Tener en casa un compañero de otra especie era algo que yo no quería. Dijeron que me vendría bien. Me obligaría a salir de casa y hablar con otras personas. Y así fue, aunque pronto dejé de unirme a corros de personas hablando de cosas intrascendentes para pasear de verdad una hora y volver a casa. Además, indicarles a cada uno cuándo cagaban sus perros no parecía del agrado de nadie.
-¡Huy, si no tengo bolsa! ¿me das una, porfa?
-Toma.
-Gracias, a ver ... - Y se pone a buscar la mierda donde no está.
-No. Está aquí, mira.
-¡Vaya, estaba tan distraída...!, gracias. - Y me mira a mi en vez de mirar la caca. ¿¿??
En casa hubo una votación que debería haber quedado en empate porque las hijas se van de casa y el susodicho can en mi (nuestro) caso, no se va. Por suerte. Diré que ojalá estuviéramos todos juntos, pero eso sería malo para mi-hi-ji-ta, seguro.
Podría haber salido feo pero es un perro "top model" si no abre la boca. El pelo suave y abundante que no se cae. Con un peso menor de 4 kilos y un carácter endemoniado su vida en el parque es complicada.
Cuando aún me esforzaba por ser otro arbusto en el grupo de personas emperradas, apareció una pastora alemana aficionada a pisar y colocar sus dientes como collar de perlas rodeando el cuello de mi chiquituco. Será eso normal porque no apretaba, pero verlo me ponía de los nervios así que decidí marcharme en cuanto apareciera y su gobernanta se rió de mi y gritó:
-¡Así no aprenderá a estar con otros niños! ¡Mételo en una urna para que no le pase nada! - Y yo grité también:
-¡No es un niño, IDIOTA! ¡Es un perro! ¡Y haré lo que me dé la gana! .- En mi casa como si fuera un peque de la familia, pero eso es cosa nuestra, no de esa mujer. Y el tiempo pone a todos en su sitio. Ahora su perra es agresiva hasta con la gente, está como una tanqueta y por tanto es peligrosa. La sacan a ver la mediana más cercana de la calle y vuelta para casa. Nuestro amigo pasea mínimo de dos horas día tras día. Los suertudos son libres para desenvolverse en una finca, pero piso con vecinos es lo que hay.
No suelo tener tiempo para evitarle el bullingcan. "No te preocupes, que mi perro no hace nada", es la frase más encefalo-plana que suelo escuchar. Y esa otra cuando se pelean "Déjalos, que entre ellos se regulan y se entienden". Entre ellos se matan si hace falta. No pasa nada hasta que pasa y, cuando pasa, el más pequeño lleva las de perder. Y no es lo mismo si pesa 8 que si pesa 4. No te digo ya 30 kilos.
Las personas con gatos, perros, pájaros etc terminamos hablando con ellos como si pudieran entender nuestra jerga. Hablaré por nos para decir que quizá así sea. Veamos: paseando por el parque me dice
-Dame algo de comer. Algo con lo que yo sepa cuánto me aprecias.
-No tengo nada. No hay. - Le enseño las manos vacías
-Pues vale - Sigue caminando algunos pasos. Huele que te huele. Mea y dice:
- ¡ Dios, que a gusto me he quedado ! ¡ Soy el mejor ! ¡ El más grande y más fuerte ! - Esto lo acompaña de rascadas como para tapar el pis. Si hay tierra que salga volando a mis zapatos, mucho mejor. Mea por aquí, por allá ... por todas partes. Al 15 o 20 intento no queda ni gota, pero da igual. Vuelve a insistir:
-Dame algo de comer. Anda. Tio cutre. Saca.
-Que no lleeeeevoooooo. No hay.- Manos vacías extendidas.
-Mah, vayámonos. Lo sé de sobra, solo te pido para que te sientas mal y algún día aprendas de tu mujer a llevar alguna chuchería. (mamón)
Bueno, seguro que voy descaminado y no piensa sino que "instinta". Luego en casa, con todo abierto, entra una mosca zumbona. Los ladridos taladran mis oídos hasta el dolor. Me desquicia los nervios. Me convierte en abusón asesino cruel. No tiene botón de MUTE.
