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domingo, 31 de marzo de 2013

Castigar a un niño

Punishing a child.
"Las circunstancias nos definen. Nos obligan a tomar un camino u otro, y después nos castigan por ello" Ivan Turgenev

Yo tenía unos .. ¿8 o quizá 10 años? No lo sé. Mis padres me habían enviado junto con mi hermana, un año mayor que yo, a casa de mi tía a pasar parte del verano. Si, todo estaba previsto y un buen día, mi madre nos subió al tren, y pidió al revisor que por favor vigilara nuestra llegada a Zarautz, donde algún familiar de allí nos estaría esperando. Esto parecerá extraño hoy en día, pero entonces no debía serlo. No podía acompañarnos porque debía quedarse en Avila, atendiendo el negocio familiar. Nosotros esperábamos y preparábamos con emoción estos viajes. Comprábamos chuches, leche condensada en tubo, etc, pero el viaje se hacía demasiado largo y había que racionar. Bueno, el caso es que llegamos con suerte y buena ayuda (supongo) y nos recogió algún familiar. Todos vivían allí; mis primos, mis tíos y dos abuelos. En esa tierra tan bella, con el verde pintado en sus campos a diferencia del ocre de mi tierra en verano,  ¡ y con playa  !.

A casa de mis tíos venía con frecuencia un niño más pequeño que yo, quizá de cuatro años, y a su lado yo me sentía "un mayor" como el que más. Este niño lo tenía por vecino, cruzando la calle, a escasos 100 metros. Sus padres decían que tenía problemas para dormir y me ofrecí para ir a su casa a contarle un cuento. A todos les pareció bien. Mi hermana estaba aquel día en casa de otra tía, en otro pueblo cerca de allí.

Le conté de memoria, inventando un poco por aquí y otro poco por allá, una historia de la colección de cuentos de hadas que teníamos en casa de mis padres. Recuerdo perfectamente cómo el niño atendía aunque no soy capaz de decir su nombre. Sé que puse mucho cariño y, sentado a sus pies en la cama, veía la puerta abierta sin que nadie me vigilara, y muy tranquilamente hablaba y explicaba mi historia para él. No sé cómo sucedió, pero debían acostar al niño demasiado pronto, porque había luz en la calle cuando empecé y se fue marchando sin avisar, suavemente, sin darme cuenta de ello. El niño cerró los ojitos en algún momento y cuando terminé, estaba dormido.

Me sentí muy contento e importante por haber conseguido llevar los sueños al nene. Sus padres me sonreían y dieron las gracias. Se despidieron a la puerta de su casa y de allí fui directamente a la de mi tía. Estaba ansioso por explicarles mi hazaña. Cuando ella abrió la puerta, me dijo serenamente lo disgustados que estaban conmigo. Mi tío se había ido a la cama del disgusto. Me dijo que era muy tarde y estaban preocupados. A pesar de que me preguntaba una y otra vez la misma cosa. "¿Cómo has podido hacernos esto?" No supe explicar nada ni conseguí abrir siquiera la boca. Ahora estaba castigado. En solo unos pasos crucé dos mundos. Y también tenía que irme a la cama sin cenar. Eso no me había pasado nunca.

Y me fui a la cama. Me acosté tal como me dijeron. Me quité la ropa, me puse el pijama y metí en la cama. Mi cabeza no podía reaccionar. Entonces llegó mi tía, agarró la manilla de la puerta y dijo: "...y encima no pides perdón. No me esperaba esto de tí." Cerró la puerta y yo me quedé allí, con un tremendo dolor en la garganta hasta que arranqué a llorar en silencio, como siempre he hecho. Y desde la cama, que estaba pegada al ventanuco abierto, de madera oscura, miraba cómo las estrellas bailaban sobre mis ojos llenos de pena y lágrimas. Mis padres gritaban y/o pegaban. Recibías tu palo y tus voces acompañadas de caras furiosas y llorabas, pero esto... Aquí eran ellos los que lloraban... por mi culpa. Yo había hecho un daño tremendo... ¿yo? si yo era de esos niños que no hacen ruido...

Y después de un buen rato, cuando sintieron mi llanto imperceptible y sofocado tras la puerta, después de demasiado llanto desesperado, entró mi tio y me dijo que fuera a pedir perdón y a darle un beso a mi tía, que estaba en su cama también llorando. Y fui a pedir perdón, a dar el beso antes de volver a mi cama.

Cuando mi hermana y yo regresamos a casa, llevaba conmigo un acento vasco peculiar. También un recuerdo escondido. Ayer volví a recordar esta historia y el final que yo había ocultado muchos años. Entonces no me di cuenta (bastante problema tenía). Pero ahora puedo ver a mi tía de nuevo cuando me acerqué a besarla: ella no estaba llorando.


domingo, 24 de marzo de 2013

Pero puedo fingir.

