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domingo, 24 de marzo de 2013

Pero puedo fingir.

But I can pretend.
"A menudo fingimos temer lo que realmente despreciamos y aún más a menudo despreciamos lo que realmente tememos" Charles Caleb Colton

"Me gustan las estrellas. 
Creo que por la ilusión de lo permanente.
Siempre están encendiéndose y apagándose.
Pero desde aquí puedo fingir...
Puedo fingir que las cosas duran.
Puedo fingir que las vidas duran algo más que un momento.
Los dioses vienen y van.
Los mortales parpadean, brillan y se apagan.
Los mundos no duran.
Las estrellas y las galaxias son cosas fugaces y efímeras que titilan como luciérnagas y se apagan en el frío y en el polvo.
Pero puedo fingir. "

(Extraido de "The Sandman. Vol.4.Cap.8" Guión de Neil Gaiman, dibujo de Jill Thompson)


Laura Makabresku

“I like the stars. It's the illusion of permanence, I think. I mean, they're always flaring up and caving in and going out. But from here, I can pretend...I can pretend that things last. I can pretend that lives last longer than moments. Gods come, and gods go. Mortals flicker and flash and fade. Worlds don't last; and stars and galaxies are transient, fleeting things that twinkle like fireflies and vanish into cold and dust. But I can pretend...”


domingo, 17 de febrero de 2013

Blankets (Craig Thomson)

"El amor se compone de una sola alma que habita dos cuerpos" Aristóteles


Acabo de terminar de leer esta novela gráfica. Blankets significa "Mantos", en castellano. Ha sido como un viaje en el tiempo a mi propio pasado. Los paralelismos que he encontrado han sido muchos, aunque mirando a través de mi óptica pesimista, veo a Craig como un hombre muy afortunado y/o como un hombre muy inteligente, que ha sabido (algo tendrá de sabio) aprender de sus experiencias en la vida.

Estos son algunos comentarios publicados sobre Blankets:


"Una historia excepcional: la historia de un primer amor tan sinceramente narrada y recordada que te hace sentir cómo es enamorarse. Dolorosamente hermosa." Time Magazine


"Thompson describe el éxtasis y el dolor de una obsesión (con un amante, con Dios) y no teme sugerir las formas en que esa obsesión puede consumirse y desaparecer" Ken Tucker (The New York Times Book Review)

"...conmovedora, tierna, hermosamente dibujada, tan sincera que resulta dolorosa..." Neil Gaiman.

Y me quedo con el de Neil Gaiman que es un guionista genial, excepcional e imaginativo como nadie.


Este dibujo con su hermano, los dos disfrutando con el lápiz, con Craig que le mira y recibiendo sensaciones positivas, me hace mucha gracia, porque ha colocado las perforaciones para el arrastre del papel contínuo paralelamente a la zona de corte de las hojas. En realidad las perforaciones van a los lados.

Craig ha creado (ya hace algún tiempo) un precioso comic de casi 600 páginas. Me conmueve cómo es capaz de amar y comprender al ser humano, tan solo algo confuso (a mi modo de ver) por el dogma cristiano.





Con qué facilidad derrocha ternura y simpatía en estas viñetas. Dignas de ver:


domingo, 10 de febrero de 2013

El prisionero del cielo.


"Los hombres sin historia son la historia, grano a grano se forman largas playas y luego viene el viento y las revuelve borrando las pisadas y los nombres sin hijo, ni árbol, ni libro." - Silvio Rodriguez


Carlos Ruiz Zafón, de nuevo genial en este libro, nos muestra a nuestro querido amigo Fermín Romero de Torres, con su voz y espíritu de siempre. Quiero mostrar un fragmento:



El cura se encogió de hombros.

—Quién más quién menos ha perdido a alguien, del bando que sea.

—Yo no soy de ningún bando —repuso Fermín—. Es más, las banderas me parecen trapos de colores que huelen a rancio y me basta ver a cualquiera que se envuelva en ellas y se le llene la boca de himnos, escudos y discursos para que me entren cagarrinas. Siempre he pensado que el que siente mucho apego a un rebaño es que tiene algo de borrego.

—Lo debe usted de pasar muy mal en este país.

—No sabe usted hasta qué punto. Pero siempre me digo que el acceso directo al buen jamón serrano lo compensa todo. Y en todas partes cuecen habas.

