres del consumo y adquieran una filosofía vital de zulúes, con perdón de aquella raza.

Como vendrán San Nicolás, el Esteru con su burru, la Toza, tió de Nadal o tronco de navidad, papucho Noel,  el pandingueiro o el olentzero y todos los demás personajes del mundo, a casa de algunas criaturas y a las casas de sus tíos y abuelos con regalos, no les faltará de na. Se harán expertos en desempaquetar y sacar cosas de sus embalajes y puede que alguno elija las cajas para jugar. Los adultos por su parte quizá compitan por el premio a "mi regalo le gustó lo que más".

Vendrán luego los Reyes Majos de Oriente con más regalos y todos quedaremos locos por ver el fin de otras navidades con la vuelta al cole y la monótona rutina del día a día.

Mi compañero peludo nos acompañó ayer en la cena de nochebuena. Ese cambio en su rutina diaria, estar en otra casa, sin su cuna para descansar y sentirse seguro, ese baile de piernas que sin querer le patearon ... El pobre iba de acá para allá tratando de anticipar cada paso nuestro y después, ya sentados y cenando no paraba de circular entre el salón y la cocina, nervioso, agitado, pidiendo algo que escapaba a nuestro egoísta esquema mental para el que "tan fácil" resulta adaptarse a las cosas nuevas. Al fin mi esposa dijo "Ay... ya sé lo que quiere. No le hemos puesto un cuenco con agua."

En efecto, bebió como si aquello fuese lo último en agua dentro del desierto. Nosotros seguimos con lo nuestro y al poco rato se sentó en la puerta del salón mirando a mi esposa con las orejas agachadas y una extraña expresión. La siguiente ocasión que fuimos a la cocina comprendimos. Había vomitado una plasta marrón de pienso.

Cuánto estrés para él por una celebración.
Pienso cómo los animales sufren por los cambios en su rutina. En su medio ambiente.

Al día siguiente he tenido diarrea anticipada por terribles dolores de tripa.

Nosotros también somos animales. ¿Unos más que otros? Pues yo, bastante.

Nunca podré comprender a quienes disfrutan estrenando ropa o zapatos. Qué difícil y desagradable me resulta probar nuevas comidas poniendo a prueba mi refinada maquinaria digestiva.

Acabo de realizar la sexta visita al retrete. Entre los vapores característicos del ácido intestinal me suben escalofríos sofocados por el dolor de la corrosión en la compuerta automática de evacuación.

¿Serán las doce almejas? ¿Será la escasa harina que espesa el caldo marinero? ¿Habrán sido los trozos de queso que avisan de alguna nueva intolerancia? ¿Los nervios?

Hoy me he quedado con mi amigo, el perrito. Todos los demás se han vuelto a reunir para seguir disfrutando de la familia y un postre compartido que hicimos ayer. Vasitos de mandarina gelatinada cubierta con crema de chocolate, coronado a su vez por un botón de nata.

Dos animales, dos amigos. Tapado y enrollado en mi manta, acude poco a poco el calor y disfruto de algunas cabezadas en el sofá de casa. Ni pienso por más momentos en la familia reunida en su dudosa zona de confort.

Ay pollicipes pollicipes, dos veces pollicipes.
No tengo tu sabor pero admiro tu sabiduría.
Sabes cuanto necesitas.
Tú si que sabes, percebe.

sábado, 7 de diciembre de 2019

El primer ser con inspiración.

Este precioso cuadro de mi compañera de blog me recuerda a Numen soñando.

Muchas veces voy por la vida buscando maravillas que aprender para alimentarme de ellas, llenar mis espacios vacíos y sentir fuerzas para escribir unas pocas palabras que al menos sean bellas. ¿Puedes tú ayudarme?

No puedo escribir cuando quiero. Si quiero hacerlo, debe ser cuando puedo. Pueda parecer un asunto sencillo. Pues a mi es muy difícil.

Ayer fue el Black Friday y ahora debo ir con José para pasar sus datos de proveedores y clientes a excel. Dice que discutió con su esposa por obligarse a comprar al tal Fredy. Y yo pensando quién sería el tal. Se me venía la imagen del cantante de Queen. ¿Parezco estúpido? Pues lo mismo un poquitín si, porque tuvo que aclarármelo. Pelillos a la mar.