But I can pretend.
"A menudo fingimos temer lo que realmente despreciamos y aún más a menudo despreciamos lo que realmente tememos" Charles Caleb Colton

"Me gustan las estrellas. 
Creo que por la ilusión de lo permanente.
Siempre están encendiéndose y apagándose.
Pero desde aquí puedo fingir...
Puedo fingir que las cosas duran.
Puedo fingir que las vidas duran algo más que un momento.
Los dioses vienen y van.
Los mortales parpadean, brillan y se apagan.
Los mundos no duran.
Las estrellas y las galaxias son cosas fugaces y efímeras que titilan como luciérnagas y se apagan en el frío y en el polvo.
Pero puedo fingir. "

(Extraido de "The Sandman. Vol.4.Cap.8" Guión de Neil Gaiman, dibujo de Jill Thompson)


Laura Makabresku

“I like the stars. It's the illusion of permanence, I think. I mean, they're always flaring up and caving in and going out. But from here, I can pretend...I can pretend that things last. I can pretend that lives last longer than moments. Gods come, and gods go. Mortals flicker and flash and fade. Worlds don't last; and stars and galaxies are transient, fleeting things that twinkle like fireflies and vanish into cold and dust. But I can pretend...”


domingo, 17 de febrero de 2013

Blankets (Craig Thomson)

"El amor se compone de una sola alma que habita dos cuerpos" Aristóteles


Acabo de terminar de leer esta novela gráfica. Blankets significa "Mantos", en castellano. Ha sido como un viaje en el tiempo a mi propio pasado. Los paralelismos que he encontrado han sido muchos, aunque mirando a través de mi óptica pesimista, veo a Craig como un hombre muy afortunado y/o como un hombre muy inteligente, que ha sabido (algo tendrá de sabio) aprender de sus experiencias en la vida.

Estos son algunos comentarios publicados sobre Blankets:


"Una historia excepcional: la historia de un primer amor tan sinceramente narrada y recordada que te hace sentir cómo es enamorarse. Dolorosamente hermosa." Time Magazine


"Thompson describe el éxtasis y el dolor de una obsesión (con un amante, con Dios) y no teme sugerir las formas en que esa obsesión puede consumirse y desaparecer" Ken Tucker (The New York Times Book Review)

"...conmovedora, tierna, hermosamente dibujada, tan sincera que resulta dolorosa..." Neil Gaiman.

Y me quedo con el de Neil Gaiman que es un guionista genial, excepcional e imaginativo como nadie.


Este dibujo con su hermano, los dos disfrutando con el lápiz, con Craig que le mira y recibiendo sensaciones positivas, me hace mucha gracia, porque ha colocado las perforaciones para el arrastre del papel contínuo paralelamente a la zona de corte de las hojas. En realidad las perforaciones van a los lados.

Craig ha creado (ya hace algún tiempo) un precioso comic de casi 600 páginas. Me conmueve cómo es capaz de amar y comprender al ser humano, tan solo algo confuso (a mi modo de ver) por el dogma cristiano.





Con qué facilidad derrocha ternura y simpatía en estas viñetas. Dignas de ver:


domingo, 10 de febrero de 2013

El prisionero del cielo.


"Los hombres sin historia son la historia, grano a grano se forman largas playas y luego viene el viento y las revuelve borrando las pisadas y los nombres sin hijo, ni árbol, ni libro." - Silvio Rodriguez


Carlos Ruiz Zafón, de nuevo genial en este libro, nos muestra a nuestro querido amigo Fermín Romero de Torres, con su voz y espíritu de siempre. Quiero mostrar un fragmento:



El cura se encogió de hombros.

—Quién más quién menos ha perdido a alguien, del bando que sea.

—Yo no soy de ningún bando —repuso Fermín—. Es más, las banderas me parecen trapos de colores que huelen a rancio y me basta ver a cualquiera que se envuelva en ellas y se le llene la boca de himnos, escudos y discursos para que me entren cagarrinas. Siempre he pensado que el que siente mucho apego a un rebaño es que tiene algo de borrego.

—Lo debe usted de pasar muy mal en este país.

—No sabe usted hasta qué punto. Pero siempre me digo que el acceso directo al buen jamón serrano lo compensa todo. Y en todas partes cuecen habas.

—Eso es verdad. Dígame, Fermín. ¿Cuánto hace que no prueba un buen jamón serrano?

—6 de marzo de 1934. Los Caracoles, calle Escudellers. Otra vida.

