En mi pausa del bocadillo ...
He mirado al cielo mientras comía una manzana con el sello Envy, "envidia". Como de manera compulsiva, como si fuera a perder el bus. Tanto que me hago daño en las encías. Un anoréxico no recidivo que come como un cosaco bebe Vodka.
No siempre le doy a mi cuerpo lo que pide cuando lo pide.
Me quedan un par de días para abandonar mi casa y volver al trabajo. Dos años parado. Quizá vuelva por seis meses y luego me pongan de piernas en la calle, quien sabe.
Desde iniciado abril de 2022 he vuelto al trabajo de manera remota por unos días antes de ser presencial.
En casa sin ruidos obtengo espacio para la mente y este cuerpecito mío que se ha convertido en río (qué mas quisiera).
Ese azul del cielo sobre las tejas, tan hermoso, reuniendo en amor dos aves pegas o pica pica sobre un receptáculo de ondas herzianas.
Quizo el azar poner un pájaro de metal al encuentro virtual de esta pareja con pluma. Dice google que escribí mal pero ... qué sabrá un programa de cosas humanas.Empiezo con la idea de obtener ese azul (¿ azul sobre amarillo ?) desde el móvil sin más complicaciones: imposible.
Al activarlo, whatsapp de mi esposa "Fermín saca pan del congelador". Respondo "De acuerdo, esposa". Obedecida la orden me pregunto porqué escribió mi nombre. Se sale de lo común ponerlo. Encuentro el pan pero no respuesta. Lo descongelo un poco al micro-ondas y preparo la mesa a las 12:00 para comer.
Demasiado pronto, lo sé, pero mejor ahora que soy consciente de los peligros. Si lo dejo podría no tener puesta la mesa cuando aparezca ella a las dos y media.
Estar en casa me da tranquilidad, tiempo y espacio para pensar pero no el conocimiento de un maduro responsable.
Hugo Stiglitz mientras dispongo cuchillos en el mantel. Hugo Stiglitz, Hugo Stiglitz, Hugo Stiglitz una y otra vez Hugo Stiglitz.
Miro al cielo desde esta ventana, el pan en la mano. Me pican los ojos, parpadeo.
Una repetición sin sentido. Cosas que no comprendo. De pronto llega este flashback:
Estoy mirando la hora de llegada del bus4 en el móvil, detenido al borde del paso de cebra mientras otros lo cruzan. Alguien se detiene frente a mi y dice:
—Hola.
—¿Quién eres?—pregunto sin levantar la vista de la aplicación que informa sobre la llegada del bus-10.
—Mírame y lo sabrás—ostras, es cierto. Miro. Es María.
—Hola, María Magán Maganto.
—Este es mi novio—ostras, si. Hay un chico con ella.
—Hola, novio de María Magán.
María resume la esencia de la inteligencia y el encanto, una hermosura y serenidad inalterables pero ... no recuerdo la cara o el nombre del novio. Ni recuerdo mucho más, llegaba el bus. Fui a la parada-10, volví a la parada-4 ... arggg.
Fin del flashback. Estoy como una chota.
Hugo se marcha un poco así que en lugar del móvil decido usar la cámara Nikon Coolpix P600 que me regaló mi sobrina.
Mi sobrina dice que está como una chota pero NO nos viene de familia. Compartimos el mismo TCA pero ella está en una rama genética, yo en otra. Solo ella puede decir que está como una chota: no se lo consiente a nadie más, bien que hace. No se va a callar y te puede partir la cara si te atreves. Kárate.
Extraigo la bolsa de la cámara de una de plástico de los corteses ingleses. Aparto el saco de bolas antihumedad y saco la máquina de su bolsa de transporte. Quito la tapa. Hago la foto que viste. No sin más. No sin mil ángulos, inclinaciones, zoomes adentro y afuera.
Un cielo tan hermoso ... y todas esas personas de Ucrania que no pueden distinguirlo, que no pueden probar esta manzana diseñada para embargar los sentidos, que no tienen una casa donde sentir el tiempo o la paz ... sin un trabajo al que regresar.
No sé qué significado tiene que Hugo Stiglitz se pusiera en la boca de mi mente a dar vueltas sin parar.
Cómo me gustaría colarlo en el búnker donde se esconden los malditos bastardos de la guerra.
On my snack break ...
I looked up at the sky while eating an apple stamped "Envy". I eat compulsively, as if I'm going to miss the bus. So much that I hurt my gums. A non-relapsing anorexic who eats like a cossack drinks Vodka.
I'm a couple of days away from leaving home and going back to work. Two years out of work. Maybe I'll be back for six months and then I'll be kicked to the curb, who knows.
I don't always give my body what it asks for when it asks for it.
Since the beginning of April 2022 I have returned to work remotely for a few days before being face-to-face.
At home without noise I get space for my mind and this little body of mine that has become a river (what else would I want).
That blue of the sky above the tiles, so beautiful, bringing together in love two pica pica birds on a receptacle of herzian waves.
Chanze wanted to put a metal bird at the virtual meeting of this feathered couple. Google says I spelt it wrong but ... what does a programme know about human things?
I start with the idea of getting that blue (blue on yellow ?) from the mobile without further complications: impossible.
When I activate it, whatsapp from my wife "Fermín take bread out of the freezer". I reply "OK, wife". Having obeyed the order, I wonder why she wrote my name. It's out of the ordinary to put it. I find the bread but no answer. I defrost it a little in the microwave and prepare the table at 12:00 for lunch.
Too early, I know, but better now that I'm aware of the dangers. If I leave it I might not have the table set when she turns up at half past two.
Being at home gives me peace and quiet, time and space to think but not the knowledge of a responsible mature man.
Hugo Stiglitz as I lay out knives on the tablecloth. Hugo Stiglitz, Hugo Stiglitz, Hugo Stiglitz, Hugo Stiglitz again and again Hugo Stiglitz.
I look at the sky from this window, bread in my hand. My eyes itch, I blink.
A meaningless repetition. Things I don't understand. Suddenly this flashback comes:
I'm looking at the arrival time of the bus4 on my mobile, stopped at the edge of the zebra crossing while others cross it. Someone stops in front of me and says:
-Hello.
-Who are you?" I ask without looking up from the application that informs me about the arrival of bus 10.
-Look at me and you'll know," she says, "Oh, yeah, that's right. I look. It's María.
-Hi, María Magán Maganto.
-This is my boyfriend. -Yes, yes. There's a boy with her.
-Hello, María Magán's boyfriend.
María sums up the essence of intelligence and charm, an unalterable beauty and serenity but ... I don't remember the face or the name of the boyfriend. Nor do I remember much else, the bus was arriving. I went to stop 10, returned to stop 4... arggg.
End of flashback. I'm like a dick.
Hugo leaves for a while so instead of my mobile I decide to use the Nikon Coolpix P600 camera that my niece gave me.
My niece says that she's like a dick but it doesn't run in the family. We share the same TCA but she is on one genetic branch, I am on another. Only she can say that she's like a cunt: she doesn't spoil it for anyone else, she's good at it. She won't shut up and can kick your face in if you dare. Karate.
I take the camera bag out of one of the "El corte inglés" plastic bag. I put aside the bag of damp-proof balls and take the machine out of its carrying bag. I remove the lid. I take the picture you saw. Not without complication. Not without a thousand angles, tilts, zooms in and out.
Such a beautiful sky ... and all those people in Ukraine who can't make it out, who can't taste this apple designed to overwhelm the senses, who have no home to feel time or peace ... without a job to return to.
I don't know what it means that Hugo Stiglitz was put in the mouth of my mind to go round and round in circles.
How I would like to sneak him into the bunker where the damned bastards of war hide.
*** Translated with www.DeepL.com/Translator (free version) ***