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domingo, 18 de julio de 2021

Después de Samuel




Después de Samuel.

Lo que viene después de golpear hasta la muerte a quien no puede defenderse. Con ayuda de muchos otros porque solo uno no vale nada y se necesita mucha porquería. Entonces sucede.

Cuando el cerebro se descompone y solo queda el instinto prehistórico. El de un grupo de chimpancés que suele comer fruta y hojas, pero a veces disfruta dando caza, matando y devorando algún otro ser que se acercó demasiado. Gentuza con raíces de odio.

Memoria y sociedad.

Somos el resultado de una evolución, pero … ¿ha evolucionado nuestra sociedad o basta con llenar la memoria de sus individuos con basura y desprecio por la vida para que sucedan estos crímenes?

Cada día entiendo menos. Chicas y chicos que agreden por igual a compañeras de clase que a niños con autismo que pasaron a su lado.  Llevo 18 meses encerrado en casa y veo las otras personas con ganas de patear o cortar mi lengua, aunque casi no habla.

Pero yo digo que te quiero, Samuel, y siento tanto que no estés con nosotros …

¡ Cómo me hubiera gustado conocerte ! Que me hubieras cuidado con esa sonrisa tan sana, perfecta, tan honda como tu mirar.

Quisiera, en medio de mis pesadillas, devolverles por anticipado todo su odio desde un lanzallamas o la fría distancia de una bala. Antes de Samuel.

Sin embargo, aunque no se puedan realizar, prefiero de entre mis sueños que alguien leyendo esto quiera tan solo compartir algunos. A saber y en este orden:

1-No guardar respeto hacia las demás personas, sino afecto por sus valiosas vidas y porque el verdadero respeto viene cosido al cariño.

Qué lista de sueños por compartir. Qué extensa. Qué complicada.

Estoy llorando porque mientras comparto mi único sueño la fila del odio ya rodea este mundo.

Samuel, cariño. Qué viene después de ti, de las agresiones contra personas que aman diferente, igual de bien.

Después llegan los uniformes y las banderas. Las cámaras de represión. La pureza de una raza decadente que se cree superior escuchando los graznidos de su político favorito.

Con la muerte de Samuel solo llega eso. El vacío de su ausencia. El trago amargo de la brutalidad que nunca tiene sentido: de la injusticia que campa a sus anchas entre normas blandas.

Hay que encarcelar de por vida al odio. A sus amigos que miran o participan. La pena máxima para quienes agreden o quitan una vida unidos en grupo y luego pretenden diluir su culpa en juicios separados.

No, señores. Mataron en grupo y en grupo serán juzgados.

sábado, 5 de junio de 2021

Reciclar la vida


Los ejes de la carreta se quejan al envejecer luego de tragar mucho polvo ... aquí con la voz de Atahualpa Yupanqui. La primera vez la escuché  interpretada por un Alberto Cortez que encantaba a mi padre y nunca me gustó. Los ciclos de la vida hacen que ahora me encanten algunas de sus canciones. 

Reciclar tu vida es la peor idea jamás tenida. Como una bobina de hilo, naces y vas creciendo.

Descubría el poder de los granos de arena, de las piedras y la hierba salvaje. El mundo era un lugar nuevo por completo. Los chopos me saludaban y desde mi silencio yo les respondía un pensamiento  que se podría escribir como "Hola. Me alegra veros." 

En medio de una pequeña presa transitable jugaba yo sobre el cemento, amante como siempre del agua en mi costado hasta que una abeja posada murió su aguijón al apoyar inconsciente mi mano sobre ella. Lloré como el niño que era y cubrieron con barro el dolor en la palma de mi mano. Al pobre insecto nada vino a tapar su agonía.  

Se puede odiar el resto de tu vida todo aquello que te hizo daño siendo crio. Aparte.

Si no es odio, sea repelús por los insectos. Los chupasangres, las moscas verdes de la caca, las moscas corrientes que cagan sobre todo como rondan las avispas mis filetes rebozados, que yo llamaba disfrazados y ahora llamaría embozados. Las hormigas tan a lo suyo robando migas, labrando caminos y los hilos adherentes de las voladoras en temporada. La cucaracha, sucia e imposible de crujir  untando su abundante mantequilla de tripa sobre la tostada de suelo. La pulga saltarina y su amiga que parece verruga con garra y pata. Las orugas pinchudas, los gusanos y las molestas lombrices que nos asoman por el agujero del culo al arrimarlas una vela. Las marisopas gordas como trullos y hermosas si lo son los hombres muy peludos. Las babosas de San Sebastián, gelatinosas, espesas como el churrete marrón más fresco y fragante. ¿Más? Pulgones, polillas, zapatos del diablo, escarabajos peloteros, saltamontes ... y los bichos blancos diminutos que criaban a veces los jamones en casa y solo yo veía (ácaros).

Como la extinción o el apocalipsis de los insectos está cada vez más próximo, sumaremos otro paso adelante hacia la hecatombe de la humanidad con el cambio climático, la contaminación aérea, marítima y terrestre además de la devastación vegetal junto al resto de factores. Luego diremos ... ¡ Sorpresa !

Mis reflexiones rezuman un positivismo copioso: hacen palidecer al de Comte.

Reciclar tu propia vida es buena idea si ambicionas alcanzar la monotonía universal. Como una bobina de hilo, naces y vas creciendo.

Crecer enrollando tu hilo vital sobre una bobina es peor que malo. Dicen "No hay peor enemigo que el que vive conmigo" y así, volviendo una capa sobre otra de uno mismo, cebolla, carrete e incluso pergamino, tu biografía se contamina. Los sucesos duros que escribas apretando fuerte y rebosando tinta, los hilos engrosados, mancharán otras partes del pergamino, deformarán el rollo que ibas creando. En lugar de desplegar tu hilo aferrado a una cometa rosa, de echar a volar tus hojas en un mundo lleno de vida, el error más grande es atesorarlo y volverlo a utilizar.

El tiempo disponible en una vida puede llenarse de películas, de músicas escuchadas, de juegos de ordenador estudiados y nunca jugados, de fascinantes animales fotografiados y organizados en cromos o fichas pero jamás vistos con vida o almacenando miles de novelas gráficas de las que sólo has leído 60 ó 70.

Puedes juntar tus escamas  y hacerte un caparazón más duro. Cuando mueras no necesitarás un ataúd de madera. Ya habrás muerto por dentro hace tanto que cuando quieran ponerte un traje del Ganso para ir guapo a criar malvas solo hallarán ceniza.

Ahora no sé nada. 