José, hombre de éxito que conozco hace 20 años, me explicó cómo aplicaba el efecto Venturi en una máquina suya creando una corriente de aire con la temperatura y humedad apropiadas para incubar huevos. Mientras lo hacía, alguien le llamó al móvil para informarle que quizá no acudiría a su invitación de cumpleaños porque se había hecho un implante dental dos días antes sin creer que eso requería tanta recuperación. Comparte así la llamada de teléfono  y añade de ingrediente que va a poner cordero. Cuando lo relato en casa a mi compañera por ver si me estoy perdiendo algo, pregunta si me invitó. Dice que no me invita porque yo no soy amigo suyo. Aunque no quiero para nada que me invite, a veces me gustaría ser arrastrado entre algunas personas de modo inapelable como lo hace ese efecto Venturi. Que todo mi ser se viera empujado para acudir a disfrutar y ser feliz entre la gente.

Sigo buscando mi inspiración porque en fuentes laborales no encuentro los colores.

Pruebo lecturas y leo sobre TDC, trastorno dismórfico corporal o síndrome de Tersites, un griego que se apartaba de todos los cánones de belleza, y leo sobre el opuesto de "la madre de Blancanieves" que trataba de perfeccionar su cuerpo con ansiedad. He roto todo espejo y foto hace tanto tiempo ...
Picoteo novelas gráficas en negro como "Yo, Loco" de Altarriba y Keko, terrible "La muñequita de papá" de Debbie Dreschler, "La ascensión del gran mal" de David B. o Persépolis de Marjane ... ninguna. Ni siquiera el colorido imaginativo de Shaun Tan en "Las reglas del verano" son capaces de disparar mi atención. Es la tarde del sábado, solo en casa con un perrito, pero mi cabeza está más hueca que un tambor.

La inspiración de las imágenes vitales es mi siguente meta.

Cojo la cámara de fotos pero ninguna sale como quería: fotos cuadradas, bien o mal encuadradas, rectangulares, circulares, paranormales, panorámicas ni paradójicas. No sirven porque las imágenes emergen como yo, desiertas de sentimiento.

Busco entre acordes, negritas, silencios, blancas, corcheas y semitales, claves de solfa en pos de una ejecución ad libitum.

Pongo el reproductor de música. Son 9.099 temas. Pereza, cantos de amor de Gipsy Kings, La bien pagá, No paraba de llover Nena daconte, Hakuna Matata, Hendryx Dolly Dagger... Y Hide in your shell de supertramp canta de pronto: "Escóndete en tu caparazón porque el mundo está dispuesto a desangrarte por pura diversión. [...] Estás esperando que alguien te entienda pero tienes demonios en tu armario." ¡Te habrás quedado agusto con el sermón, Roger Hodgson! Temas instrumentales, de antes, de hoy, románticos, rockeros, clásicos Burana o de Requiem pero ninguno es mi sintonía. ¿Ninguno?

Lo intento como saltimbanqui de películas. Detenido junto a la magnífica Nell 1994 (Jodie Foster), mujer que se sorprende como los niños en torno a la inocencia. Pienso en la filtración  diaria en ellos de la mentira, el engaño, el precio de las cosas, el poder y el odio. Encuentro un estudio sociológico sobre Nell ( aquí ) y supongo que técnicamente es correcto pero yo no tengo palabras para hablar de una chica que me deja con lágrimas en los ojos. Mudo, sin ganas de decir nada. Salto hacia Mimzy, más allá de la imaginación. Yentl, mujer disfrazada de hombre para alcanzar los libros sagrados. Pink Floyd en el muro de mis lamentaciones. Ni Reb Tevye en "Violinista en el tejado" cantando su riqueza de iluso, sabe abstraerme de esta mente-caca.

No puedo cantar, dibujar, escribir. Quiero contar, expresar y decir. Estoy encerrado en una lámpara a la espera de una mano cálida que haga brotar una chispita de genio. Pero nada sucede y el reloj hace tic, tac, tic, tac. Y mi lógica digital dice que todos los tic son tac o monótona viceversa.