—Eso es verdad. Dígame, Fermín. ¿Cuánto hace que no prueba un buen jamón serrano?

—6 de marzo de 1934. Los Caracoles, calle Escudellers. Otra vida.

El cura sonrió.

miércoles, 6 de febrero de 2013

A pesar de todo

Nonetheless.
"Puedo resumir, en solo dos palabras, todo lo que he aprendido de la vida: que continúa." Robert Frost

y a pesar de todo... noto pequeños pinchazos de vida.
Diría que hay días que hasta me duelen los músculos.

Observarla tan de cerca sin ser visto ni ser sentido,
me ha hecho apreciar detalles que nunca supe apreciar
y que posiblemente desembocaron en esta locura.

Hubo una vez que yo también quise deshacerme de ella.
Ayer pensaba: "... qué pena no haber sido mas rápido"
Hoy la veo con esa luz que desprende y que ahora es para otro,
pero un día fue solo para mí,
y me alegro de ser yo el que esté en este lugar.

Yo no di la vida suficiente para merecer nada mejor.
Ella es vida en si misma.
Hace mucho que no me metía en un blog
que en su momento tuvo una razón de ser.

Y al abrir el correo me encuentro el texto de arriba en un borrador
y siento cómo mi vida esta llena de casualidades y de causalidades.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Recuerdos y sensaciones


Últimamente echo de menos a alguien con quien ya no tengo apenas contacto...
Me cansé de tanta coz y ... creía que eso nunca podría pasar.
Siempre he creído en las casualidades y en las causalidades, así es la vida.

La primera vez que supe de ella fue a través de mi chico y del parchís online. Dicharachera, inteligente, y un día zas.... pide para su cumpleaños una pistola para matar a su tío, que ha abusado de ella y la violó cuando era pequeña. "No se lo digas a nadie.", pero mi chico se quedó a cuadros y me lo contó. Y yo, que me meto en todos los berenjenales, entré de lleno en su vida. Me di por entera en todas mis posibilidades: emocionales y materiales, pero está claro que sólo me dejó entrar hasta donde ella quiso. Aunque en eso somos todos parecidos... en lo de guardarnos cierta intimidad.

Durante varios años he aprendido mucho de ella y de mi. He tenido alegrías, penas, dudas, una mezcla de muchos sentimientos, de idas y venidas, de encuentros casuales y... causales.
Hay días que me levanto pensando en cómo la irá, cómo se sentirá, si habrá logrado deshacerse de tanta carga, si se habrá encontrado a sí misma y habrá puesto a cada uno en su lugar, si todo fue cierto

¿Fue cierto? Muchas veces recé para que no fuera cierto, aunque sé que sí lo fue. Y aunque no todo lo que me contaba a mi coincidía con lo que le contaba a otras personas, no fue eso lo que me alejó de ella.
Fui yo la que me cansé de tantos desencuentros, los desaires, de sus juegos psicológicos como si jugáramos al ratón y al gato. Me sentí manipulada y aun con todo eso, la echo de menos. Pero ya no la llamo ni la escribo.

Deseo que la vaya bien, que no se destruya, deseo...

A veces siento que nada de lo que hice sirvió para algo. Que no la serví de nada. A veces creo que rellené espacios en su vida o ella en la mía .... Amiga, porque te quiero, amiga.

jueves, 1 de noviembre de 2012

Humanidad, Hiroshima, Nagasaki.

El ser humano parece dividirse básicamente en dos clases.

Una clase lleva la sensibilidad como argumento y, o bien da frutos en el campo del arte, o bien es capaz de alimentarse con ellos. Digamos que estos frutos además, pueden resultar agradables, sabrosos y dar lugar a todo tipo de situaciones pero también pueden atragantarse, disgustar e incluso causar la muerte a quienes los toman y a quienes los producen. Estos seres humanos son como flores menudas, como brotes de vida repartida a lo largo de una pradera.

"Arte" es un concepto de difícil definición y no viene al caso; se sale de esta pequeña meditación.

La otra clase de ser humano es el peor de los males, el cáncer más profundo que devora el planeta tierra, el motivo principal del fin mismo de la especie. Su condición esencial permanece oculta, resguardando el frío de su cuchillo, conservando el fuego que impulsa la bala, usando la todopoderosa fuerza universal de los números y es una clase de ser humano cuyo pie va dentro de la enorme bota que pisa aquellas pequeñas flores del prado.