Cuando debía estar a la vuelta de todo. Las experiencias nuevas llevan pegado un punto final; carecen del brillo lustroso de la juventud. Si doy unos saltos o quiero correr detrás de mi pequeño amigo Yorkshire, la espalda lanza cuchilladas caderas abajo. Y después de tanto tiempo veo que no sé nada.

Sé dónde están las cosas: en casa, en la basura o regaladas, pero no sé dónde puse las personas. Qué hice con los niños que tuve al lado, con aquel par de amigos que nunca me encontraron. Dónde dejé la familia de crianza. Qué hago con la propia.

Recuerdo muchas claves diferentes con sus mayúsculas, minúsculas, símbolos y números pero no ubico ni recuerdo los afectos más tiernos o los quebrantos más intensos de quienes alguna vez estuvieron conmigo. Puedo coger unas piezas tridimensionales y componer rápido diversas formas con ellas pero se me hace difícil entender cómo casan unos zapatos con ciertos pantalones. Se me antojan ciencias alienígenas añadir aún más variables: calcetines, camisas, camisetas, jerséis, abrigos, cazadoras ... bufandas, relojes, cinturones. Eso está sucio, aquello huele, lo otro está arrugado. Bastante tengo con transportar este cuerpo y esta mente por el mismo lugar con lo uno bien lavado y lo otro bien planchado.

Lo pondré en letra mínima por haberlo ya contado pero también sé que en este mundo materialista estas mis cosas no darán problemas:

- La caja de los tornillos pequeños ni la de los grandes.
- Las cajas de tacos pequeños y grandes, de puntas y alcayatas chicas
- La caja de imanes ( mmm I'm loving it )
- La caja de motorcitos porque con toda la pena del mundo se la regalé a un chatarrero bobo que dijo: "No traigas más, tráeme baterías grandes de motos o de coches" 
- Las cajas de herramientas finas: una de tipo destornilladores con hasta una mini cucharilla de mezclar potingues usada por universitarias y otra de tipo alicates. Ahí se encuentran las lentes convergentes, divergentes y otras ópticas para láseres pulsados en potencias de peta-vatios. Eso es broma. 
- Las cajas de componentes electrónicos. Y no veas la cantidad que hay en el mundo.
- Las cajas de objetos de goma. Las gomas elásticas salvan vidas. Tienen mil usos.
- Las cajas de objetos metálicos. Nunca sabes cuál vas a necesitar (ni cuando = nunca)
- Las cajas de objetos de plástico. Estos es que tienen unas formas de múltiple aplicación (irreal)
- Las cajas de teléfonos viejos (para llamar al pasado)
- La de mini-altavoces y mini-ventiladores. También de ventiladores medianos y más grandes. 
Para lo de los altavoces no tengo explicación pero es que los ventiladores dan vueltas y mueven el aire. ¿No son adorables?  Los hay que soplan centrifugando el aire ¿No es asombroso? También centrifuga la lavadora y la licuadora, queridas máquinas mías. No estas.
- Las cajas de cargadores infinitos (si, en realidad solo hacen falta cuando los tiras)
- Las cajas de cables conectores, pequeños, de 220v, de colores, coaxiales, apantallados, de antena. Es que hay montones de cables cada uno para su tema (y ningún tema es el tuyo)
- Las caja con CDs y DVDs. ¿Quién no necesita un windows-98?
- Las cajas con pilas y baterías. Hasta el día de reciclarlas.
- La de bombillas y la de tiras leds extraídas de pantallas. Incluso las bombillas fundidas se conservan, que dentro llevan enjundia.
- Está también la de pinchos usb que es una caja naranja muy guay de Xiaomi
- Las cajas de puntas de destornillador y puntas de tuerca. Todo el mundo tiene cuatro de estas que nadie usa.
- Las cajas de los deseos por cumplir, que consisten en más cajas que aún no conozco. La siguiente va a ser de mantequilla dulce de Soria, algo poco recomendable para un cuerpo saludable pero es una caja fetén (god my oh, such an old word).
- Espera que hay más, de pinturas, grapadoras, pegamentos, fotos, gomas de borrar, de papel por tipos
- Y no olvidarse de estas, muy importantes, las que están aún vacías pero son tan monas ...

Será un clásico de la ingratitud viciarse, concentrarse, revirarse hasta el mareo, peonzarse sin complejos.

Será, pero tengo temporadas en que la vida se me hace una secuencia de canciones tristes en 
busca de sal para echarla por encima y sanar las heridas. Así, como la preciosa canción de Lee Marvin en la película La leyenda de la ciudad sin nombre cantando estas palabras:

"La nieve te puede quemar los ojos pero solo la gente te hace llorar"


viernes, 22 de enero de 2021

Ver la vida, mundos paralelos

La inseguridad, según a qué tipo de persona afecte, tiene aparte de otras dos variantes claras.

Una, cuando las personas se creen insignificantes. Eso les hace sentir que no se merecen nada bueno. El miedo les hace creer eso. El miedo les agarrota y los pensamientos generalmente son negativos y de baja autoestima. Pero no voy a desarrollar este tema (para mi súper interesante) pues siempre me he llevado sorpresas grandes y gratas con esas extraordinarias personas que se creen insignificantes 

Dos, cuando son personas posesivas. Con su forma de ver la vida y donde la dominación es la venda a sus inseguridades.

Estoy empezando a sentirme bien con determinadas situaciones y participo en un baile de máscaras que yo organizo para no salir como gato escaldado que luego huye hasta del agua fría. Lo llevo cada vez mejor y emocionalmente no me cuesta tantos disgustos como cuando me implicaba de corazón. Eso es una parte de mi vida, pero ahora ha irrumpido como elemento nuevo una ira sin controlar. Aunque intento hablar, no logro conectar con él o él no logra que yo me entere. Es como si estuviéramos en mundos paralelos donde sin querer hacernos daño, nos lo hacemos.

Si algo he aprendido, de ahí lo del baile de máscaras, es que discutir es absurdo y más cuando se ve claramente que no se llega a ningún sitio y solo se ahonda más en el desconcierto y en el desasosiego.

Yo construí un mundo y creía que se estaba desmoronando, pero he adaptado los cimientos y no se va a hundir. No me voy a hundir, pero no logro conectar con ese nuevo elemento para que comprenda que su mente no le deja ver ni entender con claridad (aunque todo depende del cristal con que se mire).

No todos los momentos son malos. Tiene ratos de “lucidez” y de buenas intenciones, pero siempre está en ebullición y cualquier chispa le vale para incendiarse.