-Queeee paaaaasaaaaa. Solo es una mosca, calla, jodeeeeerrrr. (¡Lo mato!) (no, no tiene culpa)
-¡¿Que qué pasa?! ¡Eres tú el que se pone todo nervioso! Agitas las manos, sacudes paños y al final echas vapores que huelen a rayos ... ¡Encima que me preocupo...! - Saco la mosca o la avispa de turno y se queda tranquilo. Y me mira mientras saca y mete la lengua y "em diu amb aquestes paraules":
-¿Un premio por lo del bicho? ¿chacho? ¿si? ¿eh? - Pero no. No le di.
Voy a la cocina a picar entre horas. Abro una bolsa de conos 3D o de fritos de maíz, o patatas Lays al punto de sal o me zampo unas almendras, avellanas, ciruela pasa, dátil ... Que no quiera coger peso no quiere decir que no me apetezcan las cosas ricas. Luego vendrá lo que tenga que venir a la cabeza, esa es otra historia. Ladrido repentino a plena potencia en modo quejido y muerte sobrevenida por susto a mis espaldas.
-¡DAME! ¡DAME! ¡DAME ALGO QUE COMER! ¡No solo a ti te apetece picar, capullo!. - Le doy un trocito de chuche perruna. De veras que son asquerosos esos chuches de bolsa. Pero es un carroñero, como los demás de su especie. Y no es broma, que un día quiso comer de una vaca muerta que dejaron para los falconiformes calvos de cuellos serpentinos con bufanda, ganchudos y picotudos. Eeeeeeh ... buitres.
Rituales. Este perro tiene rituales. Los demás supongo también. Voy a contar uno de sus rituales que espero no sea un acto premeditado para conseguir sus fines:
Lleva un peluche de perro cogido por el cogote y lo lleva de la ceca a la meca con mucho esmero al tiempo que va gimplando ( como llorar ), echando aire a presión por la garganta para que suene a quejido suave. Cuanto más tarde en responder yo al ritual, más desencaje de mandíbula. Tengo que seguirle, agacharme y tomar el peluche. Juguetear con él mientras se coloca la mandíbula y se repasa el pelo:
-Hay el perritoooo.- Y hago como que el peluche le lame la cara. El responde aseándolo con perfume de putrefacción y despioje a mordisquetes finos muy seguidos. Lo siguiente ya no tiene explicación. Dice:
-Quieto ahí que te voy a jincar. - Mmmm. Suena fatal. Lo sé. Pero eso es lo que hace. *Será mi sino. Su tamaño le lleva a agarrar mi pantorrilla, clavar las uñas y frotar con mi talón su lapicero sin minas de recambio. ¿Imaginas un pintor con pincel, inspiración, lienzo y sin óleos? Frustración "is de wor". Su siguiente fase o estadio emocional:
-¡Odio el mundo! ¡Os odio a todos! ¡GRRRRR! ¡Malditos! - Se sube al sofá y escarba buscando las muelas de Satán, se mete enfurecido bajo la almohada de su cuna, la vuelca, rasca alocado con ambas patas debajo y no puedes acercarte o serás despedazada y muerta a mordiscos. Espera, a ... eternos e insufribles mordiscos pequeños.
-¡GRRRR! ¡Iros a la mierda todos! ¡Cabrones! - Cuando su agotamiento sobrepasa los niveles naturales, para. Busca un escondite. Se tumba desolado. Piensa
-Nadie sabe de mi sufrir .- Extendiende sus patas delanteras y pone la cabeza entre ellas. No hay imagen más triste. Luego se vuelve para no vernos.
Está castrado por amplia recomendación. Antes aullaba al paso de una perrilla de su gusto y, si estaba suelto, echaba a correr cruzando carreteras hasta llegar donde la amiga en celo, a kilómetro de distancia. En su vida todo es exageración. Todo o nada, sin medias tintas.
Algunas personas dicen que llevan una vida de perros. Otros que los perros viven mejor que muchas personas. Y ninguna de las dos cosas es verdad.
O lo son las dos. A saber.
BONUS: Será mi sino.“Misino gaaaaato, ¿qué has comiiiiiido?, sopita en viiiiiino. ¿Quién te la ha daaaaado?, Mi padriiiiiino. ¿Qué padriiiiiino?, El del moliiiiiino, zape, zapiño, zape, zapiñooooo”
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