El cura sonrió.

miércoles, 6 de febrero de 2013

A pesar de todo

Nonetheless.
"Puedo resumir, en solo dos palabras, todo lo que he aprendido de la vida: que continúa." Robert Frost

y a pesar de todo... noto pequeños pinchazos de vida.
Diría que hay días que hasta me duelen los músculos.

Observarla tan de cerca sin ser visto ni ser sentido,
me ha hecho apreciar detalles que nunca supe apreciar
y que posiblemente desembocaron en esta locura.

Hubo una vez que yo también quise deshacerme de ella.
Ayer pensaba: "... qué pena no haber sido mas rápido"
Hoy la veo con esa luz que desprende y que ahora es para otro,
pero un día fue solo para mí,
y me alegro de ser yo el que esté en este lugar.

Yo no di la vida suficiente para merecer nada mejor.
Ella es vida en si misma.
Hace mucho que no me metía en un blog
que en su momento tuvo una razón de ser.

Y al abrir el correo me encuentro el texto de arriba en un borrador
y siento cómo mi vida esta llena de casualidades y de causalidades.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Recuerdos y sensaciones


Últimamente echo de menos a alguien con quien ya no tengo apenas contacto...
Me cansé de tanta coz y ... creía que eso nunca podría pasar.
Siempre he creído en las casualidades y en las causalidades, así es la vida.

La primera vez que supe de ella fue a través de mi chico y del parchís online. Dicharachera, inteligente, y un día zas.... pide para su cumpleaños una pistola para matar a su tío, que ha abusado de ella y la violó cuando era pequeña. "No se lo digas a nadie.", pero mi chico se quedó a cuadros y me lo contó. Y yo, que me meto en todos los berenjenales, entré de lleno en su vida. Me di por entera en todas mis posibilidades: emocionales y materiales, pero está claro que sólo me dejó entrar hasta donde ella quiso. Aunque en eso somos todos parecidos... en lo de guardarnos cierta intimidad.

Durante varios años he aprendido mucho de ella y de mi. He tenido alegrías, penas, dudas, una mezcla de muchos sentimientos, de idas y venidas, de encuentros casuales y... causales.
Hay días que me levanto pensando en cómo la irá, cómo se sentirá, si habrá logrado deshacerse de tanta carga, si se habrá encontrado a sí misma y habrá puesto a cada uno en su lugar, si todo fue cierto

¿Fue cierto? Muchas veces recé para que no fuera cierto, aunque sé que sí lo fue. Y aunque no todo lo que me contaba a mi coincidía con lo que le contaba a otras personas, no fue eso lo que me alejó de ella.
Fui yo la que me cansé de tantos desencuentros, los desaires, de sus juegos psicológicos como si jugáramos al ratón y al gato. Me sentí manipulada y aun con todo eso, la echo de menos. Pero ya no la llamo ni la escribo.

Deseo que la vaya bien, que no se destruya, deseo...

A veces siento que nada de lo que hice sirvió para algo. Que no la serví de nada. A veces creo que rellené espacios en su vida o ella en la mía .... Amiga, porque te quiero, amiga.

jueves, 1 de noviembre de 2012

Humanidad, Hiroshima, Nagasaki.

El ser humano parece dividirse básicamente en dos clases.

Una clase lleva la sensibilidad como argumento y, o bien da frutos en el campo del arte, o bien es capaz de alimentarse con ellos. Digamos que estos frutos además, pueden resultar agradables, sabrosos y dar lugar a todo tipo de situaciones pero también pueden atragantarse, disgustar e incluso causar la muerte a quienes los toman y a quienes los producen. Estos seres humanos son como flores menudas, como brotes de vida repartida a lo largo de una pradera.

"Arte" es un concepto de difícil definición y no viene al caso; se sale de esta pequeña meditación.

La otra clase de ser humano es el peor de los males, el cáncer más profundo que devora el planeta tierra, el motivo principal del fin mismo de la especie. Su condición esencial permanece oculta, resguardando el frío de su cuchillo, conservando el fuego que impulsa la bala, usando la todopoderosa fuerza universal de los números y es una clase de ser humano cuyo pie va dentro de la enorme bota que pisa aquellas pequeñas flores del prado.

Todos culpables. El científico que tuvo una idea y quienes subvencionaron la investigación del átomo al saber de su poder destructivo. Los colaboradores, los que engañaron a quienes querían ser engañados, los trabajadores de las fabricas de bombas. El que manipuló química, virus y gen. Los hombres "libres", llenos de poder, con el bolsillo repleto como resultado del peor reparto posible de la riqueza de todos, que por el bien de unos masacraron a los otros sin preocupación ni remordimiento alguno.