Decido buscar al primer ser que sintió llegar la inspiración y nos dejó a todos con ganas de crear, de escribir, cantar o dibujar. Así las cosas, salgo al balcón y caliento mi insomnio con sol. Luego salto y extiendo las alas. Vuelo hacia la ciudad y el rumor del viento en la velocidad ensordece mis ojeras.

Y encontré a ese ser. Esa persona culpable de ilusionarnos que ilumina la calle a su paso. Ese ser que sonríe y regala pepitas de saber.

Al acercarme a su lado adivinó mi pregunta y llorando contestó:

"Siempre voy por la vida buscando maravillas que conocer, para alimentarme de ellas, llenar mis momentos vacíos y sentir fuerzas para escribir unas pocas palabras que al menos sean bellas. 
¿Podrías tú ayudarme?"


viernes, 1 de noviembre de 2019

Una paloma contra el cristal

"Los detalles son importantes. Crean profundidad y la profundidad crea autenticidad." Neil Blumenthal
¿Qué te pasa, marisopa? - No soy una fucking mariposa, soy una polilla, joder.
Pasamos la vida rodeados de detalles que podemos observar, acercar para enfocar o ignorar totalmente. Esos detalles tan interesantes a veces se esconden en pequeños seres vivos, vegetales o cosas. A veces los comportamientos de los seres vivos muestran esas singularidades que no todos saben ver.

Esta mariposa batía sus alas inútilmente sobre el suelo. Todos los insectos me dan repelús, asco, respeto ... no lo sé, no me preguntes. Yo pensaba "esta rechoncha ya no tiene fuerzas o ha perdido el polvo mágico para volar". Con un papel, la recogí de ese suelo marmóreo o granítico ( no soy piedrólogo, rocólogo ni geólogo ) para subirla al marco de acero del escaparate en el lado de la calle y ahorrarla morir por aplastamiento. Ahí la dejé mientras cargaba la furgoneta.

En ese trajín de ir y volver al local metiendo los pedidos al vehículo me detuve a observar a una pareja que se había fijado en la mariposa sosa. Era una mujer corpulenta que llevaba agarrado del brazo un hombre esmirriado, estilo a mi, también con gafa pero de menor estatura. Bueno, y más feo. El caso es que ambos parecían tener algún tipo de diversidad funcional. Qué parecidos somos y qué diferentes parecemos. Vale, esto lo dejo para otro día.

Supuse que, igual que a mí, les había llamado la atención esa marisopa y también sentían algún impulso paternal con ella. Creía que se habían puesto contentos al encontrarse un ser vivo algo raro por la ciudad. Ver para creer: la mujer la hizo caer al suelo y a continuación la propinó tal pisotón que hizo temblar la acera de la calle al tiempo que daba un grito. Después dijo: "¡Qué asco!" y siguieron su camino sin más. Consternado, me recuperé como pude para seguir con mi tarea entre pensamientos oscuros.

Impronta de una paloma contra el cristal
Más tarde salí a servir aquellos pedidos. Después de enrollar mi lengua seca tras entregar con la carretilla uno de 104 kilos ( justo el doble de un peso mínimo que recuerdo ) me quedé petrificado y triste al salir de la oficina y ver la impronta de un ave en el cristal del patio.  

Imaginé una paloma lanzando un pequeño picado hacia el sombrío de la amplia galería que rodea el jardín en ese antiguo edificio. Un vuelo calculado hacia el lugar donde iba a extender sus alas para luego posarse. Todo perfecto hasta que de pronto chocó contra un muro invisible. Algo inexplicable que escaparía a todo su conocimiento. 

A veces vas con todas tus fuerzas por la vida. Te empleas con ganas y alegría. Supones que nada puede salir mal. Que el viento sopla de cola por algún motivo y sientes ese impulso extra como una confirmación de que lo estás haciendo bien. Nadie te puede ganar, no hay nada que perder.  

De pronto llega el hachazo sin avisar. Quedas en estado de shock. La vida se para en tus manos y la sientes escapar entre los dedos.
Sin recuerdos. Sin fotogramas. Vacío, soledad y muerte.

