“¿Alguien ha supuesto que es una suerte haber nacido? Me apresuro a informarle que morir es igualmente una suerte, y yo lo sé” Canto a mi mismo - Walt Whitman
uno mismo, es decir, al egoísmo.
Nada vale algo, fuera de la axfisiante atmósfera del propio mundo;
extenso (más que eso, incluso inmenso),
escarpado, repleto de altos horizontes
en los que se adivina el nacer de una luz,
imposibles de alcanzar los unos,
imposible de ver la otra
tras nieblas perennes,
y más que eso,
yo diré que inhumanamente insinuadas,
esas cumbres existen para sentir la pequeñez
de mi ser
dentro de este mundo mío
que es mi cuerpo,
al que odio tanto
como a mi persona.
"YO, MIO, MI.
Egoísta ciego e ingrato,
que mereces la muerte tanto
como la deseas,
no te la daré hasta
que llegue el día en que veas,
dentro de ese mundo tuyo,
arbolado de montañas infinitas,
axifiado entre vahos de tu propio aliento,
la bellísima llanura diminuta que cubre
la pequeñez del brillante ahora escondido
entre esos valles
bajo nubes que ese día serán
gotas de agua viva,
sobre tu ser."
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