Como no soy capaz de asimilar que un ser humano normal sea capaz de quitar la vida de forma salvaje a miles de personas, quiero imaginar que en otras circunstancias distintas de apretar un botón nunca lo harían:

Imaginemos para cada uno de los responsables de aquella masacre atómica, una fila con cientos o miles de hombres, mujeres, niños y animales. Con sus bebés, sus mujeres embarazadas, niños y niñas de corta edad, adolescentes, adultos, ancianos... y pongamos en manos de sus salvajes asesinos un cuchillo y una piedra de afilar. Que cada uno de esos criminales, quite la vida a todo ser vivo que se le acerque por turno y sin moverse de su sitio. Que se le acumule la sangre y la muerte a los pies. Como esto es poco para ellos, pongamos en sus manos hachas para talar árboles, martillos para tirar muros, fuego para quemar los campos y lo que pueda quedar con vida. Que vuelvan a sus casas estas bestias: monstruos es mejor nombre. Que vuelvan al confort de sus casas. Que regresen al lado de sus familias y cuenten allí todo lo que han estado haciendo. Que sus vecinos escuchen aquello y se rían y feliciten juntos, con palmadas en los hombros, con abrazos. Que celebren la fuerza de su brutalidad. Que disfruten de la venganza, del ojo por ojo por la muerte de sus soldados a manos de otros soldados. Nada mejor que destruir toda vida y obra civil del "ser humano enemigo" como pago por las bajas militares, y cuanta más muerte y destrucción más claro el mensaje.

¿He dicho algo que sea falso? ¿He distorsionado la realidad?
¿Quién es más peligroso con un arma atómica en sus manos? ¿Quien ya la usó una vez? ¿Quien las explosiona para darse el gusto de probarlas? ¿Quien quiere fabricarlas? ¿Quienes callamos mientras todo esto sucede?

La realidad siempre supera toda ficción. Ya sé que todo lo dicho son palabras inútiles. Los criminales nunca conseguirán tener razón de esta manera. No podrán ofrecer algo a cambio   a sus víctimas aunque se arrepientan, porque para empezar, las víctimas nunca pidieron nada. He llorado en diferentes ocasiones por la destrucción brutal de la vida en Hiroshima y Nagasaki. Lo que peor llevo es que no comprendamos nada, que los jóvenes no sepan casi nada de las guerras pasadas, que todo siga igual, que olvidemos, que incluso todo empeore: gran crisis, gran guerra ¿Somos más grandes si somos capaces de fabricar bombas más grandes? Pues ahora somos más grandes que nunca ¿Del lado de quién quieres estar? Yo no quiero ser masacrado ni quiero que lo hagan a nadie en mi nombre.


Para poder acercarse a una comparación entre la bomba soviética TZAR hay que utilizar dos gráficos como el anterior, donde la bomba Bravo es la mayor, inmensa, seguido del siguiente donde esa bomba inmensa es aún pequeña al lado de la TZAR (lo mismo me da que sea norteamericana que francesa, china, inglesa, pakistaní, india o iraquí) Bravo, menudo nombre, con guasa. Hay que rodear las guerras de nombres atractivos, Tormenta del desierto, Operación Masher (que significa "aplastador"), Amanecer de la Odisea, Lluvia de verano, etc. Meteos las palabras rimbombantes por el culo, monstruos malnacidos. Dejad de ensuciar las palabras, todo lo que tocáis lo convertís en porquería.




2020-09-12  Nota:
Los japoneses civiles no tuvieron nunca la culpa. Nunca debió lanzarse una bomba atómica. Menos aún contra población civil.

Las fuerzas armadas norteamericanas de más alto rango conocían el poder de la primera bomba para masacrar a la población. Todavía más cruel, más llena de odio y desprecio por la vida, más brutal e inhumana, fué lanzar la segunda bomba cuando ya todos sabían los resultados: uno de los peores y más grandes genocidios de la historia reciente.

Nunca antes se quemaron vivas a tantas personas en cuestión de segundos.

Y a pesar de todo lo dicho, un canal con 750.000 suscriptores produce tan solo 13.500 visitas a este vídeo con menos de 100 comentarios que van de lo chistoso a lo  negacionista o que ensalzan el sonido de la música o hubieran preferido ver una explosión sobre Tokyo y alguna más en Europa. Mientras  10.000 visitas decidieron que esto no merecía ni siquiera un comentario o quedaron enmudecidos por miedo a ver tan de cerca la barbarie otros seguirán defendiendo con orgullo esos tristes e inexplicables momentos en la historia de algo llamado a sí mismo "humanidad".