En los ecos de mi cabeza el título suena más bien "demente débil". Lo sé, eso es tema aparte.
Dos, no una sino al menos dos veces me han dicho "eres débil de mente".
Vale. No soy la persona más amable del mundo y muchas veces he dicho cosas que duelen a otras personas pero, de manera intencionada, solo en casos excepcionales.
Las dos veces, dos sinceramientos con personas no muy cercanas resultado de una conducta sin conductor, sin dirigente, sin sentido. Algo propio de un tonto del culo que no aprende jamás a mantener cerrada su puta boca.
La primera, hablaba con una mujer muy alegre, bulliciosa, vivaracha y clienta habitual de mi trabajo. Bastantes años después, en mi segundo trabajo, volví a encontrarme con ella y preguntó "¿Qué tal?" y respondí "Bueno... bien".
Ahora sé que siempre, siempre, always, forever & ever, sobra el bueno y los puntos suspensivos. Aprendí que al "bien" hay que ponerle exclamación con énfasis y sonrisa bilateral expansiva. No es poco decir pero se puede aprender.
Me ofreció quedar un día para hablar de ese "bueno..." y acepté sin ser consciente de.
A tal efecto estábamos en un bar repleto de universitarias y funcionarias diversas que había frente a su residencia, también universitaria, donde tenía habitación sin ser estudiante ni colegiala (que sí, estando en un Colegio Mayor son colegialas)
Me contó emocionada los problemas que había vivido en la casa familiar con su padre alcohólico. La profunda huella que había dejado en su memoria: recordarle llegando borrado, llamando a su puerta, etc. No puedo dar detalles porque no encuentro más información clara en memoria pero no hubo abuso sexual según ella.
La mujer empezó a llorar de pronto las escasas lágrimas que lograban salir por la escafandra de su apretada congoja.
En lugar de sentir ... pena ... o algo por ella, recuerdo sentir algo por mi.
¿ Egocéntrico ? Suena así, seguro. Pero tampoco se lo crean tanto.
Tuve pensamientos en plan "Ese tipo qué le estará haciendo a esa pobre mujer para que llore". Por suerte allí no había personas con empatía y no tuve que enfrentarlas.
Pero mis queridas lectoras desearán saber más sobre ella, ¿si?
Pues ella se decía fuerte y que había pasado página. Que no pasaba nada y la psicología estaba superada, pero estaba teniendo problemas con su novio. Su novio, algunos años mayor, con pareja e hijo, parecía no aclararse en su relación de infidelidad. Tan pronto quería con ella como quería con su familia al completo.
Imagino desde lo machista, aunque lo ignoro, solo supongo, que las descargas en una y otra ubicación guardarían relación con la indecisión. Por suerte tampoco entró en más detalles.
Yo escuchaba todo aquello con algo de mini-sorpresa. Imposible leerla en mi careto pues aún andaba dándole vueltas a lo del progenitor alcohólico por el cual abandonó la casa en cuanto pudo para echarse en manos de una catedrática desalmada que se aprovechaba de ella para sacar adelante los infinitos proyectos que debían justificar la cátedra, usándola como becaria y pagándola con el "incalculable valor del aprendizaje".
En determinado momento hablé de mi caso con los abusos sexuales y la autodestrucción. A ella eso le pareció propio de alguien con "debilidad mental". Que aprendiese de ella, de cómo su chispa nunca se apagaba y siempre tiraba pa'lante.
Nunca y siempre. Todo y nada. Odio el uso a discreción de palabras antónimas tan absolutas.
La segunda ocasión, con un compañero de trabajo.
Me contó que su pareja había sufrido violencia de género y el vendría a ser tan solo un buen hombre, poeta, sensible, amable e interesado, preocupado por su pareja. Trataba de ser un segundo padre para la criatura de su pareja y la niña ya daba muestras de empezar a quererle.
Algunos días se quedaba dormido en el trabajo pero buscó y encontró un segundo empleo para aportar más dinero y facilidades materiales a su convivencia.