El globo SEGOVIA 
Y si esta última imagen no fuera mía, la describiría como "Aterrizaje sobre tierra estéril al atardecer. Desinflando un globo, junto a una casa abandonada." Porque esa y no otra es mi forma de sentir lo que me rodea. Sin embargo la hice al amanecer, cuando todo es un nuevo comienzo, percibiendo una belleza que no cabe en mil imágenes mientras inflaban con ruido ensordecedor el globo para varias personas ilusionadas como bebés en sus primeros pasos por el cielo. Despegan en este lugar que se utiliza para sembrar y recoger trigo, eso si, junto a una casa que a pesar de haberse despojado de ventanas y puertas para compartir sus secretos sigue sola, abandonada. Los bloques de pisos que anidan al rededor la miran desde el recelo que separa lo diferente, desde una superioridad ficticia que sitúa todo lo diverso en los márgenes, en lo contagioso de la ignorancia. Se trata de una vivienda amplia y soleada a la que nadie atiende ni comprende, con la que nadie quiere soñar ni compartir una vida.

Dicen del edificio que pasa los días en su mundo pero, por más veces que lo repitan, siempre estuvo y estará en vuestro mismo mundo.

Después de unos días escribiendo esta ... basurilla iba a decir, pero va, que no, que está mu bien viniendo de donde viene, he repasado la secuencia completa volviéndome un observador observado por los demás en el trabajo o en el parque. Soy otro detalle más de la vida, recogiendo la mariposa, mirando la paloma estampada en el cristal, tratando de extraer una esencia de un globo que llena sus pulmones, corriendo con 50 y tantos años detrás de mi perro Yorkshire, al que sigo fielmente donde él quiere.

Mientras, creo firme y confiado que debo cumplir primero con mis emociones para perseguir algún día mis ilusiones.

NOTA: Todas las fotos son de un móvil Xiaomi de 100 euros. Y como colofón, recomiendo el libro siguiente. Me lo regaló mi hija. Se titula
"Los pájaros" y de Germano Zullo y Albertine. Dice:

"Algunos días son diferentes.
Días que podrían ser parecidos a los demás.
Y sin embargo poseen algo ... que los otros no tienen.
Apenas
un pequeño detalle.
Tan diminuto
que podría pasar inadvertido.
Porque los pequeños detalles no están hechos para ser advertidos.
Están hechos para ser descubiertos.
Y cuando dedicamos un tiempo a buscarlos
aparecen.
Aquí ... o allá.
Casi imperceptibles.
Pero tan presentes
que se vuelven inmensos.
Los pequeños detalles
son auténticos tesoros.
Tan solo uno basta para enriquecer el instante que pasa
y cambiar el mundo."


lunes, 21 de octubre de 2019

Peces en la bañera

"El crecimiento es dolor. El cambio es dolor. Pero nada es tan doloroso como permanecer atascado donde no perteneces." N. R. Narayana Murthy

Hasta donde soy capaz de recordar, la estupidez masculina obliga (¿obligaba?) a, por lo menos, gustar de alguna cosa de estas:
-Pescar, cazar y manejar los aparatos correspondientes. Ser aventurero.
-Guerras, soldados y manejar sus armas. Ser valiente.
-Deportes, fútbol y gimnasios. Ser fuerte e independiente.
-Coches, motos, barcos o aviones y manejarlos. Ser un manitas.

De pequeño no había en mi vida otra cosa más importante que los coches. Coches en fila india, coches por tamaño, por belleza, por nuevos o viejos, por amortiguadores saltarines o duros, por capacidad de correr más distancia o volcar a los otros en un choque. Pero no se espera este tipo de gusto por los coches. Yo deseaba ser mecánico como quiere ser biólogo el amante de los animales pero en cuanto acompañé a mi padre y conocí mi primer mecánico de manos ennegrecidas en un garaje subterráneo oscuro con fuertes olores ( no muy agradables ) me cambié a los animales.

Me repito como el ajo y no me gusta nada el ajo.

Pescar. Este es el motivo de la "entrada".
Los fines de semana teníamos la suerte de salir al campo y en algunas ocasiones íbamos cerca del río. En la orilla había piedras grises y algunas, las más lisas y planas, lanzadas con pericia podían rebotar contra el agua. Como había caña de pescar en casa, me invitaron a probar con una. De entrada no me apetecía. Empezar ensartando un gusano en el anzuelo es un comienzo realmente repugnante. Sale un líquido que ... asquito.