No todos vemos y sentimos la vida de la misma forma y tampoco pretendo que la gente comulgue conmigo, pero me gustaría poder adentrarme en el corazón de alguien a quien no quiero dar por perdido.

He dejado muchos “inconvenientes” apartados de mi vida, personas tóxicas que ahora creen que como de sus manos. Así lo he hecho creer pues al final estaban consiguiendo contaminarme y a veces la mejor manera de alejarse es estar cerca…..

Ha sido relativamente fácil y veo la estupidez de no haber reaccionado antes, pero este nuevo artista del circo no me permite ordenar el pensamiento. Me duele o me hace temblar en el trapecio y no quiero que caigamos a la arena sin red.

No quiero que se formen vacíos imposibles de llenar. Ya tengo uno muy grande con otro ser y ya no tiene remedio por distintas circunstancias.

Aunque no pierdo la esperanza de que todavía queda tiempo, más emocional que físico, empieza a semejarse a la moral que gastan los del Alcoyano…..

Han pasado unos días desde estas divagaciones y de pronto ha sido fácil distinguir más allá del blanco y negro cuando suponía que era algo personal. Empiezo a entender a este nuevo jugador en mi vida.

Hace tiempo todo le cambió, se encerró en su mala suerte o en su desgracia, no solo de pensamientos sino en todo su conjunto y aun siendo una gran persona, se ha embrutecido social y familiarmente.

No era solo ira descontrolada por su supuesta falta de intimidad, se había hundido en sus olores, en poner distancias y, en parte, a su no saber afrontar las situaciones. Fue metiéndose en su “cueva”, en su caverna interna donde todo lo de fuera le hacía sentir acechado como un animal herido.

Sentía mucha incomodidad por no poder acceder a una plena comunicación y veo que tengo que poner mucho de mi parte. No tomarlo como algo personal con la intención de ofender, sino como algo personal desde un cariño mal entendido.

El aislamiento mental, aunque aparentemente se sea muy sociable, te “embrutece” y no puedes vivir siempre como un animal a la defensiva en su territorio. Un animal herido que no ha dejado que le curen las heridas de verdad, no las que pregona, y se revuelve con quien se acerca demasiado a su interior.

No va a ser fácil, pero me he quitado mucha presión y he dejado de tomar en cuenta ciertas cosas pues no es una guerra sino un comienzo de vida. De recuperación de una convivencia olvidada más que perdida.

jueves, 7 de enero de 2021

La chica de la foto

Entre las muchas maravillas que puede ofrecer Asturias está la iglesia de San Julián de los Prados o Santuyano. Tan llano en castellano como yano en asturiano que decidieron construir una autovía con 4 carriles a escasos metros. A pesar de eso, hay un parque allí mismo hermoso y extenso para retozar como pollinos en celo. Y ya saben lo que dijo el marqués de Santillana: "Asna con pollino, no va derecha al molino". Bien sabemos que en temas de celo son los machos quienes pierden su sentido común, pero el machismo de la época no daba para un "Pollino con asna, olvida el trabajo y se pasma". Volvamos al texto:

Así de bonicu e digno de mención es este edificio y alrededores. Uno de los lugares elegidos por el fotógrafo que recibió el encargo de decorar con fotos murales las cabeceras de cama y algunas otras paredes del maravilloso Campus Apart Hotel donde estuve hospedado. Cuentas con la ventaja de caminar 200 metros al salir del apartamento y -opción- visitar al Señor, que siempre se alegra de vernos.

Para empezar he tomado prestada la foto en color de Google. A la distancia correcta, con la inspiradora iluminación solar de las 11 en un verano de envidia sobre una temperatura que evapora el mejor bouquet de la hierba fresca recién cortada.

Por contra, siendo el mismo edificio, la foto del apartamento luce la sobriedad inmutable de los tonos grises. El blanco y el negro combinan siempre y no enferman según los antojos de las modas. Quien hiciera la captura no buscaba lo obvio y personalizó la toma observando desde un punto bajo y mucho más cercano a través del gran angular. La iglesia se presenta de esta forma más solemne. Casi mayestática

La primera vez que escuché esta palabra era un crío y atendía a un cuento donde un padre con voz encopetada (a la vez que ridícula) daba a su hijo la lección de ir con la verdad por delante. El chaval, en cierto modo como yo, lo tomó al pie de la letra y se metió en problemas y recibió varias tundas. La otra cara del disco infantil me gustaba muchísimo más porque el padre estaba orgulloso de su cuarto hijo, que era como yo y prefería siempre la misma cosa antes que, por ejemplo, ir con otros niños a jugar al fútbol, etc. Ah, y con la diferencia de que el mío nunca tuvo tal satisfacción, pero yo prefería aún creer lo contrario. El bello sobrenombre de "loco" gritado con su salud de barítono sañudo acompañado de fuertes golpes en la cabeza ayudaron a librarme de esa estúpida creencia infantil. O eso pensaba, porque deseé que muriera y cuando lo hizo muchos años después, lloré por haber sido una decepción constante para él. Que D.E.P. 

Sigamos con el hotel y la foto.

Uno se aloja allí con toda la felicidad que solo garantizan los lugares conocidos. Te alegra ver la misma cara de esas personas en recepción: amables y correctas. Llamativo y triste sin embargo que las personas se vuelvan invisibles por llevar el uniforme de la limpieza, siendo igual de agradables y con la diferencia de que además están entre tus cosas mientras te hacen la cama, limpian la habitación y el baño y hasta cambian tu rollo de papel higiénico. 

Ya va siendo hora de poner la imagen: 


Tomé con mi teléfono esta captura desde un ángulo que minimizara la distorsión del gran angular. En el acercamiento de la siguente se aprecia mejor:


Y finalmente lo que ha dado lugar a todo esto:

¿Quién es la chica de la foto? 

Todas las personas que han estado en este apartamento ... ¿se habrán fijado en ella?

Pasaba por allí cuando el fotógrafo trataba de conseguir una exclusiva de piedra. Con su pañuelo al cuello. El verdor de Asturias se paga en lluvias persistentes, a veces mezcladas con frío. Oviedo tiene cerca de este sitio la facultad de Filosofía y Letras, la Casa de las Lenguas, el Campus de Humanidades. ¿Iba a clases? 

La chica vio a quien hacía la foto antes de volver la esquina, pero no al revés. 