Todos culpables. El científico que tuvo una idea y quienes subvencionaron la investigación del átomo al saber de su poder destructivo. Los colaboradores, los que engañaron a quienes querían ser engañados, los trabajadores de las fabricas de bombas. El que manipuló química, virus y gen. Los hombres "libres", llenos de poder, con el bolsillo repleto como resultado del peor reparto posible de la riqueza de todos, que por el bien de unos masacraron a los otros sin preocupación ni remordimiento alguno.

Como no soy capaz de asimilar que un ser humano normal sea capaz de quitar la vida de forma salvaje a miles de personas, quiero imaginar que en otras circunstancias distintas de apretar un botón nunca lo harían:

Imaginemos para cada uno de los responsables de aquella masacre atómica, una fila con cientos o miles de hombres, mujeres, niños y animales. Con sus bebés, sus mujeres embarazadas, niños y niñas de corta edad, adolescentes, adultos, ancianos... y pongamos en manos de sus salvajes asesinos un cuchillo y una piedra de afilar. Que cada uno de esos criminales, quite la vida a todo ser vivo que se le acerque por turno y sin moverse de su sitio. Que se le acumule la sangre y la muerte a los pies. Como esto es poco para ellos, pongamos en sus manos hachas para talar árboles, martillos para tirar muros, fuego para quemar los campos y lo que pueda quedar con vida. Que vuelvan a sus casas estas bestias: monstruos es mejor nombre. Que vuelvan al confort de sus casas. Que regresen al lado de sus familias y cuenten allí todo lo que han estado haciendo. Que sus vecinos escuchen aquello y se rían y feliciten juntos, con palmadas en los hombros, con abrazos. Que celebren la fuerza de su brutalidad. Que disfruten de la venganza, del ojo por ojo por la muerte de sus soldados a manos de otros soldados. Nada mejor que destruir toda vida y obra civil del "ser humano enemigo" como pago por las bajas militares, y cuanta más muerte y destrucción más claro el mensaje.

¿He dicho algo que sea falso? ¿He distorsionado la realidad?
¿Quién es más peligroso con un arma atómica en sus manos? ¿Quien ya la usó una vez? ¿Quien las explosiona para darse el gusto de probarlas? ¿Quien quiere fabricarlas? ¿Quienes callamos mientras todo esto sucede?

La realidad siempre supera toda ficción. Ya sé que todo lo dicho son palabras inútiles. Los criminales nunca conseguirán tener razón de esta manera. No podrán ofrecer algo a cambio   a sus víctimas aunque se arrepientan, porque para empezar, las víctimas nunca pidieron nada. He llorado en diferentes ocasiones por la destrucción brutal de la vida en Hiroshima y Nagasaki. Lo que peor llevo es que no comprendamos nada, que los jóvenes no sepan casi nada de las guerras pasadas, que todo siga igual, que olvidemos, que incluso todo empeore: gran crisis, gran guerra ¿Somos más grandes si somos capaces de fabricar bombas más grandes? Pues ahora somos más grandes que nunca ¿Del lado de quién quieres estar? Yo no quiero ser masacrado ni quiero que lo hagan a nadie en mi nombre.


Para poder acercarse a una comparación entre la bomba soviética TZAR hay que utilizar dos gráficos como el anterior, donde la bomba Bravo es la mayor, inmensa, seguido del siguiente donde esa bomba inmensa es aún pequeña al lado de la TZAR (lo mismo me da que sea norteamericana que francesa, china, inglesa, pakistaní, india o iraquí) Bravo, menudo nombre, con guasa. Hay que rodear las guerras de nombres atractivos, Tormenta del desierto, Operación Masher (que significa "aplastador"), Amanecer de la Odisea, Lluvia de verano, etc. Meteos las palabras rimbombantes por el culo, monstruos malnacidos. Dejad de ensuciar las palabras, todo lo que tocáis lo convertís en porquería.




2020-09-12  Nota:
Los japoneses civiles no tuvieron nunca la culpa. Nunca debió lanzarse una bomba atómica. Menos aún contra población civil.