Yo estas cosas entiendo que quieran probarlas en uno. Como el día que acudí siendo nene con mi padre a un campo de fútbol compuesto por unos señores muy mayores con su pelota y muchos otros sentados en unos escalones que yo decía "de piedra", helados como témpanos. Mi padre chupaba un puro y gritaba, vaya usted a saber por qué. Algo así como el aburrimiento empedernido. No os hago esperar más: no se volvió a ver mi careto en aquél antro de cavernícolas recalcitrantes. Ambos grupos quedamos a gusto: el que formamos yo y mis circunstancias y el que aglutina a los futboleros de la piedra, porque jugarlo es diferente.

Y uno es inocente pero no tonto. Si no consiguen encaminar a su hijo hacia hombre o "machote" con el balompié ni los coches, prueban otra cosa. Lo entiendo porque igual que a mi no me gustan los cambios supongo que hay cosas que nunca cambian. Eso no quiere decir que no deban. Volvamos al tajo, que pierdo el hilo de pescar.

Cuando el pez de turno quiso, pobrecito, saciar su hambre, tragó cebo en gancho. Dicen de las salchichas que "carne en calceta, que la coma el que la meta" pero debían probar  bocata de tortilla con anzuelo muchos pescadores. Debo decir que los anzuelos los carga el diablo, porque gracias a mi torpeza disfruté de uno clavado. Y lo que no quieras para tiiii ... El caso es que la caña se dobló. Qué agobio dios mio. Apretaba esa barra con hilos lo mejor que podía. Nadie podía creerse que el niño hubiera pescado en su primera vez tan rápido. Qué algarabía. Qué cúmulo de emociones incomprensibles. La caña haciendo forma de U invertida. Mis manos fundidas a la barra. ¿¡Qué era lo que había pescado que no podía con ello la caña!?

Mi hermano se ofreció para sacar el pez del agua en vista de que yo solo sujetaba aquel palo de plástico, desmontable por cierto en dos partes.
Sí que me gustaba lo del carrete. Podía pasar buen rato haciéndolo sonar mientras algún mecanismo hacía subir y bajar la parte central. En casa jugaba con el carrete y lo observaba subiendo y bajando. Clic, clic, clic ...

Me dijeron que en lugar de ir hacia el agua fuera en dirección contraria porque ya mis zapatillas empezaban a mojarse. No sé, una locura. Cuando por fin apareció el pez saltando sobre las piedras, dijeron que no valía para comerlo (un alivio) y no recuerdo más porque inmediatamente pasé de la pesca y fui en busca de otro entretenimiento más acorde con mis gustos. Digamos que construir una presa. Pequeña. Muy pequeña.

Lo que sucedió después en torno a la pesca no lo entiendo demasiado bien. El caso es que llegamos a casa con los peces. Eran del tamaño de como sardinas gordas y algo oscuros. ¿Sería la Boga del Duero?
Como cualquier ser vivo eran preciosos. Yo no podía dejarlos solos en sus últimos momentos agonizando y cuando nadie se enteraba me los llevé y eché agua en la bañera. Los metí allí y poco a poco se recuperaron.

Aquello me hizo mucha ilusión. Devolver la vida a otro ser, salvarlo de una muerte segura nos hace
más humanos, ¿a que sí?. ¡Qué bonitos mis peces!

Ya. Claro. Aquello pronto se convertiría en un problema. Todos sabían de mi amor por los animales y no querían hacerme cabrear. La bañera hacía falta para lavarse, pero sobre mi tumba habría de ser.
¡Qué poderoso fui yo! Leches, ya no me acordaba cuánto luché ese día por aquellos peces. Nadie pudo bañarse aquel domingo. Así me llamaban "cabezón". No había forma de hacerme cambiar de opinión.

Cuando el lunes siguiente volvía del colegio a mediodía, fui a ver mis queridos pececillos.
No estaban. Corrí asustado a preguntarle a mi madre qué había pasado.
Me contó que tratando de cambiarles el agua por otra más limpia se escaparon por el desagüe y fueron de nuevo al río.