Ella llegó a su clase y retiró el pañuelo. Se sentó a un lado y el aula se fue completando en minutos. Otras chicas entraban hablando, alborotadas, risueñas por la tarde del viernes que las esperaba. Ella sacó su estuche, extendió las hojas y al lado, un libro de Kafka sobre la metamorfosis. Los chicos pasaban a su lado, la miraban y cuchicheaban con risitas entrecortadas. Abrió el libro:

"Una mañana, tras un sueño intranquilo, Gregorio Samsa se despertó convertido en un monstruoso insecto."

Aquella sola frase bastó para que los ojos de aquella chica recibieran más lágrima de la necesaria aquel viernes por la mañana.

Nota: Si alguien desea escuchar el otro cuento, aquí está:



sábado, 3 de octubre de 2020

Tenían las manos blancas


No me junten las palabras “guerra” y “civil”. Los civiles mueren con sus manos blancas.

Los pueblos no se matan en guerras de hermanos. No con tanques. Ni con balas que apuntan al corazón de un vecino. 

No se muere de civismo sino del pesimismo. El mismo que no encuentra soluciones fuera de la muerte. 

La suerte del contrario debe entenderse como punto fuerte de un nuevo amigo.

El enemigo abandonado a la cuneta, al escondite de tierra, primero suplica y necesita. Luego debe, tiene que pedir a gritos salir fuera. Decir su culpa, decir su nombre debe.

Deben volver las pieles abrasadas, los pulmones asfixiados, las mujeres violadas, los cadáveres hacinados como deben volver todas y cada una de las almas solas, perdidas, olvidadas.

Deben recordarse los ojos por encima de sus cuencas igual que corrieron las lágrimas haciendo surcos por sus seres queridos.

Debemos admitir las derrotas y ser por igual derrotados ante la humildad de los vencidos.

Debemos vencer nuestros demonios para alcanzar a vernos, quizá algún día, como siempre debimos.


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Perros que pasean haciendo ejercicio.

Ejército de tierra, desembarcos de mar.

Mareados salen entre zumbidos de balas.

Lavan su sangre en playas saladas.

Soldados que ayer en su arena jugaban.

Bajaron a ver morir el mañana. 

La nana era sueño y hoy queda nada.

¡Hada madrina ayuda a este crio! 

Te creo - ¡BANG! - ahora descansas.

Mansas palomas contra colinas armadas.

Rameras del Führer vacían la esperma.

Enferman sus hijos mamando metrallas.

¿Me traerás tu cariño si mato judíos? 

¿Dios haría del Reich un reino divino?

No vi distintas opciones matando mil niños,

mil mujeres, mil hombres, mil niños.

Niños tan solo, gaseados vivos.

Vos dijiste menos germanos, menos nórdicos.

Sórdidos motivos para crímenes sin castigo.

Contigo, conmigo, una pira de odio bárbaro

atiborrado, feroz y cruel de ojos bien claros.

Raros, rasgados, irreductibles sus aliados,

alejados en tierras de tsunamis y olas.

Enola en tu nombre también quemados vivos,

los niños.

Y vos y tu hijo Paul masacrando mujeres

júrenme “Lo hago por mi patria, Dios mío”.

Ni dioses ni perros caminan tu destino.

No tildes a la bomba por robar inocentes

centenas o miles de vidas al adversario.

Rio de sal, playa dulce, todos distintos.

Instintos hermanos en este pequeño

noqueado mundo de guerras sin tino.

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En el parque rebosaban sugerentes luces verdes adornadas con sabrosos contrastes amarillos al atardecer. Ver respirar con la gafa nueva tanta minucia resultó intenso como éxtasis sobre dolor. El suelo era papel de lija color azafrán que vigilar para no untar el molde del pie con dulce de caca. 

Los tréboles acurrucados de a tres pasan ya frío por octubre. Las ramitas rotas por el viento crujen secas porque las piso.

Algunos y algotros con sus perrillos sueltos me conocieron, miraron y saludaron. Como el parque se bifurca en abajo y arriba dejé que marcharan por lo bajo mientras observaba desde lo alto. Allí debajo, un crio de 7 años tiró su bici sobre un can de algodón que le asustó sin propósito. Aquí encima, unos gamberros acecharon y aguardaron apartados los efectos de un fuego, ¿su fuego?  provocado en el pasto seco de un campo cercano. 

Un perro mediano nos mostró todos los dientes, tirando de la correa, ladrando amenazador.

Empecé a jugar con las palabras guiado -medio zombie- por mi chiquituco entre padres y niños.


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Don't lump the words "war" and "civilian" together. Civilians die with their white hands.

People do not kill each other in brotherly wars. Don't with tanks. No with bullets aimed at a neighbour's heart. 

You don't die of civility but of pessimism. The same pessimism that does not find solutions out of  death. 

The fate of the opponent must be understood as the strength of a new friend.

The enemy abandoned to the gutter, to the earth hiding place, first begs and needs. Then he must, he has to cry out to get away. Speak his guilt, speak his name he must.

The scorched skins, the suffocated lungs, the raped women, the overcrowded corpses must return as each and every lonely, lost, forgotten soul must return.

Eyes must be remembered above their sockets just as tears ran in furrows for their loved ones.

We must admit defeat and be equally defeated before the humility of the vanquished.

We must overcome our demons to see ourselves, perhaps one day, as we always should.

viernes, 31 de julio de 2020

Estudios Universitarios

"Nadie debería escapar de la Universidad sin saber lo poco que sabe.J. Robert Oppenheimer 
Mal estudiante - Obra de Yunyun Li

Nada, que he visto la película "Larry Crowne, nunca es tarde". Despiden a Larry de su trabajo en un supermercado alegando que, al no tener estudios universitarios, no puede ascender y por tanto  no tiene expectativas. Blah, bla, se matricula en la universidad y es un estudiante de éxito a los 50. Cosas del cine y casos de película.

Hace muchos años quise cambiar de empleo pero mis expectativas se venían al suelo cuando leía "Titulación universitaria requerida". Cualquier titulación en muchos casos. Y encima pedían "abstenerse" al resto. Son especies diferenciadas. 

Según la Universidad Autónoma de Tlaxcala, el "Homo Universitatis"  es un ser analítico, comprensivo, predictivo, innovador, propositivo, universal, democrático, solidario, permisivo y coexistente. Si cuentas las características, son como diez mandamientos. Los demás pertenecemos a la especie sin evolucionar que es por contra desordenada, intolerante, convencional, inmovilista, indecisa, provinciana, aborregable, egocéntrica, intransigente e individualista. Y vaya, creo que cumplo algunos de estos requerimientos negativos. 