Las fuerzas armadas norteamericanas de más alto rango conocían el poder de la primera bomba para masacrar a la población. Todavía más cruel, más llena de odio y desprecio por la vida, más brutal e inhumana, fué lanzar la segunda bomba cuando ya todos sabían los resultados: uno de los peores y más grandes genocidios de la historia reciente.

Nunca antes se quemaron vivas a tantas personas en cuestión de segundos.

Y a pesar de todo lo dicho, un canal con 750.000 suscriptores produce tan solo 13.500 visitas a este vídeo con menos de 100 comentarios que van de lo chistoso a lo  negacionista o que ensalzan el sonido de la música o hubieran preferido ver una explosión sobre Tokyo y alguna más en Europa. Mientras  10.000 visitas decidieron que esto no merecía ni siquiera un comentario o quedaron enmudecidos por miedo a ver tan de cerca la barbarie otros seguirán defendiendo con orgullo esos tristes e inexplicables momentos en la historia de algo llamado a sí mismo "humanidad". 

jueves, 4 de octubre de 2012

Debbie Drechsler - La muñequita de papá

"Una de las trampas de la infancia es que no hace falta comprender algo para sentirlo. Para cuando la razón es capaz de entender lo sucedido, las heridas en el corazón ya son demasiado profundas" Carlos Ruiz Zafón
"EL FIN DE LA INFANCIA", comentario por Manuel Barrero

    La muñequita de papá, es uno de esos tebeos que deberían saltar a los medios, ser distribuidos en Concejalías y Delegaciones, arropados por los Ministerios y poblar los estantes de las librerías generales pues, por su tema, salta por encima de las ataduras culturales y de apreciación que ciñen al cómic en España. En pocas páginas, Drechsler delimita el horror doméstico del abuso de menores y representa con atonía una América cuya adolescencia parece abocada al desamparo. (...)

... “Visitors in the Night”, primera historieta de Debbie Drechsler sobre las desventuras de la niña Lily, propone un escalofrío y un hecho gráfico muy significativo: en la segunda página, el padre de la niña introduce su pene en la boca de su hija y eyacula. Lo brutalmente explícito de esta representación gráfica produce una fuerte indisposición y bastarán un puñado de viñetas más para describir una infancia arrasada por la degradación. El hecho significativo alude a la evidencia de que en el ámbito de los medios visuales sólo en historieta podría aventurarse un creador a ser tan explícito (resultaría inmoral el uso de modelos o actores infantiles, y también fuera de toda ética mostrar este cuadro en animación o videojuegos). Esto convierte al cómic en un medio distinto, con otras posibilidades de representación de las que otros carecen o no pueden usar, y por ello al mismo nivel que el resto. Una constatación capciosa, quizá, pero en la que hay que seguir insistiendo.

    Evidentemente no hablamos de una historieta pornográfica. El incesto es dibujado aquí como denuncia y nunca un acto sexual estuvo más lejos de la excitación. Drechsler, que plantea La muñequita de papá como una estructura autobiográfica, no vuelve a mostrar tan abiertamente los abusos del desalmado padre y dedica el resto del libro a las secuelas de la infamia. En este sentido, resulta abrumadoramente sólida su propuesta, y es así pese a que las historietas que siguen, centradas bien en una mascota de Lily, bien en su diario, ora en la integración con sus amigos ora en una relación amistosa con otra chica… no parecen querer buscar una solución moral, ni siquiera un desenlace confortador. No son ni capítulos de una vida agrisada y vacía, son sólo momentos de tristeza.

    Con esta estrategia, la autora quiere construir una suerte de antirrelato, hermoso en su simplicidad y turbador por los escenarios en que transcurre (con esa textura y atmósfera de los grabados). Cada entrega de este relato truncado está a su vez truncada, y la frustración que produce en el lector sirve perfectamente para ilustrar el naufragio que vive Lily, presa de un sentimiento de culpabilidad que degenera en zozobra y enfermedad. 


Pero el estremecimiento no acaba ahí. En las primeras historietas el foco de maldad se detiene en el padre y se espera una solución para la degeneración de la niña, pero en siguientes entregas Drechsler dibuja a una madre distante y fría, que conoce los abusos de su marido hacia su hija y opta por ignorarlos y culpar a Lily de su matrimonio roto. La acusa de ególatra y se entromete en su intimidad, y eso alimenta más aún la sensación de culpa de Lily, que trata de paliar la angustia con la comida o con el refugio en las drogas o en el sexo por el sexo.