¿He dicho que no soy tonto? Pues eso. Además desconfiado. Conocía a la perfección el tamaño, la redondez, la hondez y la hediondez del sumidero y su rejilla estrellada. Imposible que hubieran escapado por ahí.
¡MENTIRA! ¡NO CABEN!
Pasados los nervios del momento llegó la siguiente explicación, más creíble. Había cambiado los peces al fregadero de la cocina mientras limpiaba la bañera. Y el fregadero no lo controlaba. Me fui solo a mi habitación tratando de comprender, entre consulta y consulta al gran fichero del mundo animal, el insólito viaje de regreso al río. No me terminaba de convencer el asunto y me sentía mal, entre estafado e idiota, diría ahora. Todas las fichas me sabían a poco. A fotos de animales preciosos que no podían consolarme. Los clasificamos según su hábitat, su modo de reproducirse, su alimentación, su sangre, su esqueleto ... pero no sabemos clasificar las emociones, los afectos y sus efectos, las mentiras y sus engaños, los dolores más discretos ni los que provocan más daños.

Basta de rimas gilipollas.

Llegó el momento de comer aquel lunes de estiércol.
Acudí a la llamada de la madre que alimenta a sus polluelos.
Me senté en mi sitio de la mesa rodeado de seres que parecían como yo, de genética y edad equivalente, a los que la vida de mis peces les importaba un bledo.

Mi madre puso lentejas sobre la mesa. De segundo, puso una bandeja de peces fritos.
¡SON MIS PECES! ---- ¡Que nooooo! ---- ¡ASESINAAAAA!

Más explicación no quise escuchar. Que no eran aquellos sino otros, que la mentirijilla no tiene importancia y para finalizar, que los pescamos para comer.
Que la vida es una farsa total, vamos.
Me volví a la habitación y lloré con lágrimas infantiles la muerte, el alimento cruel, mi tontería supina que hacía fracasar en clase, mi locura única, mis fichas estáticas de animales, mis remotos coches abandonados, los años perdidos entre objetos, entre vidas sin objeto, entre sujetos y mentiras, entre risas y cariños de mi hermana por el duelo.

Nunca llenéis de peces vuestra bañera si vais a comer pescado. Al menos hacedme ese favor.

jueves, 3 de octubre de 2019

Paco&Emi. Hamburguesas

Imagen del capítulo "Nasty Patty" (Hamburguesa asquerosa) de los dibujos de Bob Esponja.

     Paco y Emi han quedado en Puerta de Zamora para dar una vuelta por el centro. Ella llega un poco más tarde porque él se ha anticipado diez minutos.

Holaaa.Emi saluda en tono amable mientras se acerca. El se coloca a su lado para continuar caminando y dice:

Hoy he estado con una hamburguesa gigante.—ella advierte esa cara de travesura que conoce de largo en Paco aunque hoy no quiere jugar a las adivinanzas, pero pregunta:

¿Ah si? ¿Y de qué se trataba ... alguien con disfraz haciendo una promoción?

Bueno, quería decir al lado. He estado al lado de una hamburguesa gigante que había en una foto de la parada del bus.

     El siempre se fija en la calidad de la imagen de los carteles. Espera encontrar algún día un cartel publicitario con un nivel de detalle que permita, fijándose de cerca, encontrar "pequeños regalos", como él los llama. Cosas que los otros no ven. Le viene de siempre. Por ejemplo, mientras hojeaba la revista MAD (traducido=Loco) de sus primos. Ahí venían las historias en un inglés que deseaba comprender y en los márgenes había regalitos de humor.

Y quéEmi le da libertad para expresar.

Pues estuve a punto de hacerme un selfi ahí, con la hamburguesa gigante.

Cual es la gracia.

Hombre, ya sabes. Yo al lado de eso ... con el ascazo que me da solo verla a primera hora y el desayuno dando vueltas.

Pues...—se encoge de hombros.

Es una paradoja, un contraste ... no sé, un imposible. ¿No? Mi cuerpo contra el cuerpo que se te pone comiendo muchas.

Ya. ¿Y porqué no hiciste la foto?

Porque venía Aurora a lo lejos.