Bueno, lo de ese "Homo" solo se trata de un "Modelo humanista integrador basado en competencias" pero no me creo que de entre la horda ( ¿turba? ) de aspirantes a universitatibus se queden al margen los más capullos ni las peores cabronas. Y menos que a estos, sus malas artes y limitaciones para amar y respetar a los demás, les impidan lograr sus correspondientes títulos. Antes de admitirlos nadie va a valorar su psiquis ni va a espiar su comportamiento previo en la vida.

"Dame un título y conquistaré el mundo", no lo dijo Arquímedes. El decía "dame un punto de apoyo y moveré el mundo". Se parece. Te apoyas en un título para conseguir lo que buscas. Tonterías. "A fulanito no le ha servido de nada, fíjate: está en un supermercado Mercadona, no te digo más".  Y a la vez que se menosprecia un trabajo tan digno como cualquier otro, ignoramos que a veces también se exigen "papeles" en el ansiado Mercadona.

¿ Qué prefieres, una universitaria graduada en informática ( da gusto oírla hablar, no cabe duda ), una chavala que apenas ha sacado un módulo de formación profesional ( con cara de buena gente, por lo menos ) o alguien sin ningún tipo de estudios ( pero 10 en simpatía ) ?

Bueno. Pero ahora vamos a aliñar la ensalada o batir el Gazpacho con la Thermomix, y si sobrevives a la barbaridad de los decibelios de esa máquina infernal, te cuénto qué pasa al mezclar bien todas las circunstancias: las mentes, los sentidos, las capacidades, los corazones, el físico y las metrallas incrustadas en la vida de cada cual, pues todas tenemos una historia que contar. 

¿Cuál es el resultado? Pues que casi da lo mismo el producto si tienes titulación universitaria. Me estoy poniendo pesadito desde el minuto 1 y me agoto yo solo de leerme.

Me gustaría pertenecer a esa especie superdotada que puede ponerse delante de un libro y consiguen sujetar las letras para que no jueguen al "corre que te pillo". Esa gente capaz de fijar su mente en obtener un logro futuro, de planificar y respetar una rutina diaria de trabajo por su cuenta. Personas que pueden abandonar sus intereses y aficciones más queridas por la consecución de sus objetivos. Cosas que jamás he sabido ni habría sabido hacer si, en un arrebato de locura ( imposible de otra manera ), hubiera apostado la vida en ello.

Me rindo ante ustedes. No somos de la misma pasta. Arcilla y agua de mar dan forma a mis huesos. En los vuestros resuena el acero forjado, pulido, brillante, perfecto. Mis carnes, fibras de algodón cubiertas de finísimo papel japonés washi. Las vuestras, imponentes enlaces covalentes químicos bajo un laminado de grafeno. Mi mente un revuelto de gambas con frío y la vuestra papas de La Bonotte con carne de Kobe.

Somos por lo menos de esas personas especiales que saben disfrutar de las cosas más sencillas. Del solos tú y yo, como en esta canción de Adriano Celentano.

domingo, 5 de abril de 2020

Una tumba demasiado profunda


Estaba sentado sobre el hoyo, esperando como siempre. Parecerá quizá que abundo en estos asuntos pero es lo que sucede cada día a cada persona, con suerte. Cerré los ojos y los mantuve cerrados con los dedos pulgar e índice a la vez que apoyaba en ellos la cabeza.

Entonces la vi. Era una calavera formada por muchos puntos luminosos. Más nítida. Demasiado presente como para decir que yo había unido los puntos. Cuando quise formar un recuerdo con ella comenzó a alejarse dejándome solo una sonrisa socarrona. Luego sonó en mi cabeza la canción del sacerdote Kane en Polstergeist 2: "Dios estáen su sagraaaado tem-plooo, li-branoooos de la iniquidaaad.", o sea maldad, gran injusticia.

Habitamos miles de billones de seres vivos el planeta. A veces comparan los humanos a sus semejantes con vegetales porque no reaccionan como los demás. Cuanto más perdidos los primates en su ilusorio material de vanidades y prejuicios, mayor su iniquidad. Un mundo gobernado por seres comportándose como langostas cada día durante mil años: devorando la vida bajo el agua y aniquilándola sobre la tierra hasta dejar nada, consumiendo sus recursos abrasándolos, despedazando su superficie en lo que dura un fragmento mínimo del tiempo total del planeta. Matándonos unos a otros. Ahí se me cruzó la neurona con una antigua película que había visto en mi juventud.

En la película "Quatermass y la tumba", acometían las obras para el metro de Londres cuando encuentran una nave espacial. Datan su antiguedad en unos 5 millones de años, cuando los primeros homínidos. Su protagonista formula la teoría de que estos alienígenas vinieron para preservar su raza de la extinción pero encontraron una gravedad y atmosfera no compatibles. Aún así habrían sido capaces de modificar genéticamente a esos homínidos de entonces, dotándolos de inteligencia pero conservando en su mente los vestigios de esa conciencia extraterrestre. Al abrir la nave etc, despierta ese subconsciente larvario que los convierte en una horda similar a langostas y la maldad se desparrama al rededor entre visiones primitivas y poderes telequinéticos ocultos.

Estrenada en 1967 en cines, encontré la película y la puse por la noche. Excepto por los efectos especiales y algunas representaciones exageradas que producen mucha risa, mantiene un buen nivel de calidad. Podreís creerlo o no, pero casi se me hiela la sangre al pulsar "Play" y salir la foto que encabeza este post con una calavera estilo a la que vi en puntitos brillantes.

En el minuto 46:50, pregunta Quatermass al antropólogo: 
-Roney, si nuestro planeta estuviera condenado a destruirse debido a ciertos cambios climatológicos, ¿qué cree usted que haríamos?
-Nada. Seguiríamos discutiendo y peleándonos.

Los de 1967 ya eran datos climáticos preocupantes. Greta Thunberg no nos descubre nada que no sepamos pero insiste mucho, con razón, para que lo tengamos en cuenta. Los humanos nos erigimos como únicos gobernantes supremos de la tierra. Avalados por nuestras colmenas sociales, apretados los unos junto a los otros, amando y despreciando con pasmosa idéntica facilidad, ahorrando un preciado litro de agua a la par que consumiendo el planeta en su conjunto y explotando o arrasando las demás formas de vida.