A partir de entonces se quedaba dormido mucho tiempo casi todas las mañanas. Aunque disimulaba el sueño repanchingándose en la silla, su confianza en mi debía ser tan grande que en el fondo le daba igual, supongo. Cuando sentía alguien acercándose se desperezaba. Cuando no, tenía suerte de no ser visto, de nadie prestar atención.
Su pareja cortó la relación. Ella sentía un vacío y no quería continuar. Enamorado y dolido, pidió ayuda para alojarse y se marchó en medio del llanto de aquella niña. La mujer no quiso discutir y solucionar. Cortar y punto.
Habló de su gimnasio, de adelgazar, que había perdido 10 kilos y disparó mi trigger de anoréxico recuperado.
Tan confiado y estúpido como la vez aquella hablé brevemente de mis 52 kilos y mi enfermedad. Se sorprendió mucho. Hombre, mayor, anorexia (cosa de chicas tontas) y dijo todo lo comprensivo que él era capaz de ser, todo lo poético que pudo:
"Claro, hay gente de mente débil que cae en esas obsesiones.
¿ Las que comen y vomitan son las bulímicas, no ?"
La mente me ha quedado tan débil que no puedo continuar ...
... por hoy.
POSDATA con karma emplatado en frio a 23-9-2024:
El compañero se trastada rodando con su silla hasta colocarse detrás de mi y dice:
— Fermín, he cometido un error.
— No me digas. ¿ Has vuelto con tu ex-novia ?
— Noooo, pero ... algo así, un poco ... ¿ quieres que te cuente lo que ha sucedido ?
— Tengo la extraña sensación de que me lo vas a contar de todos modos—tratando de disimular mi aburrimiento, cosa que según mi esposa hago fatal, me giro para hacer como que presto atención.
— Cómo eres ... pues, verás. Yo estaba en mi casa.
— Querrás decir en casa de tus primos.
— Bueeeeno, en casa de mis primos. Pues de pronto llama ella y dice: "Estoy viendo una película ... ¿ te apetece venir a verla con nosotras ?" y acepté—hace una pausa. Espero paciente que prosiga:
— ... y fui y estuvimos muy bien. La niña se puso tan contenta ... y me dice que porqué la he bloqueado en whatsapp. Tuvimos una discusión. Me juré que no volvería a hablar con ella, me lo propuse. La bloqueé en el móvil.
— Pues lo tendrás difícil si trabaja a la vuelta de la esquina de tu segundo empleo.
— Ya ... es que le pedí la mitad de la fianza de alquiler y le dije que iba a recoger otras cosas mías y nos peleamos.
— Ya veo. Todo por la pasta. Pero tú vas y caes en su red.
— ¡ HALAAAA ! NOOOooooo, cómo eres. Qué malpensado.
— Eres una persona de mente débil. —Giro mi silla y vuelvo a lo mío.— Tú sabrás lo que haces.—pero continúa:
— Además me dijo, muy así: "Anda, tonto, desbloquéame." Y lo hice.
— Pues sí que eres tonto, si.— una pausa
— Te pasas mucho ¿ Porqué eres así ?—vuelvo a girarme y le digo:
— No me hagas caso. Mi opinión no vale nada. Lo que hay entre una pareja solo lo sabe y puede valorar esa pareja. Desde fuera, los demás nos imaginamos cosas que no son. Habéis estado enamorados y no lo habéis tenido fácil ninguno de los dos. Las cosas siempre son más complicadas de lo que parecen a ojos de los demás. Necesitáis tiempo para ir resolviendo ...
Ahora es él quien se gira y vuelve a lo suyo. Y termina:
— Si.
POSDATA bis con dotes de adivino a 08-10-2024:
Mi compañero ya no habla de su ex.
No digo que el alcoholismo sea peor que ser anoréxico. Dos enfermedades de la mente. Diferentes y similares en según qué aspectos.
Ninguna de las dos me parece bien asociarlas a una "debilidad" de la mente.
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