Como si a una persona que ves en la parada le importase lo que estés haciendo.

Si, nada, pero me daba cosa.

¿Cosa? ¿Estuviste mirando el cartel de cerca?

Claro.

Mira que te lo he dicho veces. ¿No te das cuenta que no es normal ver a alguien con la nariz metida en un cartel tan grande?

Necesito buscar ... ver los detalles.

Y te da cosa que te vea haciendo la foto pero no te da cosa que te vea como un zombie contra una pared.

No es una pared de ladrillo, es una imagen.

YA SÉ QUE ERA UNA FOTO. ¡Bah!,  déjalo.

¿Estás enfadada?

Noooooooooooo.—pero él sabe que ha hecho otra de las suyas. Otra que a ella le disgusta.

      Un poco de silencio mientras caminan. El va agobiándose y preguntándose cuándo sabrá callarse este tipo de asuntos para sí mismo. No sabe si estará o no tan agobiada como él hasta que ella dice:

Bueno. Entonces ... ¡Menuda experiencia para la primera hora de la mañana!

La foto en realidad es como grasienta. Toda esa mayonesa mala asomando por entre las ondulaciones de la lechuga sobre una suela de queso impasible ante el calor de la carne.

     Ella deja tiempo para que vomite todo lo que lleva en relación con la hamburguesa y quede a gusto. Sigue:

Mejor que otras veces, cuando ponen Tranchetes amarilloshace una pausa, nadie replicaLuego dejan algunas migas del rebozado frito caídas a su lado, como para ser más naturales pero que se nota que las han puesto ahí a propósito. Y esos panes tan malos, tan inconsistentes, con semillas mártires de supuesto sésamo ...

Es comida basura. A la gente le gusta a veces darse el vicio y comer así, no tener que cocinar ...

No, no. Es que ¿para qué ponen una foto inmensa de una hamburguesa? Para que la veas y digas "¡Uh, qué rica, qué buena pinta!" Porque de lejos la foto parece perfecta pero en cuanto te acercas ...

¡Toma! ¡Y qué esperas! ¿Que la pongan con moho, descolorida y lechuga fofa rodeada de ... ?—hace gestos y quiere decir algo que no le sale.

Cucarachas, moscas, cenizas, suciedad, aceite marrón de fritanga, harina pegostreada, huellas secas de tomate, migas duras de vete a saber quién, servilletas hechas una pelotilla ... los lugares esos son terribles.

Hijo de verdad, no sé dónde quieres ir a parar. Mira, déjalo ya. Me estás revolviendo la tripa.

Pues a eso me refiero. Que esa foto lo que hace es revolver la tripa.

Amén. Mira, vamos a tomarnos un helado ¿Te parece?

De cuales. Digo ... de dónde.

El Mac Furry no, uno natural de los del Novelty.

Ah, bueno.—él ve la foto que adorna la marquesina del bus mientras se aleja y se hace pequeña.

Parece que termina el primer relato del día. Ella respira por fin tranquila y Paco corrige:

No es Furry es Flurry.

¿De qué sabor te lo vas a pedir?

De ... —pero ella interrumpe su serio pensamiento y ataca divertida con un

¡Déjame adivinar! ¿Tutti frutti o leche merengada?

Tonta.

Es lo que tiene conocer los gustos ajenos. No merece la pena insistir en que pruebe otros sabores. Ya sabe que no lo hará, porque no quiere arriesgarse a tener en la mano un helado que podría saber peor y arruinar el "momento helado".

Definitivamente, leche merengada.

Jajajaja, me encanta cuando te pones tan digno.—los dos se ríen y aprovechando el momento feliz le engaña para entrar en Zara Home "a echar un vistazo".

------------t-h-i-s--i-s--t-h-e--e-n-d--m-y--o-n-l-y--f-r-i-e-n-d--t-h-e--e-n-d----------

Nota del Fermín:
 Por increíble que parezca, hoy he cenado hamburguesa de pollo casera con lámina de Tranchetes, tomates de huerta natural, lechuga, ketchup y mostaza. Del pan no hablaré, que está  hecho sin gluten y son todos una mierda. Esto va a ser el karma. Si lo sé, escribo una historia sobre un cupón premiado de la Once.