Es entonces cuando un diminuto ser, muerto mientras descansa y vivo cuando trabaja, con su juego de herramientas para la supervivencia va tomando uno a uno, cientos a cientos, miles a miles, millones a millones de esos primates y los diezma. Consigue mantenerlos vagamente inmóviles hacinados en sus hormigueros y sin buscarlo paraliza también sus artificiales medios de supervivencia. Unos medios nunca cuestionados y basados en relaciones e intercambios de trabajo con consecuencias que nunca se molestaron en analizar para prever. Miles de especies extinguidas antes de descubrir sus secretos, atesorados durante una evolución de millones de años. Hasta que el acto de nuestra presencia queda resumida en esta frase de Atila:

"Soy el martillo del mundo: donde mi caballo pisa, no crece la hierba."

Así pues, ha llegado la hora de las aves. De los jardines salvajes en crecimiento sin control que amenazan vida propia. Los pájaros reclaman nuestras calles en propiedad. Jabalíes y cabras se animan en familia a recorrerlas por poblaciones casi fantasmagóricas. Bajo la claridad de un cielo de pureza ya olvidada es la vegetación la que aprovecha nuestros votos de clausura para incrustar sus raices en las aceras y desarrollarse con garbo, crecidas ante la evidencia de nuestros miedos. 

Hoy es el día de amar océanos, ríos y mares o morir. Un tsunami universal de amor basado en el respeto que alcance con suficiente fuerza a todos los demás seres que los habitan. Con un amor ciego que trascienda el ego sintético de la propia supervivencia. Porque si no logramos comprender que su vida peligra por nuestros actos, deberemos cavar una tumba bien honda por la inseparable ignorancia que lleva ligada nuestra supremacía especista.

lunes, 6 de enero de 2020

Repita, por favor

"Algunos aman las flores y los animales porque son incapaces de entenderse con sus semejantes." Sigrid Undset

No quejarse ni lamentarse puede manifestar la ausencia de dolor y sufrimiento, la reserva de palabras, más que el mutismo absoluto. Un rostro que no cambia ni se baña de lágrimas hace suponer un bienestar llano, formas de ser o una simple etapa favorable. 

A veces la realidad más descarnada y lacerante se viste de silencio, favoreciendo esa completa ceguera que facilita la vida a su entorno.

¿Es la violación suficiente motivo para el dolor? ¿Lo es el abuso sexual en la infancia siendo lejano y hasta confuso? ¿O lo será quizá una infancia o juventud de aislamiento y persecución, golpes e insultos? ¿Son asuntos para enterrar hondo y olvidarse?

Algunos animales entierran el alimento para después, cuando la necesidad estruje el estómago agudizando los sentidos. Muchas personas tratan de sepultar sus heridas en la memoria ignorando que es un todo, que nada separa del resto cuanto allí está fielmente grabado. Cada nueva imagen, olor, sonido, sabor, roce o palabras serán bien capaces de desvanecer en segundos el refugio de cualquier recuerdo oculto. Cuando menos nos obligará a volver allí, reconstruirlo, echar más tierra, más alcohol, más mierda.

La tía de mi esposa, pasados los 100 años y consciente de que su cuerpo era incapaz de continuar, dijo un día: "La vida se me ha hecho corta."

¿Cómo puede ser que la vida resulte insoportable siendo joven aún, cuando faltan tantas experiencias ... o que las sucedidas basten para desbordar cada recoveco de la mente hasta asfixiarla?

Puede ser. Porque el engaño es capaz de fracturar la inocencia tanto como el desengaño triturar una nueva esperanza mientras tratas de recuperarte. Puede ser porque lo único que no te decepciona es la soledad cuando necesitas tanta ayuda. Porque todos los palos que continuarás recibiendo con puntualidad caerán sobre un hematoma invisible. Para dirigirte hacia tu esquina de ring y que no te levantes otra vez con ganas de pelear. Para amordazar tu voz cuando por fin la encuentras y no hay nadie que quiera escuchar. Porque nadie quiere escuchar.

No quejarse y callar. A veces la falta de actitud, su cambio, la permanencia en zona negativa, los mil errores y silencios sin fin, los llantos inexplicables, las pésimas notas en los exámenes, la apatía por todo incluidas las ilusiones de antes, los despidos en el trabajo, las largas estancias en babia ... no son suficientes señales. Tener ojos no acompaña de manera intrínseca la facultad de apreciar el paisaje. Distinguir el sufrimiento de alguien puede ser motivo de huida, de ceguera. Incluso de mofa. Saberlo es como poner otra grapa más en la boca. Suponerlo es sellarla para siempre.

Te preguntas: ¿ Quién va a creerme ? ¡ A mí ! ¡ A ese ser que vaga por la casa como un espíritu perdido y que de pronto encuentras observándote inexpresivo desde la puerta  ! ¡ A alguien que no se preocupa por sus escasas amistades ! ¿ Quién puede creer a alguien que no se comporta como las personas normales, como los chicos y chicas de su edad sino como desde esa detestable adultez viciada de amargura ?

Ahí están los ancianos en la residencia. Mientras espero para entregar su pedido los veo dispersos por toda la planta baja, enorme, rodeada por televisores silenciados de 52", entre maceteros de 1x1 metro y algún sofá, asiento múltiple. Una mujer trata de abrirse paso con el andador empujando a los que están en silla de ruedas. La mayoría solos y algunos rodeados de familiares aburridos mientras una enfermera lee su glucómetro como una abeja sobrevuela entre malvas y amapolas. Ahí todos sumando milenios de experiencias exhaustas en fila india hacia el secreto y hermoso almacén de los libros olvidados. Me digo convencido: "Cuantos más dientes nos faltan, más años de vida nos sobran." y a continuación me pregunto: "¿ Dónde quedaron todas esas criaturas que un día fuimos ? Tan hermosas e inocentes, tan humanas, sanas, frescas ...

La rutina sirve para anticiparlo todo. Una de aquellas noches infantiles de verano en casa de mi tía, compartía habitación con un primo cercano a sus 18. En medio de la oscuridad, mientras escuchaba la remota señal de radio estadounidense de turno, me explicó al tiempo que trataba de secar su abundante acné con alcohol cuán duro resultaba su trabajo en una fábrica de zapatillas. Coger las alpargatas y sujetarlas con una goma elástica. Meterlas en una caja. Esa era toda su tarea. Para él un duro trabajo repetir la misma secuencia hasta el infinito. Para mí, por entonces, una delicia convertirse en máquina. Siempre me fascinó ser una máquina. Hacer perfectamente la misma tarea. Ahora sé que está bien, pero no todos los días de tu vida.