    Drechsler está dibujando algo más que un retrato de amoralidad. Está describiendo una realidad invadida por la crueldad y los monstruos, pues eso son el padre y la madre de Lily; está también pintando (a veces parece que con la estética del simbolismo torturado de Klinger antes que con la del discurso naïf) una juventud demolida y sin alicientes. En definitiva, está dibujando la infancia estadounidense del desarraigo y el desamor. Pasa muy por encima, sí, de aspectos puntuales pero de importancia capital, como: la incomunicación en el seno de la familia, la obesidad incontrolada de los niños, la venganza sobre los hijos aplicada a causa de las frustraciones a las que lleva el fracaso social, el matrimonio caduco por la ausencia de sexo, la vergüenza del propio cuerpo, la fascinación por los outsiders y las drogas. La propia Lily no lo puede sintetizar con más claridad: «mi vida, un desperdicio». Drechsler sobrevuela estos temas sin inmiscuirse en ellos, pero no pasan desapercibidos para el lector avispado, como también nos percatamos de las peculiares resoluciones mediante planos abatidos, animales mal dibujados –quien identifique a los ciervos de la pág. 73 que levante la mano– o miembros deformados, todo ello característico del dibujo infantil. Esto hace de Debbie Drechsler, aparte de una interesante ilustradora infantil, una estupenda historietista.

    En la historieta parece que se va camino de soluciones, mediante el amor redentor o mediante el suicidio como enmienda final, o por los relatos abruptos que al menos no plantean un final infeliz. Pero todos sabemos que lo será y nos sentimos como Lily cuando es violada en el bosque: paralizados por la certeza de que no hay escape, con la atonía presidiendo la banda sonora de estas vivencia abrumadoras. Esto lo hace un magnífico tebeo.

    La educación mal llevada, dice nuestro filósofo José A. Marina, provoca dos grandes males: «en el campo privado, la desdicha, y en el público, la injusticia». De ahí que parezca aconsejable la existencia de tebeos como éste. Más y mejor distribuidos. Y más leídos. Al igual que Drechsler denuncia el silencio sepulcral que reina en los EE UU sobre los abusos a la infancia y su juventud desintegrada, otros podrían denunciar más “gráficamente” –ya que tan necesario parece ser llamar la atención de narcotizado espectador de hoy– el drama de las sistemáticas violaciones que se siguen viviendo hoy en día en África, en la Amazonia o en la misma capital de México. O la esclavitud femenina en casi todo Oriente. O la violencia sexual en cualquier sociedad occidental. O el uso inmisericorde de la infancia como mano de obra barata. O algo, en fin.

Gran libro de cómics, cuyo único defecto es que se publica tarde en español."



Es que, desgraciadamente, el mundo está plagado de cerdos. Sólo esta portada me hace suponer el cómic completo. Mi loca idea de que algún día los hombres serán innecesarios y desaparecerán de la faz de la tierra, me vuelve una y otra vez a la cabeza. Todos los hombres son unos cerdos. ¿Todos no? No, todos no. Me pongo en plan aniquilación y exterminio, que paguen todos la culpa de demasiados.

Leer comics con historias horribles en imágenes muy especiales puede parecer algo morboso. A mi no me beneficia en nada y, si alguien se excita leyendo éste comic o el de Phoebe Gloeckner, pues ojalá se pudran en un torbellino de sufrimiento con el peor conjunto de enfermedades habidas y por haber. Escupo en su cara. No me beneficia, pero destapa la cruda realidad que me resulta imposible de concebir. ¿Cómo puede haber hombres, incluso padres, como éste? Pero es que, por si fuera poco el daño físico, este tipo de bestias, maltratan sicológicamente a sus víctimas clavando en sus almas semillas de odio, de dolor, de un sin fin de cosas negativas que crecerán dentro, sin duda, y echarán raices.

Las razones para escribir estos comics, que parecen rebasar las líneas del buen gusto y la moralidad, pues dependerá mucho de quien sea su autor. Desde luego cuando repasé por encima el de "Vida de una niña" de  Phoebe Gloeckner, me extrañaron los diferentes estilos de dibujo dentro del libro. Esto se explica teniendo en cuenta que los trabajos los hizo a lo largo de 20 años y, teniendo en cuenta que Phoebe no es una artista prolífica, queda claro que simplemente estaba sacando de dentro el horror vivido. De alguna forma debía gritarle al mundo lo sucedido y de nada sirve ocultar el pene de su padre, las palabras y escenas más repugnantes y todo lo demás, porque es así como suceden  estas cosas, a veces entre caricias, susurros y palabras bonitas de padres pervertidos, a veces a lo bestia y sin contemplaciones, con violencia, borracheras, drogas... de padres o padrastros, amigos de los padres que cuidan el fin de semana de los hijos  ajenos, a manos de abuelos, de hermanos, todo "ser humano" vale ¿Porqué edulcorar la realidad?. Esos "hombres" tienen un aparato genital hinchado, puede que incluso sucio y maloliente. Póngase -si es usted capaz- tras una ignorante mirada infantil que poco sabe de sexualidad y menos de bestialidad o abuso y uso de fuerzas físicas y psicológicas. Supóngase usted cómo serán vividas las relaciones de este ser aún por construir de cara al futuro y sus grandes desafíos.

En realidad, Debbie, que también sufrió abusos sexuales, ha dibujado básicamente su vida, también sin tapujos. "Summer of love" retrata la fase de su adolescencia. El resto de trabajos que ha llevado a cabo, para ilustrar a guionistas. También queda claro porqué realizó este cómic. Esta foto es poco favorecedora, pero la imagen que tenga es totalmente indiferente. Si alguien quiere saber de ella, que entre en este blog suyo:

 http://debdrex-drawing.blogspot.com/
O en este otro blog, suyo también. http://naturesketchers.blogspot.com/
Ahí se puede ver una extraordinaria sensibilidad y gusto por la naturaleza. El cómic "La muñequita de papá" visualiza el sexo de su padre antes de llevarlo hasta ella. Esto sucede así en la vida, y por más crudos que quieran ser los dibujos, inevitablemente suavizan en extremo la realidad, demasiado dura para verla. De las razones de los demás para entrar entre las páginas de cómics ASI, no puedo hablar. No estoy dentro de sus cabezas. Yo busco referencias, quiero saber qué cuentan para tratar de aclarar un poco el laberinto de mi cabeza. Quiero saber si, como yo, estas personas también decían una cosa y sus sentimientos y pensamientos otra. Y en "Summer of love" he visto que sí. Los problemas de Debbie en la adolescencia tienen cierta similitud. Busco esos detalles, procuro saber cómo han podido sobrevivir, si una persona abusada sexualmente en su infancia puede diferenciarse de otra, si a esa persona le delatan sus gestos, sus reacciones. Quizá no sepa explicarlo... seguramente no sé. Creo que nada diferencia un adulto de otro con este pasado. Conozco muy de cerca a quien no vivió abuso sexual pero sufrió el abandono, el hambre, la soledad y falta de cariño en la infancia, y es mujer, y se creía débil y resultó ser fuerte. Eso no quiere decir que no tenga su pesar, sus heridas, su dolor y sus momentos peores.

Yo no sé si tengo una paranoia. Dudo si mi mente ha sido enferma desde la infancia y realmente nada tuvo que ver ...

Este dibujo de Phoebe Gloeckner,  me habla, además del daño sicológico, de lo físicamente brutal que debe ser introducir el pene de un hombre maduro en la boca de una niña. Si lo hace un padre o padrastro peor aún. Si la madre lo aprueba... hay tantas variantes en cada familia... Phoebe podría haber dibujado otra cosa, pero lo que sucedía realmente, era esto. Otra de las coincidencias que he encontrado es la duda constante que se tiene de la propia persona, de la constante autocrítica y el autocastigo. Demasiado mirarse el ombligo, ya lo sé. Pero así transcurre muchas veces la vida en personas así, dudando de si lo que se hizo estuvo bien o no, de si se ha formado una familia de acuerdo con las normas para demostrar algo (que somos iguales a los demás, por ejemplo) o porque eso está bien y nos  ayuda, o porque a fin de cuentas todos tenemos un pasado y unas historias que contar y callar.




Encontré en tebeosfera un amplio estudio sobre Debbie y Phoebe y sus obras.:

Para quien quiera descargarlo, en PDF pulsa AQUI