Necesito mi rutina, aunque sea la peor del mundo, porque no se cómo hacer funcionar otra. Todas las noches vuelvo a ella antes de dormir. Imagino sucesos tremendos con otras personas, ficciones imposibles en el marco de lo cotidiano. El día entero escapando de todas las personas me lleva a relacionarme con ellas sobre una inconcebible balsa de acechantes amenazas por la noche. Y me duermo pronto. Quizá por lo soporífero que resulta ser el perpetuo protagonista de tus propias películas. Acaso por la tranquilidad que me suscita fantasear pesadillas de la misma forma desde hace tantos años sin que sucedan peores cosas. Por que nada en la vida real podrá superar esa maldad que supongo de las personas. Y porque nada ha cambiado desde que ... siendo niño dejé de ser héroe, tripulante de naves espaciales y hermosas historias para transformarme en un ser abyecto, un cáncer maligno que devora su propio ser.

Así, cuando llega la mañana algunos días, la dedicatoria de mi primer pensamiento sigue siendo para la muerte. Pero tampoco es tan extraño.

Aún así amo casi todos los animales y las plantas, las rocas, los cielos despejados de la noche y el calor del sol por la mañana, al agua más que a mi sangre y aprecio una pizca de cariño en las poquitas personas que de alguna manera me importan.

Feliz día de Reyes Magos. Que ustedes lo hayan disfrutado.

Cuéntalo - Laurie Halse Anderson (guión) & Emily Carrol (dibujos)
 



"You'd be socket at how many adults are already dead inside, walking around with no clue, waiting for a heart attack or a cancer to finish the job. When people don't express themselves, they die one piece at a time. It's the saddest thing I know."

miércoles, 25 de diciembre de 2019

La sabiduría del percebe


El día 24, la previa a la llegada del hijo de Dios, me tocó por suerte trabajar. La ciudad estaba circulable y tranquila. Se percibía ese ambiente de fiesta y relajación por todas partes.
Cargué mis 50 cajas, 650 kilos en total de mercancía y salí a entregarlas. No es que me guste precisamente cuando pesa tanto y menos si debo subir algunas por escaleras 3 pisos. Se que otros lo hacen a diario con incluso más tonelaje. Al menos recibí una propina de 3 euros, cosa que ya nadie hace pero yo agradezco.

Me acerqué a una rotonda y delante llevaba desde hacía un rato a un conductor tranquilo. En la radio explicaban que debido a los continuos temporales en la costa gallega, nuestra mejor fuente de excelente marisco, el percebe se cotizaba en la lonja a 300 euros y a 400 en la plaza. Vale, hasta ahí. Lo que me puso muy alterado fue escuchar la respuesta al periodista cuando preguntó si la gente lo pagaba a pesar de todo. "Pues sí, porque dicen los clientes que no les importa pagar un poco más con tal de que sus familias sean felices."

Tardé unos segundos en procesar, en tomar por cierta la información, pero la tensión debió subirme por las nubes y el cabreo por encima de la bóveda del cielo.

¿Que no pueden ser felices sin los percebes en el plato?
¿Qué clase de tontería es esa?
¿En qué mundo vivo? ¡¡ Me cago en todo lo que se menea !! 

¡¡ Joder, que muchas personas se conformarán con comer cualquier cosa, con estar juntos y sanos !!
¿Ahora depende la felicidad de lo que haya en un puñetero plato para cenar?

MALDITA SEAAAAAA.

Bueno, al tranquilo conductor que hizo STOP a la entrada en la gran rotonda viniendo coches a diez por hora desde el lado opuesto le hice escuchar el claxon y luego lo adelanté un poco airado.

Tuve que hace un esfuerzo para serenarme y dejar de gritar improperios dentro del vehículo contra esa respuesta al periodista.

Si algún día los estudios científicos demuestran que de lo que se come se cría, no me extrañaría si afirman que comer percebe te vuelva un tonto del culo.

Ya. Mi reacción al volante también merece una crítica.

"Que a mi hija/o no le falte de nada." frase que dicen muchos pater a sus filiis servirá para que por obra del Spiritus Sancti se conviertan en auténticos cafres del consumo y adquieran una filosofía vital de zulúes, con perdón de aquella raza.

Como vendrán San Nicolás, el Esteru con su burru, la Toza, tió de Nadal o tronco de navidad, papucho Noel,  el pandingueiro o el olentzero y todos los demás personajes del mundo, a casa de algunas criaturas y a las casas de sus tíos y abuelos con regalos, no les faltará de na. Se harán expertos en desempaquetar y sacar cosas de sus embalajes y puede que alguno elija las cajas para jugar. Los adultos por su parte quizá compitan por el premio a "mi regalo le gustó lo que más".

Vendrán luego los Reyes Majos de Oriente con más regalos y todos quedaremos locos por ver el fin de otras navidades con la vuelta al cole y la monótona rutina del día a día.

Mi compañero peludo nos acompañó ayer en la cena de nochebuena. Ese cambio en su rutina diaria, estar en otra casa, sin su cuna para descansar y sentirse seguro, ese baile de piernas que sin querer le patearon ... El pobre iba de acá para allá tratando de anticipar cada paso nuestro y después, ya sentados y cenando no paraba de circular entre el salón y la cocina, nervioso, agitado, pidiendo algo que escapaba a nuestro egoísta esquema mental para el que "tan fácil" resulta adaptarse a las cosas nuevas. Al fin mi esposa dijo "Ay... ya sé lo que quiere. No le hemos puesto un cuenco con agua."

En efecto, bebió como si aquello fuese lo último en agua dentro del desierto. Nosotros seguimos con lo nuestro y al poco rato se sentó en la puerta del salón mirando a mi esposa con las orejas agachadas y una extraña expresión. La siguiente ocasión que fuimos a la cocina comprendimos. Había vomitado una plasta marrón de pienso.

Cuánto estrés para él por una celebración.
Pienso cómo los animales sufren por los cambios en su rutina. En su medio ambiente.

Al día siguiente he tenido diarrea anticipada por terribles dolores de tripa.

Nosotros también somos animales. ¿Unos más que otros? Pues yo, bastante.

Nunca podré comprender a quienes disfrutan estrenando ropa o zapatos. Qué difícil y desagradable me resulta probar nuevas comidas poniendo a prueba mi refinada maquinaria digestiva.

Acabo de realizar la sexta visita al retrete. Entre los vapores característicos del ácido intestinal me suben escalofríos sofocados por el dolor de la corrosión en la compuerta automática de evacuación.

¿Serán las doce almejas? ¿Será la escasa harina que espesa el caldo marinero? ¿Habrán sido los trozos de queso que avisan de alguna nueva intolerancia? ¿Los nervios?

Hoy me he quedado con mi amigo, el perrito. Todos los demás se han vuelto a reunir para seguir disfrutando de la familia y un postre compartido que hicimos ayer. Vasitos de mandarina gelatinada cubierta con crema de chocolate, coronado a su vez por un botón de nata.

Dos animales, dos amigos. Tapado y enrollado en mi manta, acude poco a poco el calor y disfruto de algunas cabezadas en el sofá de casa. Ni pienso por más momentos en la familia reunida en su dudosa zona de confort.

Ay pollicipes pollicipes, dos veces pollicipes.
No tengo tu sabor pero admiro tu sabiduría.
Sabes cuanto necesitas.
Tú si que sabes, percebe.

viernes, 1 de noviembre de 2019

Una paloma contra el cristal

"Los detalles son importantes. Crean profundidad y la profundidad crea autenticidad." Neil Blumenthal
¿Qué te pasa, marisopa? - No soy una fucking mariposa, soy una polilla, joder.
Pasamos la vida rodeados de detalles que podemos observar, acercar para enfocar o ignorar totalmente. Esos detalles tan interesantes a veces se esconden en pequeños seres vivos, vegetales o cosas. A veces los comportamientos de los seres vivos muestran esas singularidades que no todos saben ver.

Esta mariposa batía sus alas inútilmente sobre el suelo. Todos los insectos me dan repelús, asco, respeto ... no lo sé, no me preguntes. Yo pensaba "esta rechoncha ya no tiene fuerzas o ha perdido el polvo mágico para volar". Con un papel, la recogí de ese suelo marmóreo o granítico ( no soy piedrólogo, rocólogo ni geólogo ) para subirla al marco de acero del escaparate en el lado de la calle y ahorrarla morir por aplastamiento. Ahí la dejé mientras cargaba la furgoneta.

En ese trajín de ir y volver al local metiendo los pedidos al vehículo me detuve a observar a una pareja que se había fijado en la mariposa sosa. Era una mujer corpulenta que llevaba agarrado del brazo un hombre esmirriado, estilo a mi, también con gafa pero de menor estatura. Bueno, y más feo. El caso es que ambos parecían tener algún tipo de diversidad funcional. Qué parecidos somos y qué diferentes parecemos. Vale, esto lo dejo para otro día.

Supuse que, igual que a mí, les había llamado la atención esa marisopa y también sentían algún impulso paternal con ella. Creía que se habían puesto contentos al encontrarse un ser vivo algo raro por la ciudad. Ver para creer: la mujer la hizo caer al suelo y a continuación la propinó tal pisotón que hizo temblar la acera de la calle al tiempo que daba un grito. Después dijo: "¡Qué asco!" y siguieron su camino sin más. Consternado, me recuperé como pude para seguir con mi tarea entre pensamientos oscuros.

Impronta de una paloma contra el cristal
Más tarde salí a servir aquellos pedidos. Después de enrollar mi lengua seca tras entregar con la carretilla uno de 104 kilos ( justo el doble de un peso mínimo que recuerdo ) me quedé petrificado y triste al salir de la oficina y ver la impronta de un ave en el cristal del patio.  

Imaginé una paloma lanzando un pequeño picado hacia el sombrío de la amplia galería que rodea el jardín en ese antiguo edificio. Un vuelo calculado hacia el lugar donde iba a extender sus alas para luego posarse. Todo perfecto hasta que de pronto chocó contra un muro invisible. Algo inexplicable que escaparía a todo su conocimiento. 

A veces vas con todas tus fuerzas por la vida. Te empleas con ganas y alegría. Supones que nada puede salir mal. Que el viento sopla de cola por algún motivo y sientes ese impulso extra como una confirmación de que lo estás haciendo bien. Nadie te puede ganar, no hay nada que perder.  

De pronto llega el hachazo sin avisar. Quedas en estado de shock. La vida se para en tus manos y la sientes escapar entre los dedos.
Sin recuerdos. Sin fotogramas. Vacío, soledad y muerte.

El globo SEGOVIA 
Y si esta última imagen no fuera mía, la describiría como "Aterrizaje sobre tierra estéril al atardecer. Desinflando un globo, junto a una casa abandonada." Porque esa y no otra es mi forma de sentir lo que me rodea. Sin embargo la hice al amanecer, cuando todo es un nuevo comienzo, percibiendo una belleza que no cabe en mil imágenes mientras inflaban con ruido ensordecedor el globo para varias personas ilusionadas como bebés en sus primeros pasos por el cielo. Despegan en este lugar que se utiliza para sembrar y recoger trigo, eso si, junto a una casa que a pesar de haberse despojado de ventanas y puertas para compartir sus secretos sigue sola, abandonada. Los bloques de pisos que anidan al rededor la miran desde el recelo que separa lo diferente, desde una superioridad ficticia que sitúa todo lo diverso en los márgenes, en lo contagioso de la ignorancia. Se trata de una vivienda amplia y soleada a la que nadie atiende ni comprende, con la que nadie quiere soñar ni compartir una vida.

Dicen del edificio que pasa los días en su mundo pero, por más veces que lo repitan, siempre estuvo y estará en vuestro mismo mundo.

Después de unos días escribiendo esta ... basurilla iba a decir, pero va, que no, que está mu bien viniendo de donde viene, he repasado la secuencia completa volviéndome un observador observado por los demás en el trabajo o en el parque. Soy otro detalle más de la vida, recogiendo la mariposa, mirando la paloma estampada en el cristal, tratando de extraer una esencia de un globo que llena sus pulmones, corriendo con 50 y tantos años detrás de mi perro Yorkshire, al que sigo fielmente donde él quiere.

Mientras, creo firme y confiado que debo cumplir primero con mis emociones para perseguir algún día mis ilusiones.

NOTA: Todas las fotos son de un móvil Xiaomi de 100 euros. Y como colofón, recomiendo el libro siguiente. Me lo regaló mi hija. Se titula
"Los pájaros" y de Germano Zullo y Albertine. Dice:

"Algunos días son diferentes.
Días que podrían ser parecidos a los demás.
Y sin embargo poseen algo ... que los otros no tienen.
Apenas
un pequeño detalle.
Tan diminuto
que podría pasar inadvertido.
Porque los pequeños detalles no están hechos para ser advertidos.
Están hechos para ser descubiertos.
Y cuando dedicamos un tiempo a buscarlos
aparecen.
Aquí ... o allá.
Casi imperceptibles.
Pero tan presentes
que se vuelven inmensos.
Los pequeños detalles
son auténticos tesoros.
Tan solo uno basta para enriquecer el instante que pasa
y cambiar